Amor De Jefe || ᵐⁱⁿ ʸᵒᵒⁿᵍⁱ

Capitulo 30

— ¡Yoonie! — la señora Min se levanta de su asiento al vernos llegar de vuelta a la mesa y su sonrisa se ensancha aún más cuando nos ve tomados de la mano.

Todo lo contrario a su esposo que aún parece desagradarle la idea de que siquiera estemos cerca o compartamos el mismo aire.

— Ya estamos aquí — YoonGi habla primero mientras sostiene mi mano con más fuerza de lo normal, aunque no me lastima, me llena de pesar como trata de ocultar su angustia. 

— Se tomaron su tiempo, menos mal esta casa es enorme y las paredes son altas  — la hermana de YoonGi bromea, y su esposo, TaeHyung y la señora Min ríen de su chiste, mientras yo me mantengo sin expresión alguna porque no he captado la gracia.  

— Aeyoung, dejalos. Es completamente natural, además, van a casarse — la Señora Min interviene y me vuelvo un ocho cuando por fin entiendo a que se refieren. 

Por lo visto en esta familia no hay nada que pueda mantenerse en secreto. Todos parecen conocer la vida de todos. 

Eso me aterra y creo que YoonGi se ha dado cuenta de mi expresión horrorizada porque busca calmarme con unas caricias en el dorso de mi mano. 

— Basta — el mayor se levanta de nuevo y me apego un poco más a la anatomía de YoonGi, pues su mirada intimidante no me permite siquiera estar cómoda desde la distancia prudente que nos separa. 

Esa mirada la he visto en otro lado. 

Es increíble el parecido físico que YoonGi tiene con su abuelo, no hace falta especificar que comparten la misma sangre para darse cuenta. 

— He pensado mejor las cosas y no creo que tu actitud de hace un rato, YoonGi, haya sido la correcta — el azabache tensa su mandíbula al escuchar a su abuelo y nuevamente temo de lo que este pueda responder, sin embargo, se mantiene atento, esperando que termine de hablar — pero... admito que yo tampoco fui muy cortés, especialmente con usted, Malena— me llama por mi nombre y su tono se suaviza. La cara de mi futuro esposo es un poema y sonrío por aquello. 

Con esto, algo me dice que eso será un hecho. 

— Esta bien. Puedo entender su temor, supongo que solo quiere lo mejor para su nieto — el mencionado me mira desde arriba con ambas cejas levantadas y lo siguiente que digo termina de sacarlo de órbita — pero créame que mis intenciones son las mejores y estoy dispuesta a hacer lo que sea necesario para que se convenza de ello. 

No me atrevo a mirarlo. Tengo miedo de que esa mentira quede evidenciada en cuanto lo vea. 

— Mi esposa, me hizo entender varias cosas — continúa luego de unos segundos inquietantes en los que solo se dedicó a observarme — una de ellas es que YoonGi ha decido estar con usted por alguna razón, la cual estoy seguro que es de bastante peso. 

— La ama — la señora Min lo interrumpe con un tono bajo, pero lo suficientemente alto como para que todos escuchen. El hombre niega con la cabeza y lo que parece ser una leve sonrisa se insinúa en sus labios, sin embargo, vuelve a su expresión seria cuando se percata  de que aun seguimos aqui. 

Aclara su garganta y se dispone a tomar asiento — Quiero que sepan que no estoy de acuerdo con esto y no creo que usted sea la mujer adecuada para mi nieto— dice señalándome y me quedo paralizada —  no obstante... para este muchacho, mi opinión es casi igual a la nada y prefiero conocer a mis futuros bisnietos sin ningún tipo de rencilla de por medio. 

Hani se levanta abruptamente al escuchar al señor Min y como alma que lleva el diablo se pierde de la vista de todos en dirección a la mansión. 

— Lo siento  — Aeyoung y su esposo se retiran avergonzados y caminan tras ella.