𝗘𝗡 𝗖𝗢𝗠𝗔

DAY 29

— 23 de enero de 2022, Departamento de EN-

—Mañana... Mañana es el último día, la última oportunidad para que Jay despierte... —susurró en voz baja Jungwon, sentado en su cama, abrazando sus rodillas y dejando su cabeza en ellas, sollozando suavemente por la preocupación que comenzaba a inundar su mente.

Tenía miedo... Mucho miedo de perder a Jay, de tener que aceptar el destino y dejarlo ir.

El no se sentía preparado para que ese momento llegara, no se sentía lo suficientemente fuerte para soportar como desconectan a Jay y lo dan por muerto... Ni siquiera sabía si iba a poder soportar mirarlo ese día sin llorar, sin sentirse roto y destruido, pero sobre todo...

Sin saber cómo podría soportar perder a la persona que más ama en el mundo.

—No quiero perder a Jay, no quiero perder al amor de mi vida, no quiero y no puedo aceptarlo —cada lagrima era como si representara todos y cada uno de los días que ha tenido que soportar vivir con el dolor y la tristeza.

Un año y casi un mes... Todo ese tiempo lleva Jay en coma.

Jungwon está completamente seguro de que el tiempo pasa muy rápido, era como si fuera ayer que tuvo la suerte de conocer a Jay.

—¿Jungwonnie? —una voz conocida llegó a los oídos de Jungwon, quien rápidamente se limpió las lágrimas y se acomodó para disimular que todo estaba bien, aunque el sabia que no era cierto.

Ni-ki entró silenciosamente a la habitación oscura del mayor, acercándose para abrir las cortinas y observar a Jungwon sentado a su cama mirando hacia la nada, pareciendo un zombie, con unas ojeras notables debajo de su rostro y sus ojos rojos por el llanto.

—¿Wonnie? ¿Que pasa, hyung? —el menor se acercó, mirando al mayor con preocupación y lo abrazó suavemente, sabiendo que eso era lo que Jungwon necesitaba.

—T-Tengo miedo, Ni-ki, tengo miedo de que podría pasar mañana —sollozo suavemente el mayor.

No necesito más palabras para que Ni-ki supiera a que se refería su hyung, soltó un suspiro y se dedicó a abrazar suavemente a su hyung mientras acariciaba su espalda.

Ni-ki sabía que mañana sería el día más duro para todos pero especialmente para Jungwon.