Capítulo 9- "Cara de mandril"

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26 de Marzo 2020

Madeleine

En mi búsqueda del misterioso hijo del señor Jonhson me topé con mis amigos.

—¡Estas que ardes Mad!, el evento está siendo un éxito total— dijo abrazándome Lisa.

—Lisa tiene razón, todo tu esfuerzo valió la pena, preciosa— mencionó Noah abrazándonos a ambas.

—Gracias chicos, saben que nada de esto habría sido posible sin su apoyo— los abracé con más fuerza —Gracias por creer en que podría salir adelante y dejar atrás mis miedos—

Nos separamos y seguimos conversando mientras buscaba con la mirada al mini Jonhson entre la gente.

—Te vi hace rato hablando con Josh— dijo Noah sacándome de mis pensamientos.

—No estábamos hablando, más bien él hablaba mientras yo intentaba escapar de la incómoda situación— dije rodando los ojos.

—A Madeleine no le gusta Josh, ella elevó sus estándares y ahora se busca sugar daddys— mencionó Lisa pasando un brazo sobre mis hombros.

—¿De qué hablas loca?— le pregunté riendo mientras jugaba con los dedos de la mano de Noah.

—Tranquila Mad, no te juzgo, admito que ese señor con el que hablabas esta como para untarle chocolate y comérselo de un bocado— dijo Lisa suspirando.

No pude evitar reírme y me quité su brazo de mis hombros —Ese hombre será mi jefe durante el proyecto de las casas, es el dueño de la constructora— negué con la cabeza y me sostuve del brazo de Noah.

En automático el me rodeo la cintura para darme más soporte lo que agradecí con una sonrisa, los tacones me estaban matando.

—Eso lo hace aún más sexy, Mad— siguió parloteando Lisa —Hacerlo con el que además de ser tu jefe es un hombre mucho mayor es el fetiche de muchos— me guiñó un ojo.

Noah solo negó con la cabeza mientras reía.

—Deberías medicarte, solo piensas en sexo— la acuse señalándola, ella simplemente se encogió de hombros.

—¿Así que tu no piensas en sexo Mad?— preguntó Noah con una sonrisa de lado.

—Pues a veces, pero...— comencé, pero me interrumpió.

—¿Lo ves preciosa? no acuses a la pobre de Lisa por disfrutar de los placeres de la vida— me dijo riéndose.

—Hasta Noah me apoya Madeleine— dijo Lisa con los brazos cruzados.

—Noah solo te apoya porque el solo piensa en sexo también—comenté separándome un poco de él.

—Tal vez sí, pero últimamente cuando pienso en tener sexo solo se me viene a la mente cierta persona— dijo atrayéndome de nuevo a su cuerpo.

—¿El pequeño Noah se ha enamorado?— le pregunté burlona.

Lisa soltó una risita y vi como el abría la boca para contestar algo, pero le puse la mano en la boca porque por encima de su hombro observe un hombre que traía un traje azul, estaba de espaldas a mí, observando una de mis fotos, así que no podía ver si estaba usando el pañuelo verde que el señor Jonhson había mencionado, pero ya lo averiguaría.

Me despedí rápidamente de mis amigos y me acerque al sujeto y toqué su hombro —Buenas noches, disculpe...— el hombre se giró hacia mí y lo que vi me dejó sorprendida.

Era el hombre más feo que había visto en mi vida, tenía los ojos demasiado juntos, nariz alargada y ganchuda, parecía un mono, me sonrió con coquetería —Hola linda, apuesto a que me viste aquí parado y no pudiste resistir la tentación— me dijo acercando su mano a mi cintura.

Me aleje rápidamente de su toque —Disculpe, creo que lo confundí— sonreí amablemente al notar que él no tenía el pañuelo verde.

Estaba lista para darme la vuelta y seguir buscando cuando el tipejo cara de mandril me agarró bruscamente del brazo.

—Suéltame animal— le dije molesta.

—No dije que podías irte linda— me intenté soltar, pero me agarro más fuerte —Vamos a charlar otro rato, podemos ir a algún lugar más... privado— este imbécil me estaba haciendo enojar mucho.

—Suéltame ya, no quiero ir a ningún lugar contigo— sacudí el brazo, pero no me soltó, estaba lista para darle una patada en las pelotas, pero...

—Creo que la señorita le pidió que la soltara— dijo con voz autoritaria un hombre que se puso frente al mandril, quedando de espaldas a mí.

Mi corazón comenzó a acelerarse de nuevo pero esta vez fue más potente, la respiración me falló y se me seco la boca. ¿Pero qué demonios pasaba conmigo?

—Nadie está hablando contigo, esto es algo entre ella y yo— dijo enojado el cara de mandril.

El hombre misterioso dio un paso hacia enfrente y el mandril me soltó.

Aproveche para llamar rápido a los de seguridad, quienes en seguida llegaron y se llevaron al mandril, dejándome a solas con el otro hombre que aún estaba de espaldas a mi viendo como sacaban al asqueroso de la galería.

—Muchas gracias por haber intervenido— murmure bajando la mirada hacia las marcas que ese tipejo había dejado en mi brazo y comencé a sobarlas —Creo que si usted no hubiera llegado tal vez habría tenido que recurrir a mis patadas ninja y con este vestido creo que eso no hubiera resultado muy bien—

Escuché una risa ronca que me puso a temblar y de inmediato vi como una mano se acercaba a mi muñeca y la tomaba con delicadeza.

Sentí una electricidad recorriendo mi columna y alce mis ojos para encontrarme con el hombre que me había ayudado, pero me paralice por completo.

—¿E-eres tu?— tartamudee sin poder separar la mirada de esos preciosos ojos grises.

Otra oportunidad para el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora