Capítulo 2

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Capítulo 2

Me sentía atrapada. Sebastián tenía algo absorbente en él, era como si no pudiese hacer nada más que pensar en él.

Me acompaño hasta el parque, mientras una vocecita en mi interior continuaba gritando “¡Corre! ¡Aléjate de él!”, pero cuando lo miraba lo veía tan inocente que no podía evitar sentirme mal por mis pensamientos. Aun así me sentía muy nerviosa, por lo que respire profundo cuando logre enviarle un mensaje corto a Aylen: “Parque esculturas, ¡búscame!”

Sebastián se acercó más a mí, estaba tan cerca que si se inclinaba podía incluso besarme. Sus ojos escrutaban mi rostro, mis nervios se incrementaron. De pronto levanto una mano y puso un mechón de mi cabello tras mi oreja, sentí un leve tirón, pero rápidamente me pidió disculpas diciendo que sin querer se enredó. Luego puso su mano en mi mejilla acariciándola, me sentía hechizada, embobada, había perdido completamente el control de mi misma y de mi juicio. En el fondo una parte de mi deseaba que alguien interrumpiera el momento, había algo que se sentía mal, a pesar que todo parecía perfecto.

― ¡Aria! ―Alguien grito. El hechizo se había roto, di unos pasos atrás torpementesintiéndome todavía aturdida. Era Aylen, quien me hacía señas para que me acercara.

Rápidamente fui hasta ella, mi mente comenzaba a despejarse por lo que quería irme lo más pronto de allí, pero Sebastián me siguió.

―Hola―dijo como una amplia y seductora sonrisa, que al verla debía confesar eraencantadora, mientras tendía una mano a Aylen ―Soy Sebastián―Apostaba a que sabía cuan seductor era.

―Aylen―Respondió ella, apretando suavemente su mano.

Sebastián se volteo hacia mí ― ¿Dónde estudias? ― pregunto

―En la universidad Mysore ―Respondí sin pensar, ni lograr dejar de mirar sus bellosojos grises que me tenían aprisionada.


Estábamos apoyados contra la reja que impide el paso hacia el río Mapocho, desde allí podía escuchar y ver el río abajo, a mi lado estaba el sendero de gravilla bordeado por bancas de piedra cada cierto tramo, y más atrás de todo eso se podían observar las esculturas que caracterizan al parque, rodeado de grandes árboles típicos del país.

El ruido del agua y el canto de los pájaros me relajaban, haciendo más amena la situación. Sebastián se alejó un poco, y de pronto sentí que algo cambio.

Me dio una larga mirada, di un paso hacia él, acercándome más, el no retrocedió por lo que quedamos como estábamos en un principio antes de que Aylen llegara.

―Estudio en Mysore ¿y tú? ― Pregunte, con una especia de renovada confianza. Noera yo, me sentía extraña actuando así.

―Yo me estoy tomando este año para decidir que estudiar ―Respondió sonriéndome.Le sonreí de vuelta y Aylen me llamo otra vez.

―Ya voy, dame un segundo ― le respondí con una voz que no sentía mía.

Hilos De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora