Resiliencia [Casi Angeles]

No hay tal crisis

Selene se había rateado de la clase de baile del rockland, prefirió quedarse a terminar de escribir su última canción.
Después cambio su ropa para ir al bar teenangels.

Se puso una remera con cuellito de tortuga blanca, un jean clarito, unas zapatillas y una campera marrón con corderito adentro.

Ani la había llamado como todos los días cuando le permitían hacer llamadas durante 10 min a su familia. Selene necesitaba escuchar la dulce voz de su mejor amiga y primer amor.

Hablaron un poco de su situación y de que Sofía estaba haciendo hasta lo imposible para sacarla de ahí adentro o por lo menos restar años a su condena pero la conducta violenta de Ani no ayudaba mucho. También la platinada le contó que había terminado con Luca, omitiendo la parte de JC y como estallaron sus poderes, pues no quería que la castaña se preocupara más de la cuenta.

- Va a ser un problema salir y llenarle la cara de dedos a ese idiota pero no te preocupes que lo voy a hacer - ella sonrió

- Ani, si salís de ahí adentro va a ser para estar conmigo y tu hermano, no para volver a entrar - le reprochó riéndose

- Pero me da bronca loco - podía imaginarse la pateando al aire como niña haciendo un berrinche, aunque no la viera la conocía lo suficiente - Encima que le dejo el camino libre con vos, la caga

- ¿Entonces le dejaste el camino libre? - le pregunto juguetona para cambiar de tema

- Bueno... - un suspiro se escuchó en la otra línea - Sabes que nunca voy a renunciar a lo que siento por vos.

- Si, claro - sonrió - Ani, te vas a volver a enamorar algún día

- Quizás... Pero nunca voy a volver a amar a alguien como te amo a vos. Nunca se repiten las historias, blanquita - a la ojiverde se le caían las lágrimas de la emoción - Y vos fuiste y serás siempre mí primer gran amor - se escuchó como las reclusas y los guardias la apuraban del otro lado de la linea. Ella bufo - Te tengo que dejar. Te amo, blanquita - la llamada se cortó

- Te amo, Ani - susurro aún con el celular pegado a su oreja y sabiendo que la castaña no la podía escuchar.

Ella suspiro observando el aparato entre sus manos. Hasta que una voz la distrajo