Capitulo 22

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Camino de un lado al otro mientras Amelia va detrás de mi, hace tantas preguntas que no puedo distinguir una de la otra, es como el zumbido de una abeja retumbando mis oídos, fastidiando cada vez más.

— ¡Eres una zorra!— deja escapar un chillido y me apresuró a tapar su boca. Una mirada amedrantadora no es suficiente para aplacar los murmullos de Amelia bajo mis manos.

— ¿Qué te pasa?, Eun-tak podría escucharte — siseo, asegurándome de no ver cierto niño de metro cuarenta a la vista.

Ella levanta sus pulgares mientras asiente. Podría creer su señal de paz, pero sus ojos se adelantan y sonríen primero que su boca al soltar una sonora carcajada.

— ¿Esperas que crea que pasaste toda la noche con él y no pasó absolutamente nada?— dice con ironía.

Me arrepiento de haber dejado libre esa lengua.

¿Cómo pudo haberse enterado Amelia de que estuve con Min?.

No lo sé, tal vez tiene poderes psíquicos.

Ya perdí la cuenta de cuánto tiempo llevo esquivando las preguntas hostigantes y atrevidas de Amelia, incluso, mientras sostengo un bote de shampoo y estoy dispuesta a darme una ducha la pelirroja sigue insistiendo en saber que pasó mientras estuve fuera toda la noche.

— Eres libre de pensar lo que quieras— intento esquivarla nuevamente cuando se planta frente a mi pero estos días solo me han dejado en claro lo agobiante que puede resultar esta mujer.

— No puedo creerlo, por fuera te ves como si no rompieras ni un plato pero  la realidad es que rompes la vajilla completa.

— Ya basta, Eun-tak podría escucharte— le advierto pero a ella no parece importarle en lo más mínimo.

— Está bien no diré nada mas— uno, dos, tres...— ¿Al menos se cuidaron?.

— ¡¿Es en serio tía?!— la interrumpo porque ya está empezando a colmar mi paciencia.

— ¿Quienes tienen que cuidarse?— la vocecita de Eun-tak adormilada hace que mi mala expresión hacia Amelia cambie por completo.

Miro de soslayo a la pelirroja que al parecer se ha quedado muda con la pregunta de Eun-tak.

—  Todos, todos tenemos que cuidarnos de este clima que está haciendo estos días— repongo mientras la mirada inquieta de mi hermanito nos repara a ambas. Especialmente a mi.

— Si, así es— agrega la mujer a mi lado.

— ¿A qué hora llegaste?— pregunta, es obvio que no dejaría pasar mi mal aspecto como si nada.

Amelia parece incómoda. La sola mención de mi ausencia por parte de Eun-tak solo me demuestra una vez más lo imprudente que puede ser esa mujer algunas veces.

— Hace rato, ¿Me esperaste toda la noche.

No hacen falta respuestas, casi al instante bosteza y empieza a desperezarce.

— Estás no son horas de levantarse jovencito— digo pero inmediatamente se niega, enarca una ceja mientras posa sus manos alrededor de su cadera.

Es más que clara su indignación pero Eun-tak es un chico inteligente y no diría nada que ponga en riesgo su integridad, o más bien la integridad de los snacks que guardo en la alacena.

( •💮• )

El día da pasó a la noche. En un abrir y cerrar de ojos la luz que entraba por mis ventanas ahora es reemplazada solo por el leve resplandor de la redonda luna.

Amor De Jefe || ᵐⁱⁿ ʸᵒᵒⁿᵍⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora