Capítulo 19- "Ardiente pelirroja"

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15 de Abril 2020

Zadkiel

Estaba en mi oficina, trazando unos bocetos sobre algunas nuevas obras que tenía en mente cuando entraron sin tocar.

—Hola guapo amore— dijo Erik entrando y agarrando todo lo que podía dentro de mi oficina.

Puse los ojos en blanco —Hola Erik ¿No tienes trabajo que hacer?— le pregunté volviendo a mis trazos.

—Nah, mi jefe me dio el día libre— mencionó sentándose en una de las sillas frente a mi escritorio.

—No te di el día libre— contesté volteando a verlo.

—Bueno bueno, estaba bromeando ya termine con varios pendientes y me abuuuurro— dijo exagerando.

—Y viniste a divertirte ¿conmigo?— pregunté dejando de lado mis papeles y recargándome en mi silla.

—Perdón Zad, eres muy guapo y todo, pero me van más las mujeres— contestó riendo.

—Eres un imbécil— rodé los ojos.

—Si, pero así me amas— sonrió —En fin ¿Cómo te fue en eso de las fotos con la ardiente pelirroja?— preguntó mientras jugaba con las cosas de mi escritorio.

—Contrólate— le dije rodando los ojos —Pero bien, terminamos las fotos hace unos días y quedaron realmente increíbles—

—Aja que bueno, pero me refiero a "como te fue"— dijo haciendo comillas con las manos en la última parte.

—Como lo dije antes, eres un imbécil— negué con la cabeza.

—Zad, he notado que últimamente estas más sonriente y ya no tienes tantas ojeras— dijo ahora en un tono más serio.

Suspiré —La verdad es que últimamente he podido dormir mejor, pasar tiempo con ella me hace sentir... en paz—

Erik me sonrió y se levantó de la silla rodeando el escritorio para estar cerca de mi —Espero que esa chica se quede más tiempo en tu vida Zad, si estas listo o no, yo estaré aquí para apoyarte—dijo apretando mi hombro.

—No vayas a besarme ahora por favor— bromee sonriéndole.

El soltó una carcajada —Okey, si no lo quieres ahora tal vez después— dijo alejándose para salir de mi oficina.

—Adiós jefe— se despidió cruzando el umbral de mi puerta.

Sonreí y me puse de pie para ir a buscar a mi padre, tenía que hablarle sobre la fiesta de Madie.

Llegue a su oficina y toque la puerta.

—Adelante— escuché la voz de mi papá.

—Hola— le dije entrando.

—¿Qué pasa Zad?— preguntó sonriendo.

—Nada, es solo que quería decirte algo, Madeleine me, digo nos, invitó a su fiesta de cumpleaños el sábado— me senté frente a él.

—¿La chica de las fotos?— preguntó alzando una ceja —No sabía que te habías vuelto tan cercano a ella— sonrío de lado.

—Hemos hablado en estas semanas y nos llevamos bien, es graciosa y amable, alocada y...— dije pero me detuve ya que me estaba desviando.

Mi padre soltó una pequeña risa —Pues no creo que tu madre se niegue a ir a la fiesta de la chica que hace que su hijo se vea más feliz—mencionó con una gran sonrisa.

—¿Por qué todo el mundo dice eso?— pregunté riendo.

—Mírate hijo, desde hace años has vivido en automático, te veías cada vez peor pero ahora estas más alegre y ya no luces... perdido—

Otra oportunidad para el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora