Capítulo 39- "Explosión"

2 0 0
                                    

10 de Junio 2020

Madeleine

Otra semana había pasado, estaba todavía un poco paranoica creyendo todo el tiempo que me seguían. Pero Zadkiel me tranquilizaba diciéndome que no me preocupara.

Era miércoles y estaba saliendo un poco tarde del trabajo, todavía no podía encontrar una nueva asistente.

Recibí un mensaje y lo revisé rápidamente.

Zad❤️
Todo bien hermosa?

Madeleine
Claro Zad, voy saliendo del trabajo :))

No recibí respuesta de Zadkiel, así que tomé mis cosas y me dispuse a salir.

Cerré con llave, y mientras estaba en la puerta sentí como si me observaran pero no quise seguir dándole vueltas.

Me giré y avancé a través de las calles, estaba un poco solitario así que apreté mi bolso contra mi cuerpo. Faltaban pocas calles para llegar al metro.

Escuché pasos detrás de mí, así que sin voltear,  avancé más rápido al punto de casi correr pero los pasos me seguían muy cerca.

Iba a girarme para golpear —o por lo menos intentar golpear— a quien fuera que estuviera atrás.

Pero me tomaron fuertemente y me colocaron algo sobre la cabeza.

Grité y luché desesperada pero fue en vano, me cargaron y me subieron a lo que creí que era un coche, me ataron las manos con un material extrañamente suave.

No pensaba suplicar ni llorar, no les daría el gusto, sabía que eran más de una persona, los escuchaba murmurar y susurrar.

Me mantuve quieta, pensando en cómo poder salir de la situación, sí entraba en pánico las cosas no mejorarían. Pero más rápido de lo que pensé me tomaron para bajarme.

Avanzamos por unos minutos mientras abrían y cerraban puertas, conté 3 y lo memoricé.

Me sentaron sobre algo que estaba muy cómodo. No dije ni una sola palabra, no solté ningún grito, ni una lágrima.

—¿No dirás nada pelirroja?— escuché una voz que me pareció levemente familiar pero que estaba alterada a propósito.

Me quedé quieta, indiferente.

—Vaya, creí que estaría más asustada— escuché otra voz que reconocí de inmediato.

—¿Marcus?— pregunté muy confundida.

Me quitaron lo que sea que tenía en la cabeza y pude ver frente a mi a muchas personas.

Marcus con una ceja alzada hacia mi, Erik parecía como decepcionado, Kate de brazos cruzados mirando a Erik, Lisa en la misma posición pero masticando chicle, Noah mirándome un poco arrepentido, Julia sonrojada mirando al piso mientras agarraba el brazo de Noah y Cleo con una sonrisa apenada.

—¿No te asustaste ni un poco?— preguntó Erik con cara suplicante.

No dije nada, estaba demasiado conmocionada, ¿Qué rayos acababa de pasar?

—No habla, tal vez la traumamos— dijo mi hermano recargándose sobre la pared.

Comencé a analizar mi entorno, era una casa definitivamente, estábamos en una sala muy bonita con colores cálidos, había pinturas colgadas en la pared, libros en estantes y varios marcos de fotos vacíos.

—Chicos ¿qué hicieron?— soltó Cleo con un jadeo de miedo.

Enfoqué mi vista nuevamente en ellos —Me quitan esto por favor— pedí extendiendo mis muñecas.

Otra oportunidad para el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora