Tenía una frazada húmeda sobre mí mientras me checaban la respiración con el estetoscopio.
—Esta bien. —Finalizo la enfermera comenzando a guardar sus cosas.
—¿No le dará medicamento? —Todoroki estaba sentado a mi lado muy preocupado que no sabía cómo ocultarlo.
Mi corazon se aceleraba al verlo preocupado así por mí. Y quizá suene tonto, porque es normal que alguien se angustié por un conocido que fue víctima de un villano, pero aún así no podía convencer a mi corazón de que se calmará porque era algo común, nada fuera del otro mundo o auténtico de una novela romántica.
Se le veía ansioso y sus ojos habían estado fijos todo el tiempo en el paramédico que me revisaba, poniéndonos un poco nerviosas a ambas.
—Esta bien dije. —Recalco algo irritada, levantándose.
La mujer ya no quería seguir revisando mi cuerpo con quirk escalofriante. Lo veía en su mirada cuando se me acercó. No soportaba estar tan cerca de mi segunda boca en el estómago porque casi la muerde por aún estar alerta después de lo sucedido.
—Kitai-san, ¿cómo sigues? ¿Todo bien? —Uraraka se acercó con Midoriya después de haber recibido primeros auxilios debido a unas pequeñas quemaduras que tenía la castaña.
No entendía como se las hizo, ya que según Todoroki, se había fijado de mantenerlos a salvo con su quirk de hielo, a ellos y a los que estaban en la sala de cine.
—Sí, estoy perfecta. —Sonreí sin mostrar mis dientes, aunque en realidad sentía mi cuerpo arder. Nunca había estado en un incendio, y ese tipo loco era un experto en hacer que un simple pasillo se convirtiera en un infierno.
Me sentía fatal por dentro. Me sentía una inútil que no podía hacer nada bien y que nunca lograría ser una verdadera heroína.
—Soy inútil. —murmuré ocultando mi rostro entre mis manos.
—No lo eres. —Hablo poniendo una mano en mi hombro.
—Claro que sí. Nada más sentí sus ojos desquiciados sobre mí y me paralice como una tonta. —No quería verlo a la cara, ni a él, ni a los otros dos que seguían de pie.
—Pero no...——
—Todoroki-kun, déjala, necesita tiempo a solas. —Uraraka lo llamó y extendió su mano para que el bicolor la tomara y se fuera con ella.
Ni siquiera podía pensar en una idea para impedir que se fueran juntos. Ahora mismo lo único que me interesaba era encontrar a Py.
—Sí, quiero estar sola. —No espere a ver entre mis dedos que cubrían mis ojos como él tomaba su mano, así que me levanté veloz—. Iré a buscar a Pycrot.
—Te ayudamos. —Se ofreció Midoriya.
—No. —Porque ni siquiera se en qué cuerpo esté. Nadie puede saber que al parecer puede poseer gente—. Lo hago sola, gracias. —Respondí seria y comencé a caminar entre la multitud.
Lo peor de todo, era que había perdido a Pycrot.
Camine desesperada entre la gente, subiendo bancas para ver por encima de todos pero no veía a nadie con una calabaza en la cabeza.
—¿Dónde estás Py? —Baje de ahí y seguí buscando cada vez más ansiosa.
Quería llorar de la preocupación.
—Disculpe, ¿ha visto una calabaza naranja de este tamaño con ojos y boca? —Me acerque a preguntar a una señora con su niña.
—Ja, los locos de ahora. No te me acerques. —Contesto ofendida tapando los ojos de su niña mientras se retiraban.
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𝙎𝙝𝙚 𝙞𝙨 𝙖𝙣 𝙖𝙣𝙜𝙚𝙡 [Todoroki Shotō]
FanfictionDónde la extraña chica con cabeza de calabaza ve como su amor platónico, Shotō, está enamorado de la perfecta Uraraka. Y eso duele, y duele demasiado. ─Todas mis emociones explotan cuando estás cerca. ──⊙──────── ...