Capítulo 31- "Muy familiar"

3 0 0
                                    

Zadkiel

Giré nuestros cuerpos para que ella pudiera observar lo que estaba detrás de nosotros.

Madie soltó un jadeo y luego chilló emocionada —No puedo creer que hicieras esto—

—¿Te gusta?—

—Me encanta Zad— dijo girándose en mis brazos para estar frente a mi —Le gana mil veces a lo que creí que había sido la sorpresa— 

—Hey— reclamé divertido.

—Era broma— besó mi mejilla —Pero de verdad está increíble— 

Con ayuda de Erik había logrado que nos dieran acceso al viejo autocine abandonado y con ayuda de Kate pude proyectar en la pantalla las películas de Harry Potter, así que ahora, en la pantalla, se podía ver el nombre de la primera película y obviamente todo lo de la camioneta era para que pudiéramos hacer un maratón a lo grande.

—Zad, de verdad esto es maravilloso, ME ENCANTA— me abrazó con fuerza escondiendo su cara en mi pecho.

—Después de verlas, si no me gustan, podrás juzgarme—

Ella rió suavemente haciéndome sentir un leve cosquilleo en la parte donde su rostro aún se encontraba tocando mi cuerpo, se separó un poco y me sonrió con ternura.

—Vamos, hay que ponernos cómodos y comenzar con esto— dije.

Nos acercamos a la camioneta, la ayudé a subir y me acerqué después a la parte delantera para sacar los bocadillos.

Después subí yo y pronto estuvimos listos para comenzar con las películas.

Ella se acurrucó cerca de mi pecho mientras sostenía entre sus manos una bolsa de palomitas.

Comenzó la película y los minutos pasaban.

Acune su rostro con mi mano para elevarla y acercarla a mi, deje un suave beso sobre sus labios.

Ella correspondió el beso con entusiasmo, acaricié su rostro mientras la seguía besando y ella se aferraba a mi camisa.

Estaba perdido en sus labios disfrutando el sabor dulce y su olor cítrico cuando se despegó de golpe.

—Oh oh mira mira ahí viene— dijo dejándome confundido.

Me giré hacia la pantalla y en ella aparecían uno niño frente a un cristal, y al parecer hablaba con una serpiente.

—También es mi caso, jamás conocí a mis padres... MAMÁ PAPÁ VENGAN MIREN LO QUE ESTÁ HACIENDO LA SERPIENTE— escuché que Madie decía al mismo tiempo que la película continuaba.

Estaba replicando los diálogos de la película, sus gestos y pequeñas emociones me causaron tanta alegría que solo pude reír.

Ella se enfocó en mí y me atrapó contemplándola —Zadkieeel te estás perdiendo las mejores partes— reclamó como niña pequeña acurrucándose de nuevo en mi pecho.

Y así, lo que creí que sería una noche llena de besos y mimos, terminó con Madie diciendo cada diálogo y tarareando cada canción que aparecía.

Al final me gustaron las 3 primeras películas que pudimos ver antes de que nos ganara el sueño.

Al final me gustaron las 3 primeras películas que pudimos ver antes de que nos ganara el sueño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

24 de Abril 2020

Madeleine

Desperté cuando unos pequeños rayos de luz me obligaron a abrir los ojos.

El cielo se teñía de bonitos colores anaranjados que se mezclaban con un azul claro precioso, digno de fotografiar.

Con la luz natural pude observar mejor el lugar a donde Zadkiel nos había llevado.

Estábamos al aire libre como cualquier otro autocinema, árboles altos nos rodeaban a una corta distancia por lo cual la noche anterior no había podido divisar la ciudad.

Era una vista tan hermosa, muy vintage digna de fotografiar, por desgracia no tenía mi cámara conmigo, pero con mi celular bastaría.

Traté de encontrarlo pero un peso sobre mi cintura no me permitía moverme.

Me giré para encontrarme con una imagen aún más preciosa que la que tenía en el cielo, Zadkiel estaba abrazándome, su cabello despeinado, su rostro pacífico.

Lo observé por unos cuantos segundos sintiendo en todo mi cuerpo que las mariposas estallaron en cuanto lo vi y una sensación agradable se instaló en mi pecho.

Acaricie suavemente su mejilla —Zad, despierta—

El murmuró entre sueños y me apretó más contra su cuerpo.

—Zad vamos— insistí todavía acariciando su rostro.

Él abrió lentamente sus ojos y cuando me enfocó completamente una gran sonrisa apareció en sus labios.

—Buenos días Madie—

—Buen día, la de anoche fue la mejor cita que he tenido en la vida... pero creo que ya es un poco tarde— reí levemente.

El me sonrió haciéndome derretir aún más.

—Que tal si vamos por algo para desayunar y después te llevo a tu casa— propuso acomodándose y tomado mi mano.

Acepté y nos dispusimos a irnos, acomodamos todo, guardando las mantas, cojines y demás.

Zadkiel avanzó por las calles conduciéndonos a un restaurante de panqueques. Desayunamos y hablábamos de lo que más le había gustado de las películas y de lo que no había entendido del todo, siempre evitando darle spoilers.

Hablamos de más cosas mientras terminábamos nuestros platos.

—¿Preferirías ser un árbol o una planta?— pregunté.

—Fácil, un árbol mmm ¿Preferirías vivir en la jungla o en el desierto?—

—Ummm creo que prefiero la jungla, puedo vivir con unos cuantos piquetes de mosquito pero sin agua no duraría ni un día— respondí pensativa.

—Me gusta hacer esto contigo— mencionó él entrelazando nuestros dedos —Me gustas tú—

No pude evitar ruborizarme por sus palabras sonriéndole de regreso.

—Tú también me gustas Zad, mucho— dije acariciando sus manos.

—Yo preferiría el desierto— soltó volviendo al tema anterior —Soy más un chico caliente—

Mis ojos se abrieron con sorpresa y quise soltar una carcajada cuando una señora que comía en la mesa a nuestro lado tosió fuertemente mirando a Zadkiel como si hubiera cometido un asesinato.

Él sonrió apenado al mismo tiempo que se sonrojaba —Sabes que no me refería a eso— dijo mirándome.

—Si claro— respondí —Aunque no me quejaría si así fuera—

Él negó con la cabeza soltando una pequeña risa —Lo tendré en cuenta entonces—

Después de eso, condujo hasta mi edificio de departamentos y en el camino cantamos juntos como la primera vez que me subí a su auto, pero esta vez sin finales incómodos.

Se estacionó y bajé dando un pequeño salto, avancé hacia las escaleras de mi edificio, pero me detuve en seco al ver estacionado justo frente a ellas una camioneta que me parecía muy familiar.

—Madie, ¿Estas bien?—

Habló Zadkiel sacándome de mi estupor —Si, si perdón es solo que...—

—¿Madeleine?— escuché que me llamaban y miré rápidamente en su dirección.

—Oh por todos los cielos, ¡Jeremy!— dije emocionada y corrí hacia el.

Otra oportunidad para el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora