ꜱʜᴇ'ꜱ ᴀ ᴡᴏʟꜰ | ᴀᴛᴇᴇᴢ

final

Una soga ataba sus manos y tobillos, movía la cabeza lentamente debido al dolor todavía presente del golpe dado en su nuca, abrió los ojos con pesadez al sentir la habitación desconocida en la que estaba con esa fuerte iluminación ceñida sobre ella.

¿Qué estaba pasando? ¿Dónde estaba? Eran preguntas frecuentes en su cabeza aturdida que no lograba captar todavía en qué estado estaba, pero era obvio que no se encontraba en una situación muy agradable a simple vista.

Cuando la puerta frente a ella se abrió, ese rechinido causo escalofrío en toda su espina dorsal provocándole más preguntas. No entendía porque sentía miedo aun cuando su lobo esta tan tranquilo durmiendo como si nada estuviese pasando. ¿Eso era normal o debía comenzar a preocuparse de más?

―La bella durmiente despertó al fin. ―hablo la voz masculina delante de ella. Hyeri, al verlo, se sorprendió ya que no esperaba verlo a él.

― ¿Tu? ―pregunto aun confundida de ver la silueta masculina y cabellera morada.

―Sorpresa su majestad, que gusto verla. ―una risita salió de su boca mientras la veía haciéndola sentir patética en su estado.

―No me esperaba que fueses tu quien escribiera esas amenazas y me obligaras a alejarme de San, realmente me has tomado por sorpresa Lee Know.

Unos aplausos y otra risa salieron de él, ella le miro mal, ¿acaso había dicho un chiste como para que se riera de esa forma?

―Admito que la coartada salió perfecta. ―camino hacia Hyeri posicionándose detrás de ésta―. Tus padres te advirtieron que existían más como nosotros en la industria, creí que te darías cuenta sobre mi pero ya veo que no eres tan inteligente como dices serlo.

La chica se movió peligrosamente queriéndose zafar de ese agarre empleando más fuerza sobre la soga. Minho noto ese movimiento, aunque ella quisiera escapar o darle pelea, no podrá lograrlo.

―Es inútil que intentes siquiera escapar, no estoy solo. ―se puso a un lado suyo enculillándose para verla.

―Así que tú eres el primogénito de la manada Blood Moon, el que me defendió de Jungwon..., el que puede controlar mi lobo.

Él negó varias veces.

―Yo solo fui parte de la ayuda. ―aquellas palabras causaron confusión―. Su majestad, primogénita de la manada Alaska quien rechazo a su compañero de vida aun sin saberlo, le presento al primogénito de la manada Blood Moon.

Aquella sonrisa apareció, Lee volteó hacia la puerta al mismo tiempo que Hyeri lo hacía. Una figura caminaba hacia la habitación, no se podía ver con claridad debido a la nula iluminación de afuera, solo se escuchaban aquellas botas chocar contra la desgastada madera.

No fue hasta que se abrió paso hacia la luz, sus elegantes prendas fue lo llamativo, pero no tanto como el rostro sorprendido de Hyeri al ver de quien se trataba realmente.

―No, no, no, no puedes ser tu... por favor dime que no eres tú, que esto es una broma.

―Siento romperte tus esperanzas.

Camino hacia ella, le pidió con la mirada al de cabellos morados que se retirará, él no hizo otra cosa más que hacer caso y salió de ahí dejándolos solos.

―Me voy a presentar correctamente linda: soy el primogénito de la manada Blood Moon, aquel que te defendió de Jungwon, el que puede controlar tu lobo debido a la conexión que tiene con el mío, un gusto conocerte Lee Hyeri, soy Jung Wooyoung.

Las primeras lágrimas comenzaron a escurrir por sus mejillas, el chico se sintió mal por haber hecho lo que hizo y seguía haciendo. No había sido con mala intención, según él, pero había sido para un buen propósito. De ante mano conocía que San y ella jamás terminarían juntos, por eso no se preocupaba en querer quitársela.