narradora
Dos semanas antes de la presentación a los lobos, Hyeri tuvo que recurrir al llamado de sus padres, así como también Juyeon. Los hermanos Lee iban ignorantes ante la situación, solo fueron avisados para que fueran a su encuentro dejando sus respectivos grupos en medio de una importante práctica. Sabían que ellos no les interrumpían cuando solían trabajar. Si los llamaban ahora es porque era una situación grave o una noticia fuerte de la cual debían estar al tanto.
Los dos llegaron en su forma lobina, transmutaron a su forma humana cuando entraron a la casa que estaba ubicada en los suburbios del bosque, uno que fue construido por ellos mismos para alejarse de los humanos y evitar hacerles daño.
―Nos pidieron vernos, ¿qué sucede? ―pregunto Hyeri al estar frente a sus padres con Juyeon al lado suyo.
Su madre les hizo un ademan para que tomaran asiento, después empezó a hablar.
―Son dos noticias y ambas no serán agradables ante sus oídos. ―desde ya sus corazones estaban latiendo a mil por minuto.
Si su madre les dijo eso es porque realmente sucede algo malo y que su padre este callado y muy pensativo, les hizo saber que lo que van a escuchar será fuerte.
―Nos han declarado la guerra. ―Juyeon abrió sus ojos ante la noticia y Hyeri se ahogaba con su propia saliva.
― ¿Qué mierda? ―exclamo el pelinegro―, ¿quién se atrevió?
―La especie con la que siempre hemos tenido problemas: los vampiros. ―la mandíbula del chico se tensó y los puños de la castaña se cerraron―. Si esto no hubiese sido importante, no los hubiésemos llamado, pero los necesitamos.
―Espero no se nieguen a ayudar a los suyos. ―comento su padre mirándoles con la intención en sus palabras.
―Somos lobos papá, es obvio que no los dejaremos. ―dijo Hyeri mirándole de la misma forma.
Una guerra se declaró, esta vez los vampiros fueron contra los lobos.
Ambas especies han estado en pleito desde los inicios de sus creaciones, las generaciones pasadas jamás encontraron un porque a ello. Quizás rivalidades, diferencias, pero siempre habían estado separados, sin chance alguno de remediar lo mal hecho por parte de alguna de las dos especies. Y ahora no era la excepción, Juyeon y Hyeri crecieron siempre con la idea de que los vampiros quieren ganar terreno y poderío por sobre los lobos.
Cosa que no iban a permitir. Ahora en declaratoria de guerra, tendrían que alejarse de los chicos, si los vampiros se enteraban acerca de la existencia de humanos especiales que rodean a los dos hermanos, un baño de sangre teñirá el bosque si se atreven a tocarlos.
―Hay otra cosa más, ―fijaron su vista de nuevo en su madre―, ¿recuerdan a la manada Blood Moon?
Ambos asintieron.
―Han vuelto.
Pronunciando aquellas palabras, el corazón de Hyeri ser acelero al máximo provocando que le faltase el aire y tuviese que tomar la mano de Juyeon cuando la noto mal después de escuchar que la manada Moon, la manada rival de Alaska, volvió para, seguramente, seguir haciéndoles la vida imposible como siempre era una costumbre suya, pero eso no era lo verdaderamente preocupante para la chica, existía una razón más por la cual estar preocupada e inquieta.
―Eres la futura líder, querrán interponerse y presentar a su primogénito. ―Hyeri negó ante lo dicho por su padre.
―Yo soy la futura reina de la manada, la líder de la especie, no permitiré que venga otro a robarme mi lugar, soy la más apta para esto así que no, peleare si es posible. ―se soltó del agarre de su hermano para caminar de vuelta al sofá y sentarse frente a ellos.
―Tienes que pensar muy bien todo, seguro asistirán a tu presentación a la madre luna y a los lobos así que no pierdas la calma si no lo amerita la situación.
Asintió a lo dicho por su madre. Siempre había sido una mujer de paz. Misma paz que se iba al diablo cuando se metían con sus cachorros. Hyeri había heredado una mezcla del carácter de su madre y de su padre, contrario a Juyeon quien salió en carácter igual al patriarca llevándolo a ser el que siempre pierde la calma al primer segundo.
―Tengan en cuenta ambas cosas: la guerra contra los vampiros y la llegada de la manada Blood Moon, ambas son importantes, no les resten importancia. ―asintieron al mismo tiempo, pero antes de irse Hyeri decidió atreverse a preguntar sobre los vampiros, tenía curiosidad.
―Padre, ¿tú sabes quién los lidera? ―refiriéndose a la especie contraria.
―Los espías nos lo dijeron y solo les diré una sola cosa a los dos, escuchen atentamente, ―se acercó a los dos tomándolos por los hombros―, no son los únicos mezclados con los humanos en esa industria.
― ¿Qué quieres dar a entender con eso? ―pregunto Juyeon aun confundido.
―Ustedes creen que solo existen ustedes haciéndose pasar por humanos normales que se dedican a cantar sobre un escenario, pero no es así, abran bien los ojos y sospechen hasta de su propia sombra, ¿entendieron? ―los hermanos asintieron mirándose nerviosos.
Aquellas palabras no cayeron para nada bien y ahora sus mentes estaban bloqueadas. El o la líder de los vampiros puede esconderse también entre los humanos haciéndose pasar por un idol, así como ellos, eso es lo que les aturdía impidiéndoles pensar con claridad. Tenían que proteger a sus grupos, de eso no había duda, pero se arriesgarían también a averiguar quién tenía una máscara, así como ellos.
Antes de irse, surgió una nueva duda en Juyeon deteniéndolo a él y por inercia a su hermana.
― ¿Quién es el primogénito de Blood Moon? ―ambos padres se miraron; esa también era su duda.
―No lo han presentado, nadie sabe quién es.
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ꜱʜᴇ'ꜱ ᴀ ᴡᴏʟꜰ | ᴀᴛᴇᴇᴢ
Fanfiction𝐈'𝐌 𝐍𝐎𝐓 𝐅𝐑𝐎𝐌 𝐇𝐄𝐑𝐄 || ❝Tienes dos opciones: dejar el grupo y salvarlos o dejar la manada y ponerlos al filo del peligro, tu decides el destino de esos ocho chicos❞. Lo que ella no sabía era que existía alguien más astuto que, sin present...