s ᴇ ɪ s

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  Caminaba con la cabeza gacha mientras bajaba las escaleras. Cómo siempre era la última en salir, mis amigos sabían que me gustaba caminar sola hasta los dormitorios, así que no me insistían con el asunto de acompañarme.

Entre una clase tarde, y Pycrot no volvió a hacer acto de presencia después de que le conté acerca de ti. Se sintió avergonzado por juzgarte mal después enterarse de lo que hiciste por mí, así que, después de soltar un sencillo "comprendo" desapareció y volvió a ser objeto inanimado.

Salí del edificio, ya todo estaba tranquilo, y después de caminar un rato viendo el atardecer llegué a los dormitorios.

Y ahí estabas con ellos, charlando despreocupados en la sala de estar, al parecer se iban a poner a hacer ya mismo la tarea de matemáticas que nos habían dejado, asesorados principalmente por Iida. La que más ayuda se veía que necesitaba por lo desesperada que veía los libros y apuntaba casi como loca era Uraraka, la bella castaña que estaba sentada entre tú y el peliverde.

Y no pude evitar reír levemente al recordar lo que mi extraño amigo me había sugerido. El que Midoriya podría ser mejor partido; sí como no, si él está igual de enamorado de Ochako como tú. Ah, Uraraka, estoy a nada de comenzar a envidiarte.

❝Se los merece, es un ángel caído del cielo. Una señorita que tiene a todos los caballeros atentos a ella.❞


Observo como Tsuyu ve cada tanto al peliverde, ella también quiere su atención.

—Asi que en el mismo barco Tsuyu-chan. — Digo para mí

—Llegaste —Shoji me recibe acercándose, con una botella de agua en la mano y una charola de carne roja con sangre en la otra —. Te descongele está carne, ¿está bien? — Me pregunto, pero yo me avergonce, porque justamente el grupito estudioso me volteo a ver, entre ellos, tú.

Seguramente se te pasó por la cabeza mi segunda boca monstruosa lamiendo mi propia sangre, o el extraño ser que portaba en mi cabeza, quizá se pasó por tu mente lo rara que soy, y lo poco que deseabas que me acercará a ti. Quizá estarías pensando que soy desagradable y asquerosa, y que ni siquiera tengo futuro como héroe o siquiera como un civil normal que solo quiere intentar vivir y...

—Maykō, tranquila, todo está bien, estás segura aquí —La firme mano de Shoji sobre mi hombro me hizo regresar a la realidad, para darme cuenta de que apretaba con fuerza mi pecho, como si quisiera calmar los latidos descontrolados de mi corazón.

Estaba en el suelo respirando agitada y los de la sala ya estaban a mi alrededor, preocupados por mi salud.

—¿Q-qué paso? —Pregunté dándome cu𝚎nta que respiraba con dificultad.

—Tuviste un breve ataque, toma necesitas agua —Me extendió la botella y yo la sostuve con mano temblorosa—, retiraré esto para que respires mejor —con cuidado, acercó sus manos a Pycrot.

—¡No la toques! —Despertó y se aferró a mi garganta, apretándome un poco.

—¡Py-py... Me asfixias! —Le di leves palmadas para que me soltara, y eso hizo.

—¡Lo-lo lamento! —Se disculpó enseguida.

Él es así cuando me defiende, a veces no se da cuenta de sus acciones, pero siempre estoy para hacerlo reaccionar.

—Maykō-chan, ¿te sientes bien? Podemos llamar a un profesor si lo necesitas. — Planteó la de ojos enormes como muñeca, Uraraka estaba preocupada, su semblante lo demostraba

—¿Por qué no te quitas la calabaza? Eso solo te impide el oxígeno, es irresponsable de tu parte sabiendo que los ataques te pueden dar en cualquier momento. —Aseguro Iida prácticamente regañando.

—Iida-kun, no creo que lo traiga por qué sí. —Le comento el peliverde rascándose la mejilla apenado por las palabras de su amigo —.. ¿Quieres que llamemos al profesor Aizawa?

—Denle espacio, necesita aire. —Interveniste al notar que empezaba a desesperarme sus comentarios y preguntas, ¿cómo te diste cuenta? Vi que comenzaste a estirar tu brazo, ¿acaso me ayudarías a levantarme?

—Te acompaño a tu habitación, te llevaré la cena cuando esté lista. —El peli plateado de mi amigo me extendió su mano y, sin esperarlo, me cargó en sus brazos.

—¡Sho-shoji-san! Puedo caminar. —Me sonroje e intenté que me soltara, pero era tan duro con una piedra.

—No has comido en todo el día, esto es lo mejor.

Justo antes de que dejáramos la sala principal, volteé a ver, solo para darme cuenta de tu mirada algo preocupada.

—Te veo al rato. Moviste tus labios.

 —Moviste tus labios

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𝙎𝙝𝙚 𝙞𝙨 𝙖𝙣 𝙖𝙣𝙜𝙚𝙡 [Todoroki Shotō]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora