Capítulo 38

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Al cabo rato, después de unas exhaustivas horas de compra, estábamos de camino a la empresa.

Yo no tenía la mas minima intencion de comprar ropa para mí, pero despues de la insistencia por parte de mis acompañantes no tuve otra opción. Tuve que gastar mi dinero en artículos costosos con tal de no usar la tarjeta que Min me había dado antes de salir.

Prefería comer vidrio molido antes de gastar un solo won de esa tarjeta.

La mayor de todas me obsequió algunas cosas a pesar de mi negativa. Se había emocionado demás cuando Aeyoung empezó el tema de los bebés y lo mucho que le hubiera gustado tener más. No paraban de hablar de ello y comenzaba a cansarme cuando la azabache me lanzaba miradas cómplices por mi supuesto embarazo.

¿Desde hace cuanto no hay bebés en esa familia?.

La respuesta estaba más que clara.

- Ahora que tenemos tu numero y tú el nuestro podremos seguir en contacto. No olvides lo que te dije. Cuidense... ambos - Aeyoung se despedía tomando mis manos - me refiero a mi hermano y a ti - se corrigió cuando la señora Min nos observó confundida.

- Lo haré- aseguré. Tal vez en otra ocasión tendría la oportunidad de aclarar el asunto - adiós Aeyoung, adiós señora Min - esta última torció el gesto y solo hasta entonces recordé las veces que me había pedido no llamarla así - madre... - me corregí y esta vez sonrió satisfecha.

Lo positivo de todo esto es que ninguna se molestó en preguntar detalles de mi relación con YoonGi, solo hablaron de la boda y la ilusión que les hacía tener a otros integrante en la familia.

Con lo último nuevamente se referían a bebés y tuve que fingir demencia cada vez que lo hacían.

Eso nunca iba a pasar.

Con la menuda flotilla de escoltas con la que habíamos salido y vuelto, para ningún empleado pasó desapercibido mi regreso. Después de esto veré rodar los chismes.

Baekhyun, el guardia de confianza de la abuela de YoonGi me acompañó con casi todas las cosas que traía hasta el último piso. Le calculaba al menos unos 25 años por su apariencia. Por su actitud, unos 60.

- Señorita, ¿dónde quiere que deje las cosas?- inquirió cuando me detuve dudosa frente a la oficina del azabache.

No quedaba mucho para terminar la jornada y por eso empezaba a arrepentirme de haber vuelto. Encima, me sentía observada por el resto de empleados del piso, con quienes antes compartía cubículos.

Estuve a punto de tocar la puerta cuando esta de pronto se abrió y la figura de YoonGi se detuvo frente a mí. Aún seguía con su cara de culo.

- Tardaron demasiado - dijo mientras reparaba al chico que traía las bolsas y los paquetes.

- Conoces a tu abuela mas que yo - fue lo único que dije.

- ¿Nos vamos juntos?- preguntó, aun sin importarle que alguien pudiera escucharlo y sacarlo de contexto.

¿Entonces por fin acabó de aplicarme la ley del hielo?.

- Primero debo recoger Euntak de la escuela.

Estaba claro que debíamos hablar y aclarar un par de cosas.

- Baekhyun, ¿crees que puedas dejar todo eso en mi auto? - se dirigió al chico.

- Si señor.

Vi como el chico se alejaba y tan pronto como lo hizo, YoonGi tomó mi mano para adentrarme a la oficina. Me safé de inmediato cuando cerró la puerta estando ya dentro. Aunque el nunca era brusco conmigo, me fastidiaba que lo hiciera como si fuera una niña pequeña a la que puede mangonear.

Amor De Jefe || ᵐⁱⁿ ʸᵒᵒⁿᵍⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora