ɴ ᴜ ᴇ ᴠ ᴇ

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  Pycrot enseguida cerro la fruta en la zona de mi boca lo justo para que saliera mi voz y no me sofocara. Por algo papá le pareció práctico darle vida a una calabaza con su kōsei, de está manera él se podía adaptar a mi cuerpo, tejiendo y destejiendo donde yo le indicará.  Somos un equipo.

—¿Cómo me encontraste? —Hablé una vez que mi amigo naranja se había asegurado de que yo no mostrará más de lo que quería.

—Yaoyorozu me dijo donde estabas.

—¿Y no te dijo que estaba comiendo?

—Sí.

—¿Y aún así llegaste a ver el espectáculo del monstruo? —Me esponje un poco, algo irritada.

—Yo no veo a ningún monstruo, solo a ti.

Trague saliva y regrese el trozo de tira que tenía en mi mano al traste donde la transportaba.

Planeaba pararme y huir de ti antes de decir algo, pero terminaste de entrar al hueco y sentarte a mi lado, impidiendo mi salida.

—Es cómodo. —Observaste mi escondite—. Ya veo por qué vienes acá, aunque es solitario.

—Eso es lo que busco. —Limpie mi mano con una servilleta

—¿No te gusta la gente?

—Me incomoda a veces.

—¿Incluidos tus amigos?

Aunque al principio no sabía cómo interpretarte, si sarcástico o sincero, cuando vi tus ojos verme atento, supe que era la segunda opción.

Negué con la cabeza lentamente y hablé: —No, ellos son los únicos que me hacen sentir bien.

—¿Yo te incómodo? —Tu expresión mostraba algo de preocupación, lo que me causo ternura.

—Nunca me incomodarías, eres la persona que menos me ocasionaría ese sentimiento.

—¿Entonces por qué huiste anoche? ¿Acaso he hecho algo para que escapes siempre de mí?

Me congele.

—¿Todoroki, por qué no haces algún ruido cada vez que te me acercas? —Mi tono te indico el estado descompuesto en el qué caí apenas me recordaste la noche anterior.

—No lo se... Siento que saldrás corriendo a penas me veas llegar, eso siempre pasa cuando te das cuenta que estoy ahí. —Desviaste tu mirada, viendo tus manos pensativo.

Parecías un gatito deprimido, un lindo pequeño gatito que se sentía mal por no recibir la atención que un pequeño requiere.

—El problema no es que llegues en silencio, el problema es que siempre me encuentras en los momentos que más odio ser vista.

—¿Te refieres a cuando comes? —Asiento lentamente—. Eso no es desagradable en absoluto. —Aseguraste con el ceño levemente fruncido.

—¿Cómo no va a ser desagradable ver colmillos desgarrar carne que podría ser humana y una lengua asquerosa salir... — Cerré la boca al darme cuenta de lo que decía, no se en qué momento comencé a decir todo eso haciéndolo tétrico.

Oculte mi cabeza entre mis piernas, haciéndome bolita como cada vez que me sentía desprotegida.

—Me gusta tu Kōsei. Al menos no es una réplica de lo que odias.

—¿Qué no te das cuenta que lo odio? — Resongue en el eco de la calabaza hueca donde me refugiaba

—No creo que hayas nacido odiandolo. ¿Quién te hizo hacerlo?

𝙎𝙝𝙚 𝙞𝙨 𝙖𝙣 𝙖𝙣𝙜𝙚𝙡 [Todoroki Shotō]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora