Viaje

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Tak estaba sentada en la sala de su hogar demasiado concentrada en su computadora, las citas con los abogados y el juicio que se llevaría a cabo la estaba llevando al límite.

Ella quería a dib, más que eso estaba obsesionada con el, ¿cuando empezó todo?, desde que empezaron a conocerse y darse cuenta que ambos solo eran almas solitarias, que necesitaban amor de alguien.

¿Valdría la pena todo lo que estaba haciendo por retener a dib a su lado?, sabía perfectamente que el pelinegro no la amaba, en algún punto hubo cierto aprecio de parte de él, pero solo eso.

Nunca estuvo en el corazón de dib.

Escuchó sonar su teléfono y noto que se trataba de su abogado, imagino que se tratara de algo relacionado con el Juicio a lo que ignoró la llamada, mentalmente estaba agotada.

Habían pasado alrededor de tres semanas desde que había discutido con gaz, aunque nunca sintió atracción hacia ella si tenía un aprecio grande ya que ella fue la única que la ayudó en muchos momentos aún más que dib.

- deberías decirle la verdad - se dijo a ella misma sacando un cigarro y encendiéndolo para empezar a fumar tranquilamente.

Escuchó nuevamente que su celular estaba sonando cuando noto que se trataba de dib, esta hizo una mueca de desagrado.

- ¿qué quieres dib? - dijo con desagrado.

-necesitó que nos reunamos, tenemos que solucionar este problema como los adultos que somos tak-

- eso lo hubieras pensando antes de engañar a tu esposa y traicionar a tu familia por ese niño- sonrió de lado - arruinaste la vida de tu hija y el futuro de nuestra familia solo por una aventura-

- mira tak no hablaré estas cosas por teléfono, ¿podrías acceder a vernos?- insistió el pelinegro con un ligero enojo en su tono de voz.

Tak frunció el ceño pensando lo que haría.

- hazlo por la niña- dijo dib .

- esta bien, te veo en unas dos horas en tu oficina- dijo finalmente colgando el teléfono.

Se levantó del sofá dejando abierto su computadora, tomó su bolsa y salió de su casa para encontrarse con dib.

......

El peliengro estaba acostado en la cama pensando en las palabras específicas que tendría que hablar o decirle a tak.

¿Por que las cosas llegaron hasta ese punto?, se preguntó una y otra vez con frustración, en el pasado ambos se llevaban tan bien, cuando acordaron tener una relación abierta sabían perfectamente las reglas que ameritaba.

Ella había tenido más parejas al igual que el, pero nunca fue nada serio ya que al final del día volvían a estar juntos.

Habían acordado hacerse compañía en su soledad en uno al otro.

Todo siempre había sido así, hasta que conoció a zim y supo lo que era en realidad el amor.

- dib.. amor ¿sucede algo?- preguntó zim sacando de sus pensamientos al mayor, este sonrió besando delicadamente los labios del contrario acariciando su mejilla suavemente - tranquilo amor, solo estoy algo agotado con todo lo que esta pasando-

- entiendo, ha de ser difícil pasar por una situación tan complicada-

- más que eso- suspiro mirando hacia el techo- nunca pensé que llegaría hasta este punto con tal, quiero decir... siempre hablábamos las cosas y nos respetábamos pero... ella cambió tanto- dijo sentándose.

Doctor membrana. (ZaDr)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora