Resiliencia [Casi Angeles]

Despedida

Ella era sostenida por su amiga mientras caían ambas al piso, una al tratar de resistir el peso de la otra.

- Noooooo

El desgarrador grito de Gonzalo se escuchó en todo el lugar y sacando una fuerza feroz se libero del agarre de sus amigos para correr al lado de ambas chicas.

- No, no me hagas esto. No se te ocurra dejarme sola - le decía a la chica mientras hacía presión en su herida

El nudo opresor en su garganta era doloroso. Lágrimas caían por sus ojos, esos hermosos ojos que a ella le fascinaban.

- Me vas a dejar ir de este mundo sabiendo que estás enojada conmigo por salvar tu culo, como hice tantas veces - le hablo con dificultad por la herida de su abdomen.

Herida, con lágrimas en los ojos y aún sabiendo que su tiempo en ese mundo terminaba ella no dejo de sonreír.

- No, no porque no te vamos a dejar ir. Aguanta un poco más por favor. Todo va a estar bien - le hablo el rubio igual o peor que ellas dos.

La joven levantó su mano para que la tomara.

- No te quieras hacer el machito y recordá que soy mayor que vos.

- ¿Te parece de machito llorar?

- Muy. No está mal llorar y mostrar lo que sentimos. Hace falta coraje - ella siempre tenía las palabras perfectas para él

Miro a su amiga y le sonrió.

- Te acordás de las historias que leíamos estando presas. Eran cuentos de princesas infantiles y algo tontos pero todos tenían algo en común - su amiga sollozaba con fuerza asintiendo

- Todas tenían un final feliz.

- Ojalá no las hubiéramos leído, porque ahora sé que los cuentos de hadas nos mintieron. No todas las historias tienen un final feliz - ella negó con la cabeza, sus lágrimas ya corrían como agua por sus ojos.

- No digas eso. Claro que sí, lo tienen y lo vas a tener porque tú historia no termina acá.

- Una vez escuché que los finales felices son historias sin terminar. Espero que tengan un final muy feliz - hablo mirando al rubio - Porque mi historia acaba acá y por eso no es feliz.

- No te puedo perder a vos también. No me dejes solo - le suplicaba Gonza

- No, nunca vas a estar solo - ella sonrió con las pocas fuerzas que le quedaban - Prométeme que les vas a contar a tus hijos de mi, que les vas a decir que me amaste y protegiste, hasta que llegó el momento de devolverte el favor - le pidió y miro a la chica que lloraba

- No, detente - sabía que se estaba despidiendo

- Te amo - ella lloro aun más fuerte al escuchar esas palabras - Te amo cuando nunca ame a nadie. Te amo porque sos tan especial que estoy dispuesta a dar la vida por vos - se señalo con la mirada - No me arrepiento de lo que fuimos. Me arrepiento de todo lo nunca pudimos ni podremos llegar a ser

- Perdóname

- No me pidas perdón. Se que amas a alguien más. Espero que le hables a tus hijos de mi también, lastima que no pueda decir nuestros hijos - se hubiese reído en ese momento si el dolor no se lo impidiera

- Perdóname. Yo te tenía que proteger no vos a mí. No tendrías que estar metida en todo esto. Es mi culpa.

- No, este era mi destino, mi misión era morir protegiéndote - miro al rubio - ahora te toca a vos seguir protegiéndola.

- Lo lamento tanto. Tu vida no tendría que haber sido un desastre como la mía - le hablo su amiga

- Mi vida es mejor desde que apareciste en ella - los miro a ambos - Nunca olviden lo mucho que los amo, a ambos. Gracias por  hacerme tan feliz todos estos años. Te puedo pedir una última cosa? - la miro a ella

Y aunque seguía negada de perder a su amiga, no podía evitarlo.

Asintió llorando

- No dejen que la oscuridad, el odio, el rencor y todo lo malo los afecte. Sobre todo lo digo por vos - hablo mirando a su amiga - Sabes que siempre te ame y te voy a amar. Fuiste mi primer y único amor. El más inocente y puro de todos. Por eso no quiero irme de este mundo sin sentir tus labios por última vez.

- Te amo. Te amo tanto...

Corrió el cabello de su cara y toco su mejilla, ahogo un sollozo al sentir su piel fría. Se inclinó y con suma delicadeza junto sus labios con los de ella, el beso que pensó nunca dar, un beso de despedida. Era tierno y suave sus labios apenas se movían y el sabor salado de sus lágrimas que se mezclaban era como un recordatorio doloroso de que ese era su final.

Se separó y admiro sus ojos por un momento más.

Miro a ambos antes de despedirse para siempre

- Sean muy felices, es lo más deseo. Gracias... gracias hermanito. Gracias blanquita...

Selene:

“Gracias” fue lo último que escuche de ella, antes de que cerrara los ojos por última vez.
Y ahí; con su cabeza en mi regazo y su sangre por todos lados, fue que me di cuenta que por mucho que me amara, ella hace mucho había elegido su destino, uno en el que me abandonaba...

Mi relación con Ani fue como una guerra, fácil de empezar, difícil de terminar e imposible de olvidar. Pero como toda guerra tuvo que acabar y en algunos casos, como en este, de la peor forma.

No le mentí cuando le dije que la amaba. Ella fue mi primer gran amor, juntas escribimos esta historia, con altas y bajas.  Hasta este momento donde nos tocó escribir el final. El final que siempre tuve miedo de escribir.

Y recuerda belle aprovecha cada momento, cada palabra, cada emoción porque cualquier día esa persona puede irse sin avisar y dejará una gran marca...

Les juro que llore la vida en este capítulo 😭

Les dejo el espacio abierto para que comenten, lloren, compartan su dolor, me odien, lo que sea que estén sintiendo compártanlo en los comentarios.

Les confieso que me dolió mucho despedirme de Ani más que nada porque ella no fue un personaje pensado de ante mano como Gonzalo, fue más espontánea.

Quería alguien que hubiera acompañado a Selene en los momentos más difíciles y Ani fue perfecta para eso. No solo la quiso como una amiga sino como un gran amor. Su historia es mucho más compleja de lo que mostré y ella como bien dijo Juan Cruz llegó a la vida de Selene con una misión. Su destino estaba sellado y ella estaba dispuesta a aceptarlo.

Les dejo un pequeño vídeo de ellas dos para que lloremos más.