planetario.

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Terminando las clases, dib espero a zim al otro lado de la calle, le dijo que quería llevarlo a un sitio que sabía que le encantaría.

-¿a donde vamos profesor?- comento em joven alegre mientras ingresaba am automóvil.

-solo llámame dib- dijo - me hace sentir viejo que me digas profesor..

Zim sonrio -pero actualmente usted es mi profesor así que no tiene nada de malo -

-solo en horarios de clase, fuera de la institución soy tu novio- se inclino para abrochar el cinturón de zim y darle un beso en la mejilla.

El camino fue algo largo, pero zim estaba feliz mientras escuchaba música y compartían gustos.

-¿entonces que tipo de música escuchas usted?-

-pues de todo un poco realmente- contesto- de joven era fan de caifanes, hombres g, y elvis.

-aun esta joven profesor- sonrio zim.

-que me digas dib solamente- este reprocho tiernamente- y tu ¿que clase de música escuchas?.

-pues me gusta mucho la música clásica, pero solo la escucho para poder concentrarme, ha decir verdad escucho lo que red ponga-

-hablando de el ¿es algún familiar?- pregunto el mayor tranquilamente.

-hmm es amigo de mi hermana, pero me ha cuidado desde que era un niño y le tengo mucho aprecio- sonrio al recordar- es la persona en la que más confío.

Dib levantó una ceja tratando de ocultar un poco sus celos, pero se tranquilizo, no quería arruinar su primera cita por inseguridades absurdas.

Llegando al planetario, dib sonrió al ver a su novio emocionado y con los ojos brillando.

-¡es enorme!- grito emocionado, tomó la mano del mayor para entrar de una vez.

Una ve dentro ambos parecían unos niños pequeños que entraron a una jugueteria, estaba emocionados, caminando de un lugar a otro, zim estaba fascinando ante las explicaciones de los trabajadores sobre el sistema solar, los planetas, ambos fueron a una sala para ver documentales.

Saliendo, fueron a comer un poco, mié tras veían como los niños jugaban y corrían.

-¿Como era de niño?- pregunto zim mientras comia pizza -supongo que era miu estudioso y tranquilo como ahora..

Dob sonrio pero nego con ma cabeza - ha decir verdad era muy inquieto, le cause dolores de cabeza a mi padre eb su momentos, siempre estaba jugando a ser agente de cosas paranormales, hasta  juraba que los extraterrestres existían- suspiro nostálgico- sabes.. aveces uno quiere crecer cuando es niño, para hacer cosas de adulto y esas cosas pero.. la mejor etapa que uno tiene es ser un niño, tener tanta imaginación que creas un propio mundo.

Zim lo escuchaba con atención, me gustaba ver asu profesor en otra faceta que no fuera profesional.

-mi hermana era fan de los videojuegos- dijo - en ese tiempo jugaba mucho uno llamado... ¡el esclavo del juego¡- sonrio- hasta se peleo con un niño en en el centro comercial por el dichoso juego.

-¿y su padre?- pregunto zim-

Dib miro hacia un lado, era algo difícil hablar de su padre en algunas ocasiones pero ya era un adulto y debida afrontar ciertas cosas- mi padre siempre vio por nuestra educación, nunca nos falto un plato de comida en casa, pero muy pocas veces lo veíamos- sonrio melancolico- en su momento se lo reproche, el echo de dejarnos solos pero... con el tiempo lo entendi- sonrio- es difícil hacerse cargo de dos niños, y más estando solo, pero a su manera lo hizo.

Zim le había tomando la mano, en verdad su profesor era una persona tan madura que lo admiraba demasiado.

-en fin, ahora cuéntame de ti- sonrio dib.

-bueno pues, me imagino que sabe que mi hermana y yo somos huérfanos- dib asintio- bueno, prácticamente mi hermana se hizo cargo de mi, luego red,  así que no estuve solo, pero no puedo negarlo, hubiera sido genial tener alguna figura materna o paterna, con quien apoyarme.

