ǫ ᴜ ɪ ɴ ᴄ ᴇ

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—¿Una cita?

—S-sí... Una doble... ¿T-te gustaría? —Desde mi mesa veía como sus manos temblaban con sus palillos en sus dedos que jugaban su comida.

—A-ah, bueno, es que... —Comenzó a jugar con su cabello, incluso estando de espaldas podía imaginarme la sonrisa tímida y sonrojada que portaba—. ¿Con quién irías? ¿Y yo? ¿Alguien te pregunto por mí? —Las preguntas que salían de la voz temblorosa de la muchacha de cabellera castaña desdibujaron la sonrisa en el rostro de mi cómplice.

—Se marcharon rápido del aula. —Llegaste interrumpiendo el momento que me había esforzado por crear, distrayendote diciendo que el profesor te buscaba a ti y a Iida —¿Sucede algo? —preguntaste con tus ojos bicolor pasando de Midoriya y Uraraka, poniendo tremendamente nervioso al primero.

—Maldición, la lechuga la va a regar. — Rechisto Pycrot en mi cabeza.

—¿Tú crees?

—Hasta aquí puedo oler sus estúpidos nervios de puberto virgen. ¡Agh! ¡No dejaré que lo arruine!

—Es-espera, ¿qué planeas? —Pregunte algo preocupada.

Cuando Pycrot se enojaba, parecía un demonio, dispuesto a conseguir lo que deseaba a cualquier costo.

—Perdoname, cariño, pero si no hago algo, tu tampoco lo harás —Eso fue lo último que oí de él.

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PYCROT

Has quedado inconsciente, ahora eres como un zombie, y el virus que te controlará seré yo. Tenía que hacerlo. Ya no quiero verte sufriendo en silencio, y si debo dar el primer paso por ti, entonces así será.

Enderezó tú cuerpo; siempre me desespero la manera de caminar algo encorvada que poseías, me estresaba. Tú espalda te trono como una matraca al ponerla recta y sentí un placer al oírlo. El crugir de los huesos me relaja.

Caminé hasta la mesa del triángulo amoroso en el que tú, mi amada ama, querías meterte para formar un cuadrado desastroso.

—Todoroki, ¿quieres ir a una cita con Midoriya, Uraraka y conmigo? —Solté al momento de quedarme de pie a un lado de donde él estaba sentado.

—¿Maykō? —Pregunto el bicolor extrañado

¿El iceberg me ha descubierto acaso? ¡Será peligroso si se entera de lo que estoy haciendo!

—¿En-entonces... —bajo mi cabeza intentando parecer retraído y avergonzado, pero me sale del asco— ...quieres?

Incluso para ser introvertido se tiene que nacer, no se finge con facilidad, ¡agh!

—Quiero hablar con Maykō. —Se levanta de la silla con los ojos de sus amigos en él sin entender que rayos pasaba.

—Tch. —Colocó una mano en "mí" cadera, viéndolo con la barbilla alzada— ¿Y si no quiero regresarla?

—Te quemó, estúpida calabaza. —Sus ojos ardían.

—Mas te vale no rechazarla, cara quemada. —y entonces con sus ojos molestos en mí y las caras de asombro de sus amigos que tenían la boca abierta, me desconecte.

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MAYKŌ

Mis rodillas parecieron despertar y no pude evitar tambalear hacia adelante con un leve dolor de cabeza y dolor en ambos oídos.

—¿Q-qué paso?

—Regresaste. —oír tu voz aliviada, me sostuviste brevemente de mis codos para que me equilibrara correctamente.

—¿Ah? —Alce mi cabeza y me asuste al verte enfrente mío.

¡Yo estaba oculta unas mesas atrás!

—¡¿Qué hago acá?! —dí un pequeño saltó hacia atrás.

—Tú... Me estabas invitando a salir. —Te rascaste la nuca.nervioso y con una leve sonrisa en tus labios.

—¿E-eso hacía? —dude y vi a Midoriya que asintió frenéticamente como sorprendido por lo que supuestamente había hecho—. Oh... Claro, eso era. —Junte mis manos y comencé a jugarlas hecha un manojo de nervios—. En-entonces... Te... ¿Te gustaría ir a una cita doble?

—¿Contigo? —Tus ojos buscaron los míos y yo respondí a tu acción alzando mi mirada rojiza.

—S...

—¡No! ¡Conmigo, tonto! Jajaja. —Uraraka se pego a tu brazo con un tono juguetón. Y el semblante de Midoriya y el mío se deformo al verlos así.

—¿AH? —No pudimos evitar soltar el peliverde y yo al unísono.

—Oh, ¿no era así? —La castaña se hizo la tonta e intercambie unas miradas rápidas con el peliverde.

—U-uraka-san, en realidad...

—Creí que querían que les hicieramos compañía en su cita para que no estuvieran nerviosos, ¿¡no-no es así?! —Se alteró la morena tapando con la mano su boca que estaba entre abierta con asombro.

Nosotros no sabíamos que decir. La lengua se había comido al gato, ¿o era al revés? No sé, ni siquiera se que pienso. El dolor de cabeza no se va, ¡ahh!

—Los vi hablando hasta tarde en la habitación de Maykō-chan. ¡Ya no tienen que ocultar sus sentimientos! —Soltó "animandonos"—. ¡Deku-kun! —Llamo a su amigo y él se sobresalto—. ¡Maykō-chan! —Me miró ahora a mí—. ¡Los apoyaremos!— Apretó su puño frente a su prominente pecho, decidida— ¿Verdad, Todoroki-kun?

—A-ah... Sí. Sí, eso haremos —La breve y casi invisible duda que vislumbre en tus ojos desapareció.

Vi a Izuku, tan frustrado como yo. ¿Y ahora?

 ¿Y ahora?

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𝙎𝙝𝙚 𝙞𝙨 𝙖𝙣 𝙖𝙣𝙜𝙚𝙡 [Todoroki Shotō]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora