Resiliencia [Casi Angeles]

La familia

Selene se iba a acercar a ellos cuando fue detenida por Tic-tac.

- ¿Qué haces petiso? quiero ir con ellos

Dijo molesta y desesperada por escapar del agarre del hombre de blanco para correr hacia sus padres

- Selene, ellos no saben que sos su hija - eso la detuvo del forcejeó

- ¿Cómo que no? ¡Si! ellos son mis padres - ella podía sentir como sus ojos picaban

- Estamos en el pasado - comenzó a explicarle - Esta fue la última misión que se le dio tus padres, antes de la muerte de tu madre.

Ella los miro a lo lejos, se veían tan felices.

-  ¿Qué estás diciendo?  - Selene. Entendí todo pero se negaba a creerlo

- La misión de Jean era ayudar a tu madre a salvar su alma - ella recordaba eso - Y la misión de Iris, era salvar a alguien de la oscuridad.

- Entonces ellos me salvaron

- Más veces de las que crees

- No les puedo decir quién soy

- No, provocaría una paradoja temporal - Selene soltó un par de lágrimas pero asintió, ella había leído lo suficiente para saber que un pequeño cambio ocasionaría un gran caos.

Se acercaron a la pareja, Selene se quedó un poco más atrás.
Su padre lucía feliz y despreocupado como siempre. Su cabellera blanca brillaba con los rayos del sol y sus orbes plateados transmitían esa característica paz que tanto había extrañado.

Su madre se veía muy feliz y notaba como sus verdosos ojos brillaban al mirar al hombre a su lado. Su cabello dorado como el sol se movía con el viento. Su rostro era más severo que el de su padre pero tenía una chispa de picardía que relajaba sus facciones. Era hermosa, Selene sentía que no podía dejar de mirarla.

- Hacerla corta, petiso ¿Qué tengo que hacer? - la voz de la mujer era firme y demandante pero tan bella que querías seguir oyendola

Selene no podía evitar pensar que había heredado su carácter.

- Ella es su misión. Deben salvar su alma - tic-tac se hizo a un lado dejando a la vista a la joven platinada.

La pareja la vio detenidamente y no pudieron evitar sentir una extraña conexión hacía la joven.
El hombre se acercó sonriendo a ella.

- Hola, princesa. Mucho gusto, me llamo Jean y ella es mí esposa Iris - la nombrada también se acercó

Selene sentía que el corazón se le detuvo por un instante mientras buscaba su respiración.

- Hola, Soy Selene - ellos parpadearon asombrados, tenía el mismo nombre que su hija.

- ¿Qué te pone nostálgica, Selene? - le pregunto él