Capítulo 6

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Su garganta duele y sus ojos arden. El sentimiento de ser un alfa orgulloso que finalmente iba a tener su familia se está desmoronando muy rápidamente.

Su hijo había nacido hace una hora, pero su estado era delicado y estaba recibiendo cuidado neonatal. No lo dejaron verlo. Las enfermeras estaban demasiado preocupadas e inquietas para quedarse a explicarle la situación.

Izuku por el contrario...

Otra enfermera se le había acercado diciéndole que su esposo había sido enviado a cuidados intensivos porque en el proceso de parto todo se complicó. Su estado no era el mejor y eso le preocupó al doctor.

Para Shoto todo fue demasiado.

Su hijo recién nacido estaba teniendo problemas y su omega estaba inestable.

Quiso que alguien le explicara las cosas más a detalle, pero todos estaban demasiado ocupados para prestarle atención.

Así que solo divagó a las afueras del hospital, encontrándose con un pequeño parque para desahogarse un poco.

Miró hacia el cielo y lloró. No le importaba tener solo a Izuku al principio. Fue un excelente omega para compartir y pasar el resto de su vida con él. Pero su omega era un idiota y estúpido testarudo que hizo lo posible para poder darle la familia que Shoto merecía.

Ahora ya no había solo una vida en juego. Su omega y su cachorro podían irse.

Eso intensificó el dolor. Era como si no mereciera ser feliz.

Pensó en llamar a alguien. Su hermana, sus hermanos, a Toshinori, pero simplemente no tenía ganas de explicarle a nadie que posiblemente, iba a tener dos pérdidas.

Tosió y el dolor de cabeza se intensificó, su cabeza pensando solamente en la posibilidad de que se iba a quedar sin nadie después de hoy.

No se dio cuenta de cómo volvió al hospital. No era precisamente el mejor ambiente para estar. Se sentó en una banca cualquiera y el deseo de conseguir un poco de agua lo hizo levantarse, pero pronto se sentó, mirando solamente al piso como el alfa derrotado que se sentía.

—Todoroki Shoto. —alguien llamó con una voz dulce y el miró hacia arriba. —¿Podría firmar unos documentos?

Siguió la enfermera omega y llegó hacia la barra donde le pusieron unos papeles. Eran del hospital. No se hacían responsables en caso de haber una doble pérdida.

Su alfa interior se enojó, pero más que enojo, Shoto sintió decepción. Con las lágrimas al borde de los ojos, firmó.

—Lo lamento mucho, señor. —era la misma voz dulce de antes.

—¿Cómo está él?

Hubo un titubeo. —¿Quién, señor?

—Mi omega.

—Los doctores están tratando de hacer todo lo posible. Con su cachorro también.

Shoto ni siquiera se esforzó por preguntar por su cachorro. No había funcionado en el pasado, no tenía sentido aferrarse a él ahora mientras estaba en un estado delicado.

Quería que Izuku estuviera vivo, irse los dos a casa y ser solo ellos dos. Acurrucarse uno contra el otro y olvidar los malos momentos para crear momentos buenos y nuevos.

Las próximas horas se la pasó en un asiento en la sala de espera. Su cuerpo sentado de manera anormal, con su columna doblada y su cabeza y el brazo apoyados en el espaldar.

Vio a un sin número de pacientes ingresando y saliendo del hospital.

Adultos. Ancianos. Niños. Enfermos. Heridos. Pacientes sanos dados de alta.

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