ᴛ ʀ ᴇ ᴄ ᴇ

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  Trabajos grupales, no son mis preferidos, pero se me hacen soportables cuando me toca con mis amigos. Sin embargo, está vez no fue el caso.

Estoy tensa, y una puñalada a mi corazón llega cuando te veo charlar con Uraraka frente a mí.

Sus codos están pegados mientras le explicas algo en su cuaderno. Ella comprende, y te agradece alzando su vista al mismo tiempo que tú, quedando sus rostros cerca.

En la cara redonda de Uraraka un tenue sonrojo se hace presente al momento de sonreírte amigable y dulce, a lo que tú asientes pero no dejas de ver su bella sonrisa.

Sin poder contenerme, carraspeo mi garganta, haciendo que me volteen a ver.

—¿Entonces cómo nos dividimos el trabajo?—Me reacomodo algo incomoda en mi lugar.

La tarde paso veloz, entre tareas, pequeñas insinuaciones que la castaña te hacía, roces físicos entre ustedes y mis celos que no podía controlar, haciendo que apenas viera la oportunidad llamara tu atención o el de la castaña para que no interactuaran entre ustedes.

—Uraraka-san, Todoroki-kun, vamos al comedor, ¿vienen? —Midoriya se acercó cuando la campana sonó, aunque terminamos pronto, nos quedamos juntos.

—¡Sí! —Respondió entusiasmada Uraraka—. Vamos Todoroki-kun. —Te tomó con toda confianza de la mano para ponerte de pie.

Midoriya quedó viendo sus manos de manera fija.

—Midoriya-kun. —Me levanté, le llame y él reaccionó—. ¿Puedo hablar en privado contigo? Quiero preguntarte algo.

Como si todo el aula hubiera estado atenta a nosotros, los ojos de la mayoría de mis compañeros nos observaron sorprendidos.

Tus ojos bicolores se enfocaron en mí con asombro sin entender mi actuar. Estabas confundido.

—A-ah, c-claro Kitāi-san. —Se puso nervioso y algo colorado.

—Sígueme por favor. —Comencé a avanzar con todos los ojos sobre nosotros.

—¿Qué miran? —Pregunto brusco Pycrot asustando a Denki y Sero que justo estaban en el camino.

Salimos del aula y lo lleve al patio trasero de la escuela, donde no hubiera gente.

—Lo siento Py, pero esto es privado. —Lo retiré de mi cabeza y enseguida comenzó a protestar.

—¡Ay, por favor! ¿A quien le voy a contar el chisme? ¡Estoy todo el día pegado a tu maldita cabeza! —Lo deje sobre una arbusto cuadrado, me coloque mi cubre bocas que siempre llevaba conmigo en un bolsillo oculto en mi falda y le hice señas al peliverde que no había dicho nada en todo el camino y solo apretaba sus manos.

—E-eres linda, K-kitāi-san, ¡pero ya tengo a alguien que me gusta!

Me congelé antes de siquiera poder decir algo. ¿Linda? Eso me había halagado y acelerado un poco el corazón, pero a la vez me sentía humillada como si de verdad hubieran rechazado mi confesión.

—Jaja, Midoriya-kun, se que te gusta Uraraka-san. —Reí dolida.
   

❝¿Por qué ella tenía a todos enamorados?

—¿¡AH!? ¡¿Quien dijo que me gustaba Uraraka-san?! ¡A-a mi no me gusta! ¡Es decir... E-ella... ella es... es... —Su voz comenzó a perder potencia.

  —Es perfecta.

—Sí. —Admitió—. Y yo solo soy un niño. — concluye decaído viendo al suelo.

Esos ojos que reflejan un amor no correspondido, esos ojos que parecen aguarse cada vez que piensas en esa persona especial y tú amor que no le llega, esos ojos los conozco bastante bien, porque yo los traigo casi todo el tiempo, ocultos tras una máscara.

—Midoriya, quiero tener una cita doble. — Suelto decidida.

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𝙎𝙝𝙚 𝙞𝙨 𝙖𝙣 𝙖𝙣𝙜𝙚𝙡 [Todoroki Shotō]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora