Resiliencia [Casi Angeles]

Padre e Hijo

Al otro día Selene se estaba terminando de bañar, cuando escucha un ruido.

- Ay, tic-tac. Me asustaste, tonto - se colocó una bata de baño antes de salir de la ducha

- Perdón, perdón. No vi nada - decía el petiso haciendo aparecer una venda en sus ojos y caminando de un lado a otro sin mirarla.

- Deja de jugar al gallito ciego y decime que haces acá - hablo dándolo vuelta y quitando a la fuerza la venda de sus ojos.

- Que feo, ahora uno necesita motivos para visitar a la nena a la que le cambio los pañales

- Primero: no seas dramático, segundo: no soy una nena y tercero: habla, sabes que odio que me den vueltas - camino hacia el espejo y tomo un cepillo para desenredar su cabello, no sin antes ponerse su crema de coco para que sea más fácil.

- Vengo a hablarte de lo que se avecina...

- El periodo saros

- Correcto, punto para Selene - volvió a aparecer la pizarra que sumaba puntos

- ¿Qué quiere Juan Cruz de mí? - le pregunto directamente

- Vos sos especial, no solo por tus poderes y él lo sabe. Te quiere de su lado para que lo ayudes a plantar el caos en la mansión - le explicó

- Yo nunca haría eso - le dijo y él hizo una mueca - ¡No me mires así! Sabes que nunca lo haría - le reclamo molesta

- ¿Ni si quiera para seguir escondiendo tu pasado? - ella dudo y él se acercó apoyando una mano en su hombro - Selene la pelea en tu interior, entre el bien y el mal es mayor al ser hija de un ángel caído. Tu naturaleza se divide en dos y siempre un lado tira más que el otro.

- ¿Algo más? - pregunto seca

- Si, no podes darle información a tu padrino ni a Cielo. Ellos lo tienen que averiguarlo por su cuenta. No con historias como las que te contó tu padre - ella sonrió - Me sacaba canas verdes ese hombre, vos también tenías que averiguarlo sola - ella se reía

- Por parte de mí padrino no prometo nada. Y que Cielo se esfuerce

- Bueno, me voy - antes de irse la miro por última vez - nunca vas a superarlo sino lo enfrentas

Selene se quedó pensando en sus palabras, quizás tic-tac tenía razón pero ella seguía aterrada ante la idea, más aún después de su conversación con Sofía.