Dib abrazo al chico tiernamente, este le correspondió, se dieron cuenta ambos que cada persona tiene un mundo, unas vivencias y una historia difícil de contar.

Minutos después, ambos fueron a caminar tomados de la mano hasta que el pelinegro se detuvo- oye, debo de ir al baño, regreso en un momento.

Este se fue rápidamente dejando a zim en el área de juegos infantiles.

-¿disculpe señor?- zim escucho una pequeña voz cerca de el.

-¿Estas bien pequeña?- pregunto zim al ver que la infante estaba a punto de llorar.

-yo.. me cai-i y me duel-e- dijo sollozando la niña, le enseñó enseñó brazo el cual tenía unos raspones.

-tranquila pequeña, yo te voy a cuidar- dijo zim agachandose a la altura de ella y abriendo su mochila- sacó unas venditas con dibujo de aliens en ellos y cuidadosamente limpio el airea con un papel- ya esta- sonrio- esto es preventivo pero ve con tus padres para que te curen mejor.

La niña asintió más tranquila, en eso llegó una mujer alta y más madura que le agradeció a zim tan gesto con su hija, llevándosela cargando.

A lo lejos estaba dib, que había visto toda esa escena con mucho cariño, se acerco a él cuidadosamente.

-eres bueno con los niños- dijo el pelinegro acariciando el cabello de zim.

-profesor..- zim lo vio sonríendo- hice lo más prudente solamente.

Dib abrazo a zim y siguieron caminando todo el día.

En la noche, ambos estaban acurrucados en el automóvil de la parte de atrás del coche de dib. Fueron a un autocinema, pero lo que menos hacían era ver la película.

Besos, besos y más besos, se hacían presente, esta vez no eran besos inocentes y cortos, dib estaba siendo más apasionado con zim, le gustaba moverse sus labios al par que el, morderlo cuidadosamente y acariciarlo.

Se separaron un poco para tomar aire, ambos estaba  agitados y muy sonrojado, zim sonrio un poco y le dio varios besos en la mejilla a dib.

-lo quiero mucho profesor- dijo este con los ojos brillantes.

-yo te quiero más zim-

-yo lo quiero mas- reprocho el menor haciendo un puchero.

-no, yo más- dijo el pelinegro sonriendo.

-¡que yo más!- zim dijo enojado- lo quiero de aquí al infinito- dijo victorioso.

Dib se le quedó viendo y respondió- yo te quiero un infinito más uno- sonrio.

El joven estaba confundido- eso no no sentido- reprocho el menor.

-la que no tienen sentido, es lo más interesante- dib sonrió y beso a zim- al parecer gane esta batalla.

Zim sonrio y asintió, besado nuevamente a su profesor.

Ya era tarde y debían regresar a casa, dib conducía y zim seguía platicando con el de temas variados.

Llegando a la casa de zim, este se despidió de dib con un beso.

-te veo mañana- dijo el pelinegro mientras le daba su gabardina- úsala, hace frío y no quiero que te enfermes.

Zim se la coloco, olía a su profesor así que entro a su casa felizmente viendo como dib se iba en su automóvil.

-hasta que llegas- dijo red al verlo entrar- ¿te fue bien?.

-si, soy tan feliz red- sonrio zim- el es tan bueno conmigo, atento.. 

Red mieo a zim, no pudo más que escucharlo decirle todo, estaba feliz por el pero alto alto su interior lo tenía inquieto.

-solo ten cuidado zim- dijo red tocando su hombro- no quiero verte caer de nuevo ¿deacuerdo?.

Este asintió pero no presto mucha atención, ya que estaba lleno de felicidad- oye red.. ¿tu aun grabas nombres en anillos?.

Red lo miro confundido pero asintió.

-necesito un favor-

Doctor membrana. (ZaDr)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora