Capitulo 41 especial- "Necesidad"

2 0 0
                                    

*Se recomienda discreción del lector, escenas con contenido maduro. Si no te sientes cómodo con este tipo de escritura puedes saltártelo, no cambia en nada la trama de la historia.

Madeleine

Me besó con más entusiasmo después de lo que dije, mi entrepierna apretada contra la suya.

Sentía su deliciosa necesidad debajo de mi, mis movimientos casi inconscientes, rozando mis caderas de adelante hacia atrás.

Un gruñido salió de su garganta —Hermosa— mencionó bajando sus besos por mi clavícula.

Mi cabeza fue hacia atrás en automático, sus labios recorriendo mi piel, dejando rastros de humedad cada vez más abajo.

Besó la cima de mi pecho por encima de mi blusa, mis pezones ya endurecidos y necesitados clamaban de su atención.

Zadkiel recorrió con sus manos mi espalda, apretó mi trasero volviendo a besarme.

Nuestras lenguas jugando juntas eran la mejor sensación.

—Zad, te necesito— dije quitando su camiseta por fin.

Tuve una vista increíble de su torso definido, pase mis dedos lentamente por su pecho y abdominales.

Sintiendo las puntas de mis pezones erguirse aún más en respuesta a la sensación cálida de su piel contra mis yemas.

La mano de Zadkiel se levantó muy lentamente y definió las pequeñas protuberancias con delicadeza, su toque me encendió a niveles que no sabía qué existían, sentía mi piel en llamas y cuando pellizcó la punta de uno de mis senos un gemido fuerte salió de mi garganta.

Me enfoqué en su rostro y sus ojos brillaban con intensidad, la sonrisa en sus labios me debilitaba todavía más y necesitaba todo de él.

Levante mi blusa tirándola a un lado, sus ojos se enfocaron en mi pecho y por un segundo la nube de miedo volvió a mi, Zadkiel debió notar mi tensión por que rápidamente acarició mi cicatriz con sus dedos.

—Lo siento— dije en automático.

Antes de darme tiempo de reaccionar, Zadkiel acercó su rostro a mi pecho y comenzó a besar mi pequeña cicatriz.

La sensación fue... asombrosa.

El gemido que se me escapó no fue para nada natural, ni siquiera tenía conciencia de lo que hacía cuando bajé mi mano hasta su erección y la froté sintiendo como se endurecía con cada roce.

El gemido bajo que salió de Zad me excitó, estaba segura de que mis bragas en ese momento estaban empapadas.

Las manos de Zadkiel subieron por mi espalda y en un rápido movimiento desabrochó mi sujetador.

Lo lance lejos mientras percibía como los labios de Zad rodeaban mi pezón derecho. Dió una succión ligera y me estremecí por completo, con su mano masajeo y apretó mi seno libre.

Mi mente estaba inundada de una nube de lujuria y necesidad.

Mientras él seguía dándose un festín con mis pechos, desabroché el botón de su jean, bajé el cierre y colé mi mano por debajo de su ropa interior.

Otra oportunidad para el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora