chapter two

502 41 0
                                    

La manera en como comencé fue cuando vine a la ciudad. Mis padres nunca me dejaron salir más allá del bosque, siempre me decían que me mantuviera con la manada y siempre obedecí, los lobos eran los que se encargaban de salir a cazar, de cuidarnos, mientras nosotras debíamos estar juntas, las mayores debían cuidar de nosotros los cachorros, mamá siempre nos enseñó a Juyeon y a mi estar juntos y defendernos de todo.

Mi curiosidad iba creciendo conforme me hacía mayor, ese día pelee con mis papás cuando me dijeron que yo, al ser la primogénita, sería la futura reina de la manada. Yo no soportaba escucharlos hablar así que me aleje del bosque hasta llegar a la ciudad, que fue donde transmute para andar en dos patas.

Me di cuenta que esta felicidad, esta libertad no la tenía en el bosque, así que seguí durante días en la ciudad, andando de arriba abajo. No me preocupaba por la comida o donde me quedaría ya que la manada Alaska tiene una amiga de alta confianza humana llamada Minzy y ella me dejo quedarme en su departamento, le aviso a mis papás que estaba bien y que me dejaran un tiempo para que pudiera pensar las cosas mejor.

No quería irme, yo quería una vida normal y fue así como la conseguí, mis papás mandaron a Juyeon a seguirme y él también se enamoró de la vida de la ciudad, tomo como pretexto que me cuidaría si él hacía lo mismo, pero no me convenció, no me engaño porque me daba cuenta en los monitores la forma en como reía, saltaba, bailaba. Jamás había visto a mi hermano bailar y lo hacía increíble.

Realmente parecíamos humanos. Humanos que debían escapar al bosque cuando la luna llena llegaba. Humanos que corrían y evitaban la luz de la luna para que no nos afectase. Tratamos de ser normales y olvidarnos que somos lobos y tenemos responsabilidades.

―Noona, vamos a salir. ―aviso Jongho.

― ¿A dónde van? ―pregunte saliendo de la cocina.

―Iremos al parque por unos helados, ¿quieres? ―negué agradeciendo.

―Esperen, ―camine hacia ellos―, mi abrazo.

Me acerque para abrazar a Jongho, Yunho y Yeosang, uno por uno, revoloteando su cabello como complemento. Siempre que salían, yo les daba un abrazo, lo hacía para que mi olor estuviera con ellos y así los demás lobos fuera de mi manada se mantuvieran alejados de ellos.

El olor de los primogénitos y futuros reyes hacían que otros lobos no pertenecientes a la manada se mantuvieran alejados y al límite porque sabían que nosotros tenemos más fuerza y poder así no podían acercarse por el miedo y el olor tan fuerte que tenemos los primogénitos a comparación de nuestros hermanos.

Cuando no sabía de esto, intentaron hacerle daño a Jongho en el instituto, había un lobo joven de una manada contraria, nos contó que él siempre lo molestaba y que no sabía cómo defenderse porque era muy fuerte, yo me encargue de él y tuve que asesinarlo después de la graduación así nadie sospecharía.

Si bueno fue una medida extrema, pero le hacía daño a Jongho y nadie le hace daño al niño.

―Wooyoung, ¿podemos hablar? ―aproveche que teníamos casa sola, necesitaba hablar.

―Estoy ocupado. ―estar en el celular no es una ocupación.

―Es en serio, necesitamos hablar de lo que paso hace tiempo. ―me refería a nuestra pelea.

―No tengo interés en saber nada, me dijiste que no me metiera en tu vida porque no éramos nada. ―recalco el nada.

―No tuve intención de herirte. ―comente.

―Y eso a mí no me interesa, ya te dije. ―alguien que me ilumine.

―Deja de ser tan terco y deja que hablemos, en serio, por favor. ―me coloque frente a él y le arrebate el celular para que mirara.

―Si tu no quisiste que habláramos ese día, yo ahora menos quiero hablar. ―y quitándome el celular se fue a su habitación y yo me quede parada como estúpida.

Oficialmente puedo decir que arruine esto, la única cosa bien que me estaba saliendo a la perfección tuve que venir yo con mis inseguridades, con mi miedo a arruinar lo que tenía con una persona la cual si me quería.

Solo espero que cuando se entere no me odie más de lo que ya me odia, supongo.

Al caer la noche, todos estaban hablando acerca de la celebración de halloween que estaba próxima a llegar, hablaban acerca de los disfraces y algo especial que pudiéramos hacer para el fandom, yo estaba sumida en mis pensamientos, dando vueltas al ramen que seguía intacto, ni siquiera escuche cuando me llamaron.

― ¡Hyeri! ―me soltó un golpecillo en el muslo Mingi.

― ¿Qué? ―le mire.

―Te estábamos hablando y tu ni en cuenta. ―me respondió.

―Lo siento, andaba pensando cosas. ―deje los palillos y fije mi atención en ellos.

Pero antes de que siguieran hablando mi celular sonó, corrí para tomarlo y contestar.

― ¿Qué pasa? ―pregunte al responder.

―Tienes que venir al bosque, rápido. ―me contesto mi hermano.

― ¿Paso algo? ¿Están bien todos? ¿Qué paso? ―conteste alarmada mientras me ponía mi abrigo.

―Intentaron dañar a los cachorros, hay lobos contrarios que están rodeando la zona, ven inmediatamente antes de que suceda algo peor. ―y me colgó.

Coloque mis botines, deje el celular en la mesa de centro y salí ignorando los llamados de los chicos, me puse el casco de mi motocicleta y emprendí viaje hasta el bosque ignorando los señalamientos de tránsito. Me caerá una multa, pero eso me importa poco, se trata de mi manada y necesito protegerlos.

Al llegar baje de la moto y me quite el casco, corrí hasta llegar a la zona y transmute al momento de saltar un tronco de árbol.

Mierda, tendré que pelear, necesito que me lastimen y rasguñen lo menos posible para no levantar sospechas a los chicos y que mucho menos me hagan preguntas.

ꜱʜᴇ'ꜱ ᴀ ᴡᴏʟꜰ | ᴀᴛᴇᴇᴢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora