Historias del Libro - Allison vuelve a Casa [Tom Hiddleston Jim Sturgess Fanfic]

A night of nightmares

I had a dream I was dying // Tuve un sueño en el que me estaba muriendo

But I found nobody there // Pero no encontré a nadie ahí

And if one last night is all that we've been given // Y si una última noche es todo lo que nos han dado

Let's live it like we care // Vivámosla como si nos importara

For one last night // Por una última noche

Adam apoyó la frente sobre el cristal de las puertas que separaban la sala de terapia intensiva. Observaba con ojos llenos de lágrimas el blanquecino pasillo por donde se la habían llevado hacía unos minutos. Eli estaba recostada sobre la pared, meciéndose adelante y atrás, mirando la nada misma. 

Allie había roto aquel beso. Estaba sin aliento. Adam le acarició la nariz, las mejillas, las pestañas suaves que solían hacerle cosquillas. Quiso llorar, arrodillarse y rogarle que volviera con él. Se lo daría todo, cualquier cosa que deseara. Ella lo miraba con tristeza mientras inhalaba y exhalaba suavemente.

- Dame tu mano

Adam la tomó de la mano, y bajando la vista, miró atento cómo Allie le estiraba los dedos y apoyaba suavemente su mano sobre su vientre, sobre su ombligo. Estaba tibio, y podía percibir un leve movimiento bajo la tela. De pronto se sobresaltó y quiso retirar la mano, pero Allison lo retuvo. Una firme patada se había sentido en su palma. Luego hubo otra, y otra más. Comenzó a sonreír, y la  acarició gentilmente con el pulgar.

- Creo que no le gusto - admitió con tristeza. Sabía que era un ejercicio inútil, pero a veces se preguntaba "¿y si fuera mío?". ¿Qué hubiera sucedido si un buen día Allison se aparecía en su casa y le decía que ese bebito era suyo? ¿Cómo lo tomaría?. No estoy ni remotamente listo, pero por Allie, lo haría.

- ¿Lo dices por las patadas? Lo hace todo el tiempo... es un gordito bastante temperamental

Sonrió mientras se volvía a sentir el empujón en su palma. - Es un Waternost, si no fuera temperamental a esta altura, dudaría 

"Alguien está tomando fotos" había dicho Allison inmediatamente después. Adam giró, y vio el flash de la cámara. Quedó momentáneamente ciego por el destello del flash, y se separó levemente de Allie. Otra fotografía, y las luces que se encendían lentamente alumbraron levemente al fotógrafo por un instante: una figura ataviada de dorado. Él no reconoció a nadie, pero Allie contuvo el aliento y le dijo al oído que era Rose, su Rose. Luego de eso no había podido calmarla; le repitió que Rose no haría eso, que seguramente estaba confundiéndose, pero Allison simplemente comenzó a temblar hasta que se tomó el pecho con fuerza. De ahí todo se había ido al demonio con una velocidad sideral.

La subieron a la ambulancia inconsciente, y él subió detrás. Eli miraba la escena paralizada de terror. Luego, el viaje hacia St. Joseph que no pudo ser, simplemente porque necesitaban internarla ya mismo. Los blips intermitentes que cambiaban a continuos, y otra vez el enfermero levantaba las paletas del desfibrilador y le rogaba a Allison que hiciera un esfuerzo. Fueron tres ocasiones terribles en las que tuvo que desfibrilarla para mantenerla viva. Viva. Hacía quince minutos estaba acariciándola, y ahora estaba viéndola recostada, con el rostro contraído, peleando por vivir un poco más. La dimensión de lo que estaba sucediendo lo golpeó como un mazazo. Se está yendo delante mío. 

Mientras la ingresaban a toda velocidad por ese pasillo blanco había llegado Eli. Traía su cartera al hombro, y vaya a saber uno porqué, la de Allison. Los dos buscaron hasta que finalmente encontraron el celular. Adam lo tomó y llamó a Jano mientras que, como podía, Eli escapaba de su estado de completa estupefacción y llamaba a Steve. Luego de eso, se quedaron mirando la puerta, estáticos, esperando que alguien saliera a decirles que todo estaría bien. Inclusive, Adam tenía la absurda ilusión de ver a Allie doblar la esquina y acercarse caminando lentamente. Había tantas probabilidades de que eso ocurriera como de que volviera con él. Imposible.

Siguió mirando por el cristal hasta que una figura alta se detuvo a su lado. Giró para verlo, y aunque se parecía físicamente a Jano, no era más que una pobre imitación. No había nada, ni una pizca de la personalidad avasalladora que lo caracterizaba. Ni el ceño fruncido, ni la mirada aterradora. "No te das una idea de lo dulce y vulnerable que es Jano" había comentado Allie alguna vez, y él creyó que solo lo decía porque lo quería. Pero ahora que lo veía de pie a su lado, mirando el mismo pasillo, el rostro pálido sin expresión excepto los ojos arrasados de lágrimas, rojos y brillantes... no podía imaginarse mayor estado de vulnerabilidad. Era como un nervio, expuesto. Completamente desolador. Se escucharon unos pasos lentos, y un médico se acercó por el pasillo. Preguntó quién estaba a cargo, y una vaga sombra del Jano de siempre respondió "yo" con fingida tranquilidad. Se lo llevaron sin decir nada, y aunque ninguno de los que estaba en la sala de espera se atrevía a mirar al otro, de pronto todos temieron lo peor. Esperaron por horas. Eli escondió la cabeza entre las rodillas y comenzó a llorar suavemente. Dominic se abrazó a Benjamin a un costado. Adam creyó que se volvería loco si no le decían algo pronto, lo que fuera, bueno o malo. Steve estaba junto a él, mirando el pasillo. Sostenía el celular en la mano, esperando las llamadas de Michael. En las palabras de Steve, "pensé que le había dado un infarto también". Muchacho precavido, sabía que había probabilidades de que el embarazo de su hermana se complicara, y tenía todo listo para partir en cualquier instante. Aún así... nada lo había preparado para el momento en el que le decían que su hermana había tenido un infarto.  

A poco de despuntar el alba vieron a una enfermera acercarse por el pasillo. Con el rostro inmutable, pidió por Adam. Se sorprendió, y a duras penas escuchó lo que le trataba de explicar la mujer. Cruzó la puerta, caminó un buen tramo y dobló a la izquierda. Al final de ese nuevo pasillo estaba Jano, ataviado con la ropa que llevaría de ir al quirófano, mirando al cielo. Oh no. Tuvo el terrible presentimiento de que Allison había muerto. Se le partió el alma. Se agachó a medio camino y rompió a llorar con las manos en la cara. Jano se apareció junto a él, el rostro inmutable, surcado de lágrimas. Lo tomó de un brazo y lo obligó a ponerse de pie.

- ¿Sabes qué me pidió Allison el día que supo que estaba enferma, además de embarazada? -comentó, con la voz baja y quebrada- Que si algún