chapter eight

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Tuvimos que regresarnos al dormitorio obviamente porque Yeosang no tenía fuerzas para seguir caminando, yo le tuve que pedir que no dijera nada, que se mantuviera callado y aunque me insistió demasiado para que no siguiera ocultando esto, tuve que hacerle la promesa de que les contaría, pero no ahora claro estaba.

― ¿Por qué tan de repente te sentiste mal? ―le pregunto Hongjoong a Yeosang y yo le mande mirada al menor.

―Me maree un poquito, pero ya se me paso. ―respondió.

―Al menos te sientes mejor, lo preferible es que vayas a dormir temprano, para que descanses. ―hizo caso a lo que Hongjoong dijo y paso de mi lado.

No tenía previsto que reaccionara de esta forma, pero lo considero una reacción normal.

―Tú estabas con él, ¿Qué le paso realmente? ―de nuevo Joong me pregunto.

―Tan de repente se sostuvo de mí, me dijo que se sentía mareado y para cuando quisimos seguir caminando, se desmayó en mis brazos. ―explique con tranquilidad.

Nos avisó que llevaría mañana al médico a Yeosang y nosotros estuvimos de acuerdo. Me siento mal por mentir, pero necesito callarme, no puedo permitir que descubran mi verdadera identidad. Tiene que ser más adelante, yo lo siento mucho pero así tiene que ser.

Ahora mismo solo quería enfocarme en el trabajo y las practicas, no quería pensar en nada más a pesar de que la última luna llena estaba ya casi encima de mí y mi lugar en la manada comenzaba a reclamar a su dueña. El tiempo se me estaba acortando, solo tenía seis semanas antes de que se llegara el gran día.

»tres semanas después«

Era mediados de noviembre, me comenzaba a desesperar porque el tiempo estaba acabándose y yo todavía no tenía una decisión. Los ataques a mi manada disminuyeron, pero los intentos de acercamiento por parte de otros lobos hacia los chicos eran casi de todos los días. Ellos no lo notaban, pero Yeosang y yo sí, siempre le pedía que se llevara a los demás a otras partes mientras yo me encargaba de esos malditos lobos.

Hace dos días tuve una charla con mi hermano, casi volvíamos a discutir, pero disminuyo su tono de voz al verme tan nerviosa y preocupada. De toda la conversación, hubo algo que se me quedo muy marcado en la memoria:

―Tienes solo dos opciones: dejar el grupo y salvarlos o dejar la manada y ponerlos al filo del peligro, tú decides el destino de esos ocho chicos.

Juro que mi alma estaba desprendiéndose de mi cuerpo con cada palabra, Juyeon también tenía amigos que proteger, pero la responsabilidad estaba sobre mí, porque yo soy la próxima líder, porque yo soy la primogénita, porque a mi intentan debilitar. Quieren verme destruida y por eso intentan atacarme y debilitarme con ellos.

― ¿Podemos hablar? ―fije mi vista en San quien estaba recargado en el marco de la puerta.

―Tú dirás, ¿Qué sucede? ―sabía bien para que quería hablar conmigo.

―Quiero saber exactamente que sucede entre nosotros, me confunde esa parte de nuestras vidas porque no la tengo clara. ―cerro la puerta para después acercarse a mí.

No es el único, estoy igual, pero no es cuestión mía elegir a quien amar, la luna se encargará de mostrarme quien será mi compañero de vida y estoy 100% segura que será un lobo igual que yo al cual estoy obligada a amar.

―San enserio no creo que sea conveniente, es decir, nosotros no podemos estar juntos. ―y era la verdad, no le mentía.

― ¿Es por la edad? Ni siquiera soy tan menor que tú, solo son meses de diferencia, no tiene nada de malo que estemos juntos. ―se acercó de más, me arrincono contra la pared tomándome de la cintura.

Conocía bien la reacción de mi lobo, le gustaba la cercanía de San, y aunque a mí igual, pero muchas de las veces, mi madre me conto que los lobos se equivocan al elegir a sus compañeros de vida, así que la manera en cómo se puede comprobar la verdad es haciendo que la luna nos revele quien es. En pocas palabras, es la luna quien tiene la última palabra en el momento de la presentación.

Al estar ya conectada con la realidad, me estaba besando, nuevamente nos uníamos y sentíamos la necesidad de estar cerca el uno del otro. No podía negarme, no podía alejarme, no podía, no podía realmente no... no, no quería, yo no quería que San dejara de besarme, quería estar cerca suyo, pero ¿Qué mierda esto? ¿Por qué tan repente reacciono así? Ni siquiera me sentía así con Wooyoung y ahora me estoy sintiendo mal por ello.

―Ya basta, detente, no vuelvas a besarme. ―me aleje del pelinegro para intentar salir, pero me bloqueo el paso.

―Tu sientes lo mismo que yo, me doy cuenta cuando me miras, cuando correspondes a los besos que te doy. Me quieres, así como yo te quiero. ―volvió a abrazarme, pero esta vez por detrás rodeando con fuerza y delicadeza mi cintura―. No te sientas mal por otras personas.

―No quiero malos entendidos, pero antes de ello, entiende San no podemos estar juntos, yo sé porque te lo digo, entiéndeme. ―mierda, adoraba su olor, es tan exquisito.

¡Concéntrate Hyeri!

Antes de que pudiéramos decir alguna otra palabra, la puerta del dormitorio se abrió, entro Yunho gritando que la camioneta en donde Hongjoong, Wooyoung, Jongho, Yeosang y Mingi andaban se había quedado tirada en medio de la carretera porque habían olvidado echarle gasolina, yo me alejé de San y salí de la habitación para saber exactamente en qué parte de la carretera estaban.

― ¿Cerca de aquí o dónde? ―pregunte a Yunho.

―La carretera que divide las dos partes del bosque. ―me respondió y yo me altere.

El bosque, ¡¿no pudieron quedarse tirados en otra parte?!

―Vámonos antes de que caiga más la noche. ―tome las llaves de la otra camioneta y salimos del dormitorio.

Es de noche, hay niebla dispersada por toda esa área y a los lobos contrarios les sirve para pasar desapercibidos para así atacar, además, hay luna, es la única luna de noviembre y no pueden perderla. Madre luna, ayúdame que todavía no es momento de que sepan quién soy.

ꜱʜᴇ'ꜱ ᴀ ᴡᴏʟꜰ | ᴀᴛᴇᴇᴢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora