Capítulo 10

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―  ¿Señorita? ―Me llamo una de las empleadas de la mansión, Zoey, con la cual siempre había simpatizado un montón.

―  ¿Si?—dije despacio, levantando la vista del libro que leía, y notando que miraba nerviosa hacia todas partes, sacaba del bolsillo del delantal, un sobre y me lo tendía.

Mire para todos lados, poniéndome nerviosa y ansiosa también, lo tome y rápidamente lo escondí entre las páginas del libro que ahora reposaba en mi regazo.

― ¿De quién es? ― le pregunte en un susurro. Ella se inclinó hacia mí y bajo el tono.

―Es de ese tipo que a su prometido no le agrada ―respondió ella, y mirando que nohubiera nadie, agrego ―me pidió que se la entregara, y dijo que esperaba su respuesta pronto.

Una extraña ansiedad se apodero de mí, rápidamente me levante y dirigí a mi habitación para poder leer la carta lo antes posible, sin que nadie me pillara, necesitaba saber que decía. Subí las escaleras a toda prisa, entre en mi habitación, cerré la puerta y camine hasta el alfeizar de la ventana, inquieta mire hacia el jardín, temía abrir la carta, y ver su contenido tanto como lo ansiaba. Ya no sabía qué hacía con mi vida. Suspiré, y llenándome de resolución me senté frente al tocador, tome el abrecartas y rompí el sello de la carta.

Rápidamente deje que mi vista vagara por la carta, desplazándose por la letra que ya conocía tanto y me era tan familiar, al terminar de leerla, fui a un cajón, saque una cajita, y la guarde junto a las otras cartas que allí había de Adrián.

Tome una hoja de papel, unte la pluma en tinta, y escribí rápidamente unas líneas en respuesta, cerré la carta y la selle, fui donde Zoey.

― ¿Que te dijo sobre la respuesta Adrián? ―pregunte casi en un susurro.

―Que pasaría en una hora, a buscar su respuesta


―Por favor, ¿puedes entregarle esto? ―dije, con voz suplicante. Zoey tomo la carta, yal igual que la de Adrián la guardo en su bolsillo.

―No se preocupe, me asegurare de que llegue a sus manos ―dijo, sonriendo concomplicidad.

―Muchas gracias ―respondí, mi voz cargada de alivio y gratitud.

―Tenga cuidado, que si su prometido, o sus padres la descubren, realmente estará enproblemas ―dijo luego de ver mi cara de ilusión y ansiedad, tratando de aconsejarme.

―Lo sé ―dije, totalmente agobiada por la situación.

Volví a sentarme, y continúe leyendo, pero mi mente estaba totalmente dispersa pensando en Adrián, en que deseaba verlo, y hablar con él.

Me quede pegada viendo a un pajarito emprender el vuelo y deseando ser y sentirme tan libre como el, fui donde Zoey.

― ¿A dónde te esperara Adrián?―pregunte ansiosa.

―Siempre espera, fuera de la cocina, por las cercanías.

― ¿Aun tienes la carta?

―Si claro, aquí la tengo

―Dámela, se la entregare yo misma ―dije con una amplia sonrisa.

Zoey me tendió la carta con perplejidad.

― ¿A qué hora pasara? ―pregunte, y Zoey que seguía perpleja, desvió su vista de mí,y miró el reloj que había sobre la chimenea.

―En unos 15 minutos ―respondió titubeando.

Hilos De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora