chapter nineteen

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narradora

El día había llegado y todos estaban nerviosos debido a los acontecimientos desconocidos que ocurrirían esa noche.

Hyeri tenía la seguridad de que podría cuidar a los chicos dejándoles ahí en el dormitorio, pero toda seguridad se fue al carajo cuando recibió una nota anónima estando sola. No quiso decirle nada a los chicos, apenas era de mañana, no sería el mejor momento, por eso la estaba leyendo encerrada en el baño una vez más antes de salir y decirles que su decisión había cambiado una vez más.

"Llévalos, en el dormitorio no estarán seguros si no cumples con todo lo que te digo. Si no rechazas a tu compañero de vida, entonces cumpliré la amenaza que te hice en la nota anterior".

¿Cómo seguir con el día después de recibir eso? Necesitaba saber ya quien se estaba pasando de listo enviándole aquellas notas que guardan todo rastro de esencia y le impiden saber de quién se trata.

Esta vez se estaba equivocando, sus corazonadas no estaban funcionando. Sospechó primero de Xiao Jun, pero su lobo interior le dijo que se equivocaba, después tuvo la loca idea de que era Wooyoung, pero nuevamente su lobo le dijo que se equivocaba. No tenía opciones, éste reaccionaba cuando ella elegía a alguien o reaccionaba también ante el peligro y eso es precisamente lo que sucede: en todos esos años que lleva en la ciudad, su lobo no reacciono ante nada que gritara peligro.

Les aviso sin darles mucho detalle, escondió la nota entre su ropa interior para que no la encontraran, el día transcurrió tranquilo, aparentemente. Hyeri se mordía las uñas y movía la pierna de vez en cuando dejando mostrar la preocupación que tenía. Se sentía inquieta desde que el día comenzó. Y como no estarlo si todo podía pasar esta noche.

La luna salió iluminando el bosque enseguida, estaban ya reunidos allí, esperando a que la mayor de los Lee saliera para que su manada y los demás lobos pudieran verla. Sentía las grandes rocas pesadas sobre sus hombros mientras caminaba hacia el frente donde la luz de la luna estaba situada, volteaba a cada momento hacia sus lados intentando percibir el peligro, pero nada, absolutamente nada se había presentado todavía.

―Quédate con ellos. ―le pidió a Juyeon cuando se le cruzo en el camino―. Si algo me pasa, llévatelos a la casa y no dejes que salgan.

―Te lo prometo, pero no seas negativa. ―ella asintió y soltó la mano de su hermano.

Esa fina capa de seda blanca se hondeaba al ritmo del viento, se quedó de pie justo enfrente de su especie, todos estaban reunidos para ver su presentación, no sabían cómo la luna iba a darle a conocer quién era su mate, estaban expectantes por eso. Por eso y por saber de quien se trataba.

―La luna se regocija por ver a su hija frente a ella. ―comenzó a hablar su padre―. Esta noche estamos aquí reunidos para ser espectadores...

Sus oídos se volvieron sordos, no estaba prestando atención a lo que decía.

Eso no le preocupaba.

Lo que sí le preocupaba era que de momento a otro comenzó a alterarse sin razón, disimulo la molestia que se creaba en su cuerpo, pero no pudo disimular que algo malo andaba pasando y de eso Juyeon se dio cuenta.

―Hoy se presenta ante su especie y ante la madre luna Lee ___, lo hace como líder de la manada Alaska y reina de nuestra especie.

«La luna a veces se equivoca»

Escucho una voz en su cabeza.

«Y contigo se equivocará»

La reconocía, pero ¿de dónde? Juraba que había escuchado esa voz en alguna parte, solo que su mente no lograba recordar de dónde.

«Un humano no puede ser parte de nosotros»

Inesperadamente, cuando esa voz se dejó escuchar en su cabeza, su lobo se calmó como si lo hubieran domado al instante. Tranquilizado y feliz por escuchar esa voz, Hyeri comenzó a preocuparse de mas; sabía que esa persona estaba cerca.

Ni siquiera atención estaba prestando, los aplausos y gritos de los lobos la sacaron de su trance, ¿tan rápido había sido la presentación? ¿o era ella que estaba sintiendo el peso de los minutos como horas? Todo era confuso, sobre todo porque la luna aun no le estaba mostrando quien era su compañero de vida y eso, ante los ojos de los demás, era extraño.

Después de una presentación, viene la revelación, así ha sido siempre, no ha cambiado nada, al menos la luna no lo ha demostrado. ¿Por qué todo era tan confuso? ¿Por qué esa voz logro calmar a su lobo llegando al punto de ponerlo feliz? ¿Quién era?

«Sin darte cuenta estas rechazando al hombre que la luna había unido a ti y por eso ella no lo ha revelado»

Ahí tuvo ese presentimiento: tenía que sacarlos de ahí.

Demasiada confusión, tenía que pararla.

Se dirigió hacia su hermano atrayendo la atención de más de uno, le pidió que se los llevara de vuelta al dormitorio y no los dejará salir por nada del mundo. Su padre se inquietó también cuando la vio tan alterada llegando a un punto en el que ya no podía confiar ni en su propia sombra.

―Te buscaré sino vuelves en cinco horas. ―dijo Juyeon tomándola del brazo cuando ella tuvo intenciones de huir.

―No. Si antes del amanecer no vuelvo, preocúpate. ―se zafó de su agarre, arranco la capa que tenía unida al vestido y salió corriendo adentrándose más al bosque para buscar quien era el causante de sus inquietudes.

Lo largo de su vestido no ayudaba, se atoraba la tela entre las ramas de los arbustos impidiéndole caminar con seguridad. Ni siquiera tenía rumbo fijo, no hasta que se dio cuenta que estaba en lo más profundo del bosque; a ese lugar donde la luz de la luna no llega. Y su andar hubiese seguido pero un golpe en la cabeza la hizo caer boca arriba sobre el césped cerrando sus ojos, no sin antes ver aquella silueta negra que se arrodillo para cargarla.

ꜱʜᴇ'ꜱ ᴀ ᴡᴏʟꜰ | ᴀᴛᴇᴇᴢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora