narradora
La noche paso, los chicos no pudieron dormir tranquilos porque no sabían nada de Hyeri, su celular lo había dejado y no tenían manera de comunicarse con ella. Todos estaban reunidos en la sala a las siete de la mañana, esperando a que llegara y cruzara por esa puerta y poder preguntarle porque había salido tan deprisa.
La puerta se abrió, la pelinegra entro, se quitó el abrigo y los botines para andar descalza, miro nerviosa a los ocho jóvenes que la miraban esperando explicaciones, trato de sonreír, pero su mandíbula dolió al intentarlo, había recibido un golpe por parte de uno de los lobos cuando combatió cuerpo a cuerpo con éste mismo.
― ¿Y esos rasguños en la mejilla? ―ataco primero Seonghwa.
―Me los hizo mi gato. ―respondió.
―No tienes gatos. ―ataco otra vez Wooyoung.
―Hace poco mis padres adoptaron uno así que sí, ahora si tengo gato. ―volvió a intentar sonreír, pero no lo logro.
― ¿Qué te paso? Te fuiste tan de prisa que ni siquiera nos explicaste nada. ―ni siquiera era capaz de contestar con la verdad a la pregunta de San así que prefirió mentir, otra vez.
―Mi mamá se puso mal y mi hermano me llamo diciendo que debía ir porque necesitábamos llevarla al hospital. ―comento pidiendo a la luna que le creyeran.
―Pudiste habernos hablado, nos preocupamos mucho, creíamos que te había pasado algo porque no llegaste a dormir. ―camino Jongho hasta ella y la abrazo con fuerza.
Hyeri tuvo que disimular el dolor que tenía en su costilla izquierda para poder corresponder al abrazo del maknae.
La dejaron descansar, hizo como que estaba dormida cuando cerraron la puerta de su habitación y se levantó al instante mordiendo sus labios para no quejarse del dolor que tenía. Un dolor que no se le pasaría tan rápido como a otros porque no tenía ya el mismo metabolismo que antes. Había adoptado la vida del ser humano y eso significaba comer lo que ellos comían.
―Mierda, necesito recuperarme de esto, no puedo seguir así, ni siquiera sé que hacer. ―bajo su blusa y se recargo en el espejo.
Cerro sus ojos un momento, recordando lo que sus padres le habían dicho antes de que volviera.
«flashback»
Se ponía su abrigo de nuevo para volver al dormitorio, aseguraba que los chicos estaban preocupados porque salió sin decirles nada. Justo cuando caminaba para irse, la voz de su padre la detuvo.
―Hyeri ¿piensas irte? ―se giró para mirarlo.
―Los chicos seguramente están preocupados. ―respondió.
― ¿Y aquí? ―le pregunto―, ¿aquí acaso no te necesitamos? ―pregunto mirándola fijamente.
―Papá no co-... ―pero su padre la interrumpió.
―Escucha bien esto Hyeri, recuerda que eres la futura reina de la manada alaska, la última luna llena del año se acerca y por consecuente tu presentación, tienes solamente ocho semanas antes de que llegue, ―se acercó a su hija―, tienes ocho semanas para decidir si dejas a esos chicos o a la manada. ―finalizo.
«fin del flashback»
Nuevamente la presión le estaba invadiendo, los nervios la estaban comiendo viva y las dudas le inundaban la mente. No sabía qué hacer, no sabía cuál sería su próximo movimiento. Necesitaba pensar, necesitaba ayuda, pero ¿cómo iba a pensar si a cada rato la estaban presionando y ni siquiera la dejaban respirar?
Tenía solo dos opciones y la que tomase sería la definitiva, afectaría a ambas partes. Cualquiera que fuese su decisión, debía pensarla perfectamente, desarrollarla a detalle, revisar los pros y contras porque, si ahora intentaron hacerles daño a los cachorros, mañana podrían intentar dañar a los chicos y ella no quería eso.
Tenía cuatro años de conocerlos y esos mismos cuatro años era el tiempo que llevaba ocultándoles su secreto.
―Creí que estarías dormida. ―abrió sus ojos y miro al pelinegro.
―Se me espanto el sueño. ―respondió.
―Tengo cuatro años de conocerte, estoy contigo las 24 horas de los siete días de la semana y yo sé que te pasa algo. ―se acercó a ella y Hyeri le miro, le conocía tan bien.
―Hong, a ti no te puedo mentir, a ti no te puedo ocultar como me siento porque te das cuenta en un santiamén, pero tampoco puedo decirte. ―se sintió mal por mentirles, pero no se sentía lista para decirles.
―No te voy a presionar, todo a su debido tiempo. ―la atrajo para con él y la abrazo―. Solo te diré que pase lo que pase siempre estaremos contigo, todo se pondrá bien, solo debes esperar.
―Confío en que sí. ―el pelinegro dejo un beso en la frente de la joven.
De nuevo se quedó sola, trato de pensar lo menos posible en lo que había sucedido y solamente se dedicó a dormir. Necesitaba pensar con la cabeza fría y crear algunas estrategias que pudiesen ayudarle a tomar su decisión final. Se encontraba entre la espada y la pared, sentía el filo de la espada sobre su cuello y las gotas de sangre comenzando a deslizarse sobre su piel. Ya no tenía demasiado tiempo, la arena del reloj se estaba agotando.
Solo tenía que tomar en cuenta que no solamente los enemigos saben que atacar a la manada es su punto débil.
Había ocho humanos que se habían vuelto especiales para la joven y los lobos lo sabían.
ESTÁS LEYENDO
ꜱʜᴇ'ꜱ ᴀ ᴡᴏʟꜰ | ᴀᴛᴇᴇᴢ
Fanfiction𝐈'𝐌 𝐍𝐎𝐓 𝐅𝐑𝐎𝐌 𝐇𝐄𝐑𝐄 || ❝Tienes dos opciones: dejar el grupo y salvarlos o dejar la manada y ponerlos al filo del peligro, tu decides el destino de esos ocho chicos❞. Lo que ella no sabía era que existía alguien más astuto que, sin present...