Capítulo 5

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Shoto está nervioso.

El nerviosismo de Izuku le suma a su nerviosismo.

Está feliz. Sí. Pero supone que este es el embarazo después del tratamiento. Tanto él como Izuku quieren seguir las indicaciones del doctor para que todo salga perfecto y puedan tener al fin a su cachorro.

Las instrucciones del doctor son claras.

Izuku no puede estresarse
No puede cargar cosas pesadas
Tiene que seguir la dieta estrictamente
No emociones fuertes

Izuku, más que nada, quiere seguir las cosas estrictamente, especialmente porque tiene esperanza de que esta vez sí funcione.

No es que Shoto no tenga esperanzas. Las tiene. Cree en su omega. Siempre lo ha hecho.

Pero Shoto no quiere que Izuku sufra más. Recuerda aquellos días cuando todo dolía entre ellos. Tomó bastante tiempo sanar y darse cuenta que una familia no era para ellos. No quiere volver a ver a su omega llorando durante semanas y olerlo de forma marchita.

No quiere verlo repetirse a sí mismo que es un inútil.

Así que todas las mañanas trata de llenarlo de esperanza y fe.

Lo despierta con besos y lamidas en el cuello. Mayormente le prepara el desayuno y todas las noches le da un masaje en el pie mientras le repite una y otra vez que lo ama.

No es mucho, pero quiere que emocionalmente Izuku esté bien.

—Lo estás haciendo muy bien. —dijo, acariciando el estómago plano, besando su marca de vínculo.

Izuku ronroneó de felicidad mientras su cabeza se echa hacia atrás.

—Que te vaya bien en el trabajo.

Shoto se desliza hacia el frente, sus manos en ningún momento dejan de tocar el estómago de su omega. Hay un beso fugaz entre los dos y una mirada tierna.

—¿Quieres que te traiga un postre? Lo que sea.

Izuku suspiró. —Quiero seguir las indicaciones del doctor al pie de la letra. Quiero que todo sea perfecto.

—No creo que te haga daño.

—Shoto...

El alfa suspira, sabiendo que tiene que acabar la conversación ahí. —Sí...

Izuku sonríe. Su corazón se estruja mientras todo su cuerpo se llena de una sensación de calidez producto del maravilloso alfa que tiene como pareja.

Sus manos enderezan el cuello de la camisa de su esposo. —Si quiere traer algo, dáselo a Kenichi.

Los dos se despiden con otro beso fugaz y mientras Shoto baja hasta el lobby de su apartamento, se encuentra con Geten y Kenichi esperando el ascensor para subir.

***

El tercer y cuarto mes estuvieron llenos de tensión y nerviosismo.

—Tranquilo. Todo estará bien. —dijo Shoto, llenándole las fosas nasales a Izuku con sus feromonas tranquilizantes.

Izuku inhala, sus grandes ojos verdes se clavan en los ojos desiguales de su esposo mientras gime lastimosamente.

—Pero... Alfa... ¿Y si pasa lo mismo que las otras veces? No quiero pasar por ese dolor.

Shoto seca las lágrimas de su omega.

—No quiero ser un inútil. No quiero que se burlen de nosotros. De ti-...

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