Capítulo 11- "Confesiones, discusiones y panqueques"

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27 de Marzo 2020

Madeleine

A la mañana siguiente me desperté con una sonrisa en el rostro. Había sido la mejor noche de mi vida, el evento un éxito total, se vendieron casi todas las obras y muchas de mis fotos también.

Aparte de eso, no podía evitar que mi mente me traicionara recordándome esas pocas horas que estuve hablando con Zadkiel, las cuales por cierto habían sido increíbles.

Me levanté de la cama, me puse mis pantuflas y fui a buscar a mis amigos para ver qué desayunaríamos.

Había decidido tomarme el día libre para celebrar.

—Hola Mad— me dijo Lisa en cuanto llegué a la sala, me dejé caer a un lado de ella en el sofá.

—Hola Lisa— le dije con una gran sonrisa.

—¿Qué te traes?— me cuestionó ella con una sonrisa traviesa.

—Nada— mentí mirándome las uñas.

Sentí su mirada en mi perfil, no paso ni un minuto y exploté —Es que ayer tuve unos problemas con un tipo que quería pasarse de listo y por suerte llego el hijo del dueño de la constructora el cual por cierto es sumamente apuesto y no lo sé... hablé con él por mucho tiempo, fueron cosas del trabajo, pero luego comenzamos también a preguntar cosas de la vida y se sintió tan natural, como si lo conociera de hace mucho— solté tomando una gran bocanada de aire.

—O-okey— tartamudeó Lisa con expresión confusa —Entonces para resumir, tuviste un... ¿flechazo por el hijo de tu jefe?— hizo una mueca.

—¡Noo! bueno si, pero no lo llamaría flechazo, me agradó bastante y que sea atractivo pues solo hace que mis pensamientos sobre él vayan a más allá de una amistad— le dije tapándome la cara con las manos.

—¿Más allá de una amistad?— escuché a Noah llegando junto a nosotras —¿Algo que me tengas que confesar Madeleine?—sonrió mirándome y sentándose a mi otro lado en el sofá.

—De hecho, si, estoy enamorada de ti— bromeé, pero se lo dije muy seria.

—Ah y-yo...— comenzó Noah, pero Lisa lo interrumpió apurada.

—Si Noah, es decir, todas estamos enamoradas de ti, no olvidemos que eres el sexy chico de calzoncillos rojos con estampado de dinosaurios— le dijo riendo, pero dándole una mirada que me pareció extraña.

—Estaba bromeando tonto— le dije —Hablaba de Zadkiel, el chico que me ayudó y que te presenté ayer—

—Ah sí, claro lo recuerdo— dijo, pero su tono de voz me pareció ¿triste?

—¿Todo bien Noah?— le pregunté, esa actitud no era para nada del Noah que yo conocía.

—Solo no durmió bien Mads— intervino con una sonrisa Lisa —¿Verdad?— preguntó al chico a mi lado.

—Si claro es eso, amm si me disculpan acabo de recordar que tengo que ir a un lugar, las veo después chicas— nos dijo sonriendo, pero lucía extraño.

—Wow eso fue raro, ¿Acaso tú sabes algo que yo no?— pregunté a Lisa alzando una ceja.

—Nop— dijo —Mejor cuéntame qué pasó con ese chico Zadkiel mientras pedimos algo para desayunar, me da pereza salir—

Lisa y yo nos pasamos toda la mañana platicando, un poco sobre Zadkiel, pero también sobre su trabajo, teorías sobre la serie que estábamos viendo juntas, tonterías, y trate de sacarle la sopa sobre Cleo y ella, pero no me quiso decir nada.

Esa sensación de felicidad me acompañó todo el día y mis pensamientos se desviaron una y otra vez hacia ese chico atractivo de ojos grises, no podía esperar para volver a verlo, aunque solo fuera para trabajar...

Esa sensación de felicidad me acompañó todo el día y mis pensamientos se desviaron una y otra vez hacia ese chico atractivo de ojos grises, no podía esperar para volver a verlo, aunque solo fuera para trabajar

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Zadkiel

—¿Entonces?— me preguntó por décima vez mi hermana moviendo sus cejas hacia arriba y abajo.

—¡Paquequee!— gritó Adrien alzando sus bracitos.

—Ya te dije que solo acompañé a papá a un evento en una galería, no salí con nadie— le dije cansado mientras le servía otro panqueque al pequeño Adrien.

—Si eso ya me lo dijiste, pero papá dijo que la dueña de la galería era una chica muy hermosa, ¿No hablaste con ella?— insistió mi hermana sorbiendo con popote lo último que quedaba de su chocomilk.

—Hablé con ella, pero fueron cosas del trabajo— mencioné dándole un mordisco a mi tostada con mantequilla de maní.

Recordé de pronto la época en la que odiaba la mantequilla de maní, pero Alva la amaba, así que me pegó el gusto.

Me quedé mirando ahora mi tostada mordida, pensando en Alva nuevamente y sintiéndome triste como cada día.

—¡Chopolateee!— el gritito de Adrien me sacó de mi ensoñación y voltee mi rostro hacia mi hermana que me miraba con el entrecejo fruncido.

—¿Qué?— le pregunté mientras le ponía jarabe de chocolate al medio panqueque que le quedaba a Adrien.

Kate suspiró pesadamente —¿Hasta cuando vas a seguir así?— dijo y pude ver la preocupación en su rostro —Ya han pasado dos años Zadkiel, en algún momento debes avanzar, soltarla y tal vez encontrar a alguien que...—

—¿Soltarla?— la interrumpí molesto —No puedo remplazar a Alva, n-no sabes lo que es vivir con este dolor, la extraño cada día—comenzaron a escocerme los ojos —La sigo y seguiré amando, le hice una promesa, mi corazón siempre le pertenecerá y por más que todos insistan en querer que la olvide no lo haré—

—No estoy diciendo que la olvides Zad— contestó tranquila Kate —Pero creo que ella no querría que tú te estancaras, Alva querría que fueras feliz y...—

—¡NO! tú no sabes lo que Alva querría— se me quebró la voz —Ni tú, ni yo, ni nadie en este maldito planeta lo sabe ¡Y NUNCA PODRÁ DECÍRNOSLO PORQUE ELLA ESTÁ MUERTA!— grité frustrado.

Me arrepentí al instante cuando vi a mi pequeño sobrino bajar rápido de la silla y ocultarse detrás de su madre.

—Dices que no sé lo que es vivir con tu dolor— dijo Kate tomando sus cosas —Pero yo sé lo que es vivir con el dolor de ver como mi hermano menor se va apagando poco a poco—vi una lagrima rodar por su mejilla —Sé lo que es vivir con el dolor de hacer todo lo que está en mis manos para ayudarte a ser feliz y que, aun así, no sea suficiente— se volteo tomando la mano de Adrien y acercándose a la puerta mientras yo solo me quede parado mirando como se alejaban.

Antes de salir, Kate se giró hacia mí —No sabes cómo me duele ver que te estas perdiendo a ti mismo por aferrarte al pasado— y con eso se fue de mi casa dejándome solo con mis demonios.

Otra oportunidad para el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora