Todo estaba saliendo muy bien en la vida de Agnes, tenia a sus amigos, a su hermano, a su tía, pero lo que no esperaba Agnes, era tener que descubrir los secretos que la rodeaban todo el tiempo, haciendo que las mentiras mas pequeñas sean ya suficie...
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Antes del accidente, Preston y yo nos habíamos reunido varias veces, el restaurante, las llamadas, el día que Jayden me encontró en el baño, esa noche estaba con Preston.
Él pensaba que yo lo ayudaría, que estaba de su lado o más bien mi "otra yo" estaba de su lado. Preston había caído en la trampa al igual que todos los que me rodean, de mi doble personalidad. Deje que se confiara y trate de hacer ver que estaba de su lado, cuando realmente mi único propósito era acabarlo.
Su plan era muy impulsivo, quería matar a mi hermano, a Jayden, incluso a mí. Algo que según él no me importaba, pero no puedo evitar sentir la rabia que se apoderaba de mi cuando Preston planeaba deshacerse de las personas que quiero o me contaba como lo haría.
En fin, la vez que fui a su casa y su vecina me comento que no estaban, sabía que era mentira, aparte no era tan buena mintiendo.
No le creí, así que antes de marcharme hice lo que había tenido en mente hace tiempo. Había estado llevando a uno de los amigos de Amber de la universidad que siempre iba a visitarla cuando yo era una niña. Este era experto en autos, así que lo lleve con el preciado auto de Preston. Con los días el logro que los gases entren en contacto con el aire en unas determinadas proporciones, para así lograr crear una chispa y cuando Preston ponga el auto en marcha, este no aguante el contacto de los gases con el aire y explote o pueda perder todo tipo de control y crear un accidente.
Como yo sabía que nadie usaría el coche de aquí a que Preston llegara de Canadá, espere. Lo cual valió la pena porque como pueden ver, miren donde está ahora. Muerto.
—Primero que nada —Respira hondo— ¿¡Que carajos te ocurre!?
Después de ver el accidente en las noticias, Jayden me tomo del brazo y me saco del hospital. Llamo a un taxi queriendo llevarme con él, lo cual me pareció estúpido, así que me zafé de su agarre y le dije unas cuantas groserías por intentar sacarme del hospital sabiendo que mi hermano está ahí. A él le importo muy poco mis berrinches y me llevo con él, mientras aguantaba mis reclamos. Aun así, sabía que nos debíamos una conversación, así que preferí tranquilizarme un poco y ver qué pasaba.
Bueno, llegamos a su casa y entramos. No había nadie, la madre de Jayden trabajaba y Ángela no sé dónde podría estar. El castaño seguía sin soltarme mientras subía las escaleras directo a su dormitorio.
Ahora estoy sentada en su cama escuchando como me reclama, mientras juego con unas canicas que tiene de colección.
—No me ocurre nada ¿por? —Digo sin prestarle atención.
—Agnes, no quieras hacerte la desentendida. Se perfecto que eso del accidente fue obra tuya.
—Descubriste América, Jayden —Me burlo.
—Andas de muy buen humor, eh —Me mira con fastidio.
—¿Por qué me reclamas? Ósea ya se acabó ¿no lo ves? —Frunzo el ceño, confundida— Esta muerto, ya Mariel no se tiene que esconder, yo ya no tengo que preocuparme por morir. Todo volvió a la normalidad.
