Capítulo 20

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Jayden Miller

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Jayden Miller

7 meses atrás

Cuando tenía nueve, mi madre siempre solía decirme que los golpes que te da la vida, solían ser la base de lo bueno que te sucederá a lo largo del camino.

Es estúpido, ya que los únicos golpes que recibía, provenían de mi padre.

Solía esconderme con Ángela en mi habitación, ponerle seguro a la puerta y meternos al closet o debajo de la cama, para que la pequeña castaña no escuchara los gritos de nuestra madre y como nuestro padre le dejaba moretones o cortadas en el cuerpo.

A pesar de todo, tampoco quería que tuviera el visto malo de una de las personas más importantes en su vida, tratando de apartar lo que nos hacía.

Siempre fui de mente muy abierta, porque a la hora de mi madre decirme que "Solo me demuestra su amor"

Sabía que no era cierto, sabía que no eran la típica relación donde se querían y vivían en armonía, no eran como los padres de mis amigos. A los once intente escapar con Ángela, sabía que no era la decisión más coherente, pero tan solo tenía once y mi único propósito en ese entonces era cuidar de Ángela.

No logre mi objetivo ya que cuando estaba a punto de salir por la ventana de nuestra casa, él nos había visto y no tardó mucho en darme mi merecido. Lo único que me alivio en ese entonces es que no le toco ni un solo pelo a Ángela. Nunca lo hacía.

Después de su trágica muerte, la cual lamento mucho.

Mi madre pudo ejercerse como la gran doctora que es hoy en día. No volvió a intentar nada con otro hombre, ya que ella decía que era suficiente.

Mi mirada queda clavada en el hombre que mira con preocupación a mi madre la cual los ojos se cristalizan a punto de estallar.

—Cáncer terminal —Suelta con la mirada al suelo— ¿No podía ser otra cosa? ¿Necesariamente cáncer? Y terminal. No habrá salvación...

—La entiendo señora Miller, pero no depende de mí la causa de estas enfermedades, es la naturaleza, es su cuerpo...

—¡Se equivoca! —Alza la voz— Nunca ha experimentado esto, tal vez lo estudia, tal vez conoce el tema, pero no sabe lo que es tenerlo y que alguien quien ame lo tenga.

—Tengo 20 años en esto, he experimentado de todo, créame.

Ella niega lentamente calmándose.

—¿hay alguna manera de...

—Miller, usted es una de las mejores doctoras que hay, no trate de engañarse. Sabe perfectamente que ya no se puede intentar nada.

—Me reusó...

El doctor la mira comprensivo. Ya ha experimentado este tipo de actitudes.

Entonces por un momento voltea a mirarme.

Fríamente Calculado (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora