With you

Capítulo 8

Las páginas del libro que Shoto leía pasaban con delicadeza. Su mano sosteniendo la de su esposo tan firmemente mientras dormía. Las cosas ahora estaban calmadas y solo esperaba el día en el que su esposo le dieran de alta para volver a casa.

Dejó el libro en la mesa y sus huesos crujieron ligeramente cuando se estiró un poco en la silla. Sus ojos cansados miraron a Izuku. Recordando como hace par de días había tenido una recaída cuando le dio la noticia.

No iba a negar, le dolía haber perdido a su hijo después de haber llegado tan lejos. Pero tenía un omega que cuidar.

Besó la mano de Izuku, dejándola con cuidado en la cama.

Abrió la habitación y miró hacia atrás por última vez antes de marcharse.

No había tenido ganas de comer nada desde la noticia, sobreviviendo solamente a base de café y agua. Tendría tiempo para recuperarse después.

Había un balcón al que le gustaba ir cuando bebía el café. Hacía buena brisa y los rayos del sol calentaban su piel a una temperatura justa.

Cuando salió del balcón, se impresionó cuando este hombre lo abordó para hablarle, agradeciendo que el vaso de cartón estuviera vacío cuando lo dejó caer.

Demasiado impresionado con lo que le estaban diciendo para creerlo.

***

Cuando Shoto llegó a la habitación, Izuku trataba de encontrar algún programa que lo entretuviera y mantuviera sus pensamientos lejos.

Suspiró y dejó una caricatura sin sentido después de que su brazo se estrellara con la suavidad del colchón. —No hay nada que ver... —gimoteó apoyando su cabeza en la camilla.

Shoto besó su frente con cuidado y acarició su mejilla, perdiéndose en sus ojos verdes antes de darle un beso fugaz. —¿Tienes hambre?

Izuku negó con su cabeza, dando un "No" con su voz ronca. Sus ojos verdes siguiendo los movimientos de su esposo hasta que se sentó. Sonrió y se sintió amado cuando sus frentes se juntaron.

—¿Quieres caminar? —le preguntó Shoto e Izuku asintió.

Shoto apagó la televisión y ayudó a Izuku a sentarse. Inmediatamente Izuku sintió el dolor de su cuerpo ser movido después de estar acostando tanto tiempo.

Se quejó del dolor y fueron varios segundos antes de comenzar totalmente.

Primero eran pasos pequeños dentro de la habitación que fueron transformándose en pasos pequeños fuera de la habitación.

Era una rutina que no faltaba e Izuku lo agradecía enormemente en el alma. Todo esto para que no pensara en su pérdida.

—¿Quieres regresar? —escuchó a su alfa y miró a Shoto. Los dos se habían detenido.

Izuku lo pensó, ya no tenía ganas de estar acostado en la cama, su cuerpo reaccionando con escalofríos solo de pensarlo. —¿Podemos salir al jardín?

Sus ojos se conectaron y hubo un beso plasmado en su frente.

Los dos caminaron lentamente hacia el jardín y se sentaron en la banca. Para suerte de Izuku, el sol no quemaba y los rayos le sentaron bien a su piel. Hubo una brisa tan suave y afable, que por un momento se sintió que las cosas eran diferentes.

Sus manos se enlazaron e Izuku se sintió cómodo desde que todo esto había comenzado, incluso, estaba ronroneando.

Hubo un sonido gutural cuando se miraron a los ojos después de que Shoto le levantara y lo besara.