Desperté cansada, era sábado, había estado durmiendo mal toda la semana, teniendo sueños por los que despertaba inquieta, pero que no era capaz de recordar.
Y en mi mente se repetían una y otra vez los momentos en los que había estado con Adrián, las veces que lo había visto y su voz cuando decía mi nombre. Pero el que más se repetía, fue cuando lo vi en el parque y la corriente al chocar nuestras manos, cada vez que lo recordaba, más emociones me embargaban, pero la que parecía predominar más que las otras era un calor abrasador que me hacía sentir en casa.
Me levante a regañadientes, y me arregle para ir a trabajar, no podía seguir dejando a mi mente divagar de esa forma, y la mejor manera de evitarlo era mantenerme ocupada, en este caso, en mi trabajo.
Cuando llegue, Sara dejo a Aylen atendiendo la caja y a mí a cargo de las órdenes.
Me concentre en el trabajo, y rápidamente llego la hora de colación, esta vez decidí quedarme allí.
Pero Sebastián llego, y pregunto por mí, y antes que tuviera tiempo de esconderme, Sara le indico donde me encontraba.
―Hola Aria, ¿Cómo estás?—pregunto, lanzándome una seductora mirada.
―Sebastián…hola, bien ¿y tú? ―
― Bien….pareces cansada ― dijo, frunciendo levemente su ceño
―No, estoy bien ―
― ¿Segura? ―Su voz bajo una octava, y mirándome directo a los ojos, repitió supregunta. Era en estos momentos, cuando las cosas se volvían extrañas, por mi parte no quería contarle nada más. Sobre todo lo referente a los sueños, pero cuando el insistía, impulsivamente no podía evitar decir aquello que deseaba omitir. Recordé lo que me había dicho Benjamín, sobre seguir mis instintos. Por lo que luche, luche contra el impulso, y me obligue a decir
―Si estoy segura ―dije, apenas en un murmullo. Realmente me había costadonegarme a ese impulso de obedecerle, y como consecuencia había terminado muy agotada mentalmente. Note que Sebastián lo había notado también, algo en su cara había cambiado, parecía molesto, eso se podía deber a que su ceño se había profundizado, y se veía sumamente concentrado como si intentara resolver un enigma oculto. Su expresión comenzaba a recordarme a la de un niño que tras un berrinche no consigue lo que quiere.
― ¿Y a que viniste? ―dije, intentando desviar su atención ya que sabía que si insistía,esta vez no lograría negarme.
―No me respondiste ―dijo, en cambio. Me congele por un segundo, perorápidamente me obligue a recuperar el control.
―Claro, que sí, y ahora yo estoy preguntando otra cosa ―dije, fingiendo estar molesta,cuando en realidad me sentía más preocupada y temerosa.
Ambos guardamos silencio por unos segundos, manteniendo la mirada fija en el otro, casi como si nos estuviéramos desafiando. Suspire.
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Hilos De Amor
Roman d'amour¿y si tuvieras la oportunidad de tomar otras decisiones, que en el pasado, te hicieron perder a tu amor verdadero? ¿lo harías? Aria es una chica como cualquier otra, pero un día su vida tiene un giro, y cada coincidencia, la lleva a descubrir un tr...