Amor De Jefe || ᵐⁱⁿ ʸᵒᵒⁿᵍⁱ

capitulo 6

— Ya me escucho gerente Kang, cancele las demás entrevistas—  dice el maldito acercándose a mi y poniendo una mano en mi hombro — no creo que haya alguien más capacitado que esta mujer.

¿Por qué estás cosas me pasan a mi?

¿Que maldad hice en mi vida pasada?

No puedo creer que el sea mi jefe. Pero esto me pasa porque no tuve la molestia de investigar primero el lugar en el que trabajaría y para quien.

—¿C-Cuando empiezo a trabajar?— digo tratando de sonar segura pero es obvio que fallo en el intento con mi tartamudeo.

Me pongo de pie quedando a la altura del idiota y aunque claro es solo un poco mas alto que yo no dejo que eso me intimide.

Lo siguiente fue firmar un contrato temporal y comenzaría a trabajar desde mañana.

Este es un buen momento para que saquen las cámaras escondidas y digan que todo es una broma.

Pero eso no sucede...

¿Que podría pasar? A parte de ser la secretaria de una persona tan molesta como él,  tener que dividirme en dos personas para dedicarme a Eun-tak y a mi trabajo al mismo tiempo. Aunque creo que estoy siendo exagerada, aún no conozco bien a Min y puede que sea una buena persona.

—Ya lo sabes, no llegues tarde mañana y por favor no choques más personas — dice en cuanto salimos de la oficina, me guiña un ojo y se aleja con las manos dentro de sus bolsillos. No sé porque tengo el presentimiento de que me contrato solo para fastidiarme.

¿Será posible odiar a alguien con tan solo haber cruzado algunas palabras... Caídas?

Mejor olvidó lo de que es una buena persona, es muy arrogante.

Tomo el metro devuelta a mi apartamento no sin antes darle un vistazo desde afuera al lugar donde trabajaré. Un edificio imponente el cual cuesta saber cuántos pisos tiene. Min es el dueño de todo esto.

Con razón su actitud de creerse el dueño del mundo.

Cuando por fin llegó mi cómodo apartamento me quito los zapatos y mi dejándolos sobre el vestíbulo. Ahora que recuerdo este lugar es un desastre.

Tardo un par de horas en hacer una limpieza general de todos los espacios y recoger jueguetes de Euntak regados hasta detrás del enfriador pero cuando termino me permito descansar sobre mi sofá que ahora huele a lavanda.

Un pequeño dinosaurio de juguete que se asoma en los bordes de la cortinas logra interrumpir mi paz. Ese pequeño objeto inanimado altera todo el orden que acabo de poner. 

Me levanto para ponerlo en su lugar pero entonces escucho el sonido del timbre de la puerta.

¿Quien será?.

Yo no recibo visitas... A menos que...

Me asomo con rapidez por el ojillo de la puerta y corroborar que no sea quien estoy pensando. Esa mujer no me deja ni respirar. 

Todo mi interior se tranquiliza cuando veo que no es ella.

Quito el seguro de la puerta con ansias y cuando al fin tengo a persona al otro lado frente a mi no lo dejo pronunciar palabra cuando ya la tengo atrapada en un efusivo abrazo.

— Maldito seas jimin, ¿Dónde estuviste todo este tiempo?— Digo y el suelta una pequeña risa acostumbrado a mis maldiciones.

—¿Como has estado mi princesa valiente?— hace uso del apodo que me dió hace tiempo. Al principio me pareció una tonteria, ¿Yo valiente?, Ya quisiera.