Todo estaba saliendo muy bien en la vida de Agnes, tenia a sus amigos, a su hermano, a su tía, pero lo que no esperaba Agnes, era tener que descubrir los secretos que la rodeaban todo el tiempo, haciendo que las mentiras mas pequeñas sean ya suficie...
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Agnes Wilson
—No hace falta que hagas esto Mariel —La regaño, no tan animada.
La rubia quien ahora llevaba una peluca de color negro y unas gafas que logran no poder identificar con exactitud su rostro, mira frustrada a todos los del hospital.
—Claro que es necesario —Dice indignada— Me mire en el espejo y ni yo parezco.
—Como es que permití esto —Se regaña así mismo el castaño.
—Jayden, deja de refunfuñar —Pone los ojos en blanco cruzando sus brazos.
—¿Estás viendo lo que haces?
—Si, si, ya siéntate —Suelta con fastidio la rubia.
—¡Mariel estoy sentado! —Exclama Jayden mostrando la silla.
—Cállense —Los miro con molestia y claramente con desinterés— Mariel, trata de no dar sospechas.
—Si, porque es muy normal tener lentes dentro del hospital.
—Jayden, puedes ya parar —Voltea a mirarme y luego a el— Vine aquí porque quise, no intenten cuidarme, yo lo hago sola.
Solo logro mirar el fastidio de Jayden.
Después de unos largos minutos, puedo ver a Amber aparecer con un hombre a su lado, quien la abrazaba con apoyo. Pude determinarlo de inmediato, era el padre de Elena, eran muy parecidos físicamente. Era alto, su cabello rubio igual que el de su hija y sus ojos grises los cuales observan a Amber con comprensión y cariño.
—Agnes —Dice mi tía al verme sentada, de inmediato se acerca y me abraza desesperada— ¿Dónde te metiste? ¿estas bien?
—Si, estoy bien —Digo en seco.
—Está muy grave —Sus lágrimas caen sin parar— Esta vez no se ve bien, comió algo que le afecto, dicen que pudo haber sido veneno.
—Tienes que calmarte ¿sí? —Trato de entenderla— El estará bien.
El hombre con quien vino Amber se acerca a nosotras con Elena en brazos, a cierta vista es intimidante su altura.
—Mucho gusto —Extiende su mano con educación— Soy Víctor el-
—El prometido de Amber, si, ya lo sé —Le extiendo la mano sin muchas ganas.
—Papá, ella es de quien te hable —La niña me mira con una sonrisa— Es como mi hermana.
—¿Ah sí? —La mira crédulo.
—Si, ella me cae mejor que Amber, pero Amber esta triste así que hoy me cae bien.
La pequeña elena se acerca a Amber y está la levanta cargándola.