❝ v e i n t i d ø s ❞

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—¿Y que decía de mí?

—Que eres como un ángel.

Sentí mi boca secarse. Quedé paralizada buscando rastro de diversión en su expresión, como si estuviera bromeando.

—No juegues con eso Midoriya. Hablo en serio. —Mostré mi disgusto por la broma de tan mal gusto.

—¡No miento! Hablo muy en serio. Todoroki casi te adoraba. Cuando comenzamos a juntarnos más y más con él, de lo único que hablaba era de ti. Que si hiciste esto, o si habías dicho aquello o si cierta cosa te disgustaba o te encantaba. ¡Todos creímos que estaban saliendo!

—Ay, por favor. ¿Y por qué nunca oí absolutamente nada de eso?

—N-no lo sé.

Me crucé de brazos algo molesta, intentando encontrar la respuesta a cada maldita interrogante que comenzó a brotar en mi mente.

—Solo éramos amigos hasta que tú decidiste volverlo parte de tu harem.

—¿De mi qué?

—¡De tú estúpido club "amamos a Midoriya"! —Exclame cada vez más molesta, dejando confundido al peliverde—. Agh, olvídalo, es imposible no quererte. —Desvíe mi mirada a Py, quién no decía nada, solo estaba atento.

Sus "ojos" me vieron, y pude percibir que me invitaban a sincerarme. Quizá, lo único que necesitaba era que alguien supiera el inmenso amor que le tenía al chico de cabello bicolor para poder dejarlo ir. Y quizá esa persona podía ser el pecoso a mi lado.

—Todoroki me ayudó demasiado cuando inicie la escuela. Fue como un ancla que me mantenía centrada y con los pies firmes sin que mi ansiedad aumentará. Era mi medicina, mi cura y lo único que necesitaba para seguir adelante.

—¿Entonces por qué...?

—Dejame terminar que si no voy a acabar perdiendo la cabeza si no saco lo que siento. —Me levanté y abrí la ventana para que el aire circulará y no me asfixiara por tantas emociones—. Cuando apareciste en escena durante el festival deportivo él tuvo su mirada fija todo el tiempo sobre ti. Estaba preocupada por lo furioso y tenso que se mostraba, pero creí que todo iría bien. Hasta que llegó la hora de su enfrentamiento...

Todoroki, por favor, no hagas una locura. —Lo seguía casi trotando por el pasillo desolado—. Esto solo es un tonto festival, no tienes que demos...

¿"Un tonto festival"? ¿En serio crees eso después de todo lo que ha pasado? —Frenó y me miró de reojo—. Cómo se nota que no te importa tu futuro. No llores cuando fracases en este mundo. —Con esas frías palabras me dejó con la boca entre abierta y con el corazón adolorido.

Idiota. —Lo insulte, y sé que me oyó, porque por un breve momento se detuvo, sin embargo decidió seguir caminando enfurecido a acabar con todo de una vez—. ¡Si terminas herido no creas que me preocuparé por ti!

—Camine al lado contrario furiosa y herida. —Parpadee rápido para que las ganas de llorar se fueran—. Había perdido en la segunda ronda por temor a mostrar más de mi horrible quirk a la gente que solo nos veía como un entretenimiento barato y gratis. Y por más aplastada y desmoralizada que quedé, ese día Todoroki estaba como un globo, cualquier cosita, broma o comentario que yo hacía para aligerar sus nervios, lo respondía con dureza y de manera crítica. Había estado así desde una semana atrás. Machacandose como si fuera máquina y no humano con sus entrenamientos feroces.

Mire a Py sobre su cojín y lo tome para abrazarlo mientras continuaba con mi anécdota.

—Yo todavía no me acostumbraba del todo a Pycrot, así que, como no lo lleve, estuve sola toda la tarde, ansiosa por ver la furia creciente de Todoroki mientras la final se acercaba. La cabeza me palpitaba por el estrés que me generaba verlo tan irritado por querer ser el mejor y el número uno. Al final, ese día termino con un Todoroki liberado de la sombra de su padre, mi mente cuarteada por mis emociones oscuras y nuestra pequeña amistad fracturada.

𝙎𝙝𝙚 𝙞𝙨 𝙖𝙣 𝙖𝙣𝙜𝙚𝙡 [Todoroki Shotō]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora