d i e c I n u e v e

113 21 9
                                    

  —¿Y Uraraka? —Pregunte sentándome en la banca junto a una fuente.

—Eso no importa. —respondiste frío esperando a que Py se sentará a mi lado.

—¿Por que tan grosero? Ella solo está preocupada. —Pycrot me defendió tomando mi mano que estaba asentada en la madera. Él sabía perfectamente lo ansiosa que estaba.

Un villano andaba suelto corriendo como loco por ahí, y Uraraka era un ángel que debía ser cuidado. Digamos que "Gravedad" no puede contra el fuego, yo apenas y salí viva de esas llamas.

—No la toques. —Hablaste con el semblante demasiado serio que me erizo la piel de miedo, así que retire mi mano que estaba siendo protegida por mi amigo y la lleve a mi regazo.

—Yo solo obedezco a mi ama. Y si ella quiere que la toque, lo haré. —Mi amigo paso su brazo por mis hombros, y se aconcho contra mi cuello, abrazándome con cierta posesividad

Este no era el Pycrot que conocía. Parecía estar mucho más a la defensiva, más atrevido y mucho más parlanchín que de costumbre. Entonces se me ocurrió algo.

—Py. —Lo llamé y ambos hombres me voltearon a ver—. ¿Desde cuándo puedes hacer eso? —El me entendió enseguida y guardo un poco el espacio.

—¿De verdad quieres saber sobre mi quirk o solo lo haces por este tipo? —Su suave "voz" [que en realidad era la del joven al que poseía porque se oía bastante diferente] sonó desanimada y triste.

—Por ti. Quiero conocer al que me estuvo protegiendo hasta ahora. —Sonreí levemente poniendo mi mano libre sobre la suya.

—Jaja, si tuviera sangre ahora mismo me sonrojaria. —Se rasco su mejilla enchinado sus ojos. Estaba sonriendo apenado, cosa que nunca había visto, ya que siempre estaba sobre mi cabeza.

—Habla. —Le ordenaste demostrando que Pycrot no te agradaba para nada.

—Tch, eres mal tercio ahora, ¿lo sabes verdad? Además, si voy a dar explicaciones será solo a ella, así que lárgate. —La calabaza con cuerpo de humano se puso de pie, enfrentando a mi ángel.

—Pycrot, basta. —Lo tomé del antebrazo.

—Pero claro que le debes explicaciones, pero ella es demasiado buena para enfrentarte sola. —Diste un paso más cerca de mi amigo, frunciendo el entrecejo.

—Jaja, ¿crees que le haría daño?

—Ya la has poseído una vez hasta donde yo sé. ¿Piensas que dejaré que suceda de nuevo?

—Espera, ¿cómo qué me has poseído? —Me levanté para quedar entre ellos dos antes de que pasara algo malo.

—La vez que me invitaste a salir con Midoriya y Uraraka, ¿no estabas confundida de cómo llegaste hasta mi mesa? —hablaste a mis espaldas, acercando un poco tu rostro a mi oreja para explicarme. Tu aliento caliente en mi oído me erizo la piel, pero tenía que concentrarme en lo que era importante ahora.

—Todas esas lagunas mentales que tengo... ¿Fuiste tú? —Frunci el ceño viendo a Py a los ojos. Él no respondía, solo se quedó viendo a un lado, apretando los puños—. Pycrot, respóndeme por favor.

—Sí. Pero cada una fue por tu propio bien, nunca haría nada que te perjudique, por favor créeme. —Hablo desesperado tomando mis manos y apretandolas.

—¿Por qué? —Lo miré dolida—. Yo siempre confíe en ti.

—¡Puedes seguir haciéndolo! ¡Nunca te he herido o humillado cuando tomo el control de ti!

—Wow, que mal sonó eso. —Te expresaste sorprendido de verdad mientras tenías los ojos bien abiertos y sin parpadear.

—¿Cuántas veces lo has hecho?

𝙎𝙝𝙚 𝙞𝙨 𝙖𝙣 𝙖𝙣𝙜𝙚𝙡 [Todoroki Shotō]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora