°.•*¨♡ Alpha and his Puppy ♡¨*•.° YoonMin

ʚ• Capítulo 12 •ɞ

Era jueves, y la presentación de Daehyun por fin había llegado. El día anterior el pequeño lo visitó para recordarle que no podía faltar.

Justo en ese momento observaba como los edificios de Seúl se perdían rápidamente, la ventana del auto estaba abierta y los cabellos rubios del omega se balanceaban suavemente de un lado hacia el otro.

—Llegamos, señor.

Agradeciendo, bajó del auto y fue recibido por una oleada de padres que intentaban entrar al establecimiento, caminó esquivando a las personas y los pequeños que correteaban disfrazados de personajes infantiles que ni sabía que existían.

Yoongi le había avisado que el evento se llevaría acabo en el salón de clases de Daehyun, pero ellos se encontrarían en el tercer pasillo de la entrada.

Caminando con seguridad, siguió el largo pasillo, igualmente había gente, pero no estaba tan lleno como la entrada principal. Las señalética le indicaban que estaba próximo a llegar, y cuando sintió el leve aroma a pino, su lobito empezó a emocionarse.

Pero no le gustó nada lo que llegó a observar.

Aleja a esa cosa de mi alfa.

Minie, tranquilízate.

No quiero, no quiero, no quiero.

Sinceramente, a él también le fastidió observar cómo su secretario sonreía ampliamente hacia un omega, que además era muy lindo. Debía mantener la calma, no quería que su alocado lobo tomara el control.

Acuérdate lo que le prometimos al mocoso, ¿acaso quieres que te odie?

Entonces, eso fue como una alerta para su omega interior, pues dejó de gruñir y emitir insultos vulgares.

—¡Yoonie! —llamó acercándose—. Buenos días.

Saludó a ambos y la cara perpleja de su secretario lo decía todo.

Tal vez no debió usar ese apodo, pero tenía inmensas ganas de marcar su territorio ante la presencia del omega contrario.

—Buenos días, se...

—¡Yoonie! —lo interrumpió haciendo un tierno puchero—. Casi no llego, había demasiada gente.

—Buenos días —saludó el otro omega—. Está por empezar la presentación.

Jimin quería ignorar cualquier palabra que emitiera ese omega, pero no podía ser mal educado.

—Baekhyun... Amor, ¿por qué te escapas así?

Un alfa alto llegó a rodear la cintura del omega, y Jimin se sintió un poco mal por la situación.

—Quería comprar esto —indicó alzando una pequeña funda de mochis—. Nos vemos dentro —. Se despidió para marcharse de ahí. Podía sentir la mirada del bonito omega y era terrorífico.

—¿Así que Yoonie?

El incómodo silencio fue interrumpido por esa pregunta y Jimin no pudo hacer más que sonrojarse, aún así, se negaba rotundamente a avergonzarse frente a su futuro alfa.

—Creo que ya tenemos suficiente confianza —murmuró—. Deberíamos empezar a tutearnos.

Las feromonas endulzaron el ambiente y Yoongi se rindió ante tan bonito omega.

—Debería ser así, Jimin.

La presentación del pequeño Daehyun había comenzado, Jimin y Yoongi estaban sentados en primera fila.

El salón de clase era grande, filas de sillas ocupaban el espacio de la mitad, y al frente de estas estaba ubicada una amplia tarima, mientras que en los laterales había mesas largas con un sinnúmero de bocadillos.

Yoongi le había comentado que bailarían disfrazados, Daehyun eligió el traje de un gatito, y le quedaba perfecto, pues era la viva imagen de su padre.

El telón del escenario se abrió y aproximadamente veinte niños aparecieron, la imagen era conmovedora, pues todos se veían tiernos y abrazables. Daehyun se mostraba concentrado, intentando seguir los pasos.

Jimin aprovechó para sacar su celular y tomarle varias fotos, en una salió con su pequeño ceño fruncido, el omega se dio cuenta que se equivocó, ya que los demás niños alzaron las manos, mientras él las abrió de manera horizontal.

—Es tan tierno —halagó el omega.

Yoongi asintió, su hijo era una cosita demasiado preciosa.

Cuando la música terminó, los niños formaron dos filas e hicieron una venia. Salieron bien formaditos, escuchando los aplausos de sus padres.

Más tarde, la profesora volvió con los niños y todos fueron junto a sus padres. Daehyun abrazó primero a Yoongi y luego fue a los brazos de Jimin.

—¿Lo hice bien? —le preguntó aspirando el aroma del cuello del omega.

—Muy bien, mocoso. Fuiste el mejor.

Se dieron un abrazo fuerte, y Yoongi no perdió la oportunidad, así que se unió y el aura que desprendían era la de una acogedora familia que se completaba y se amaba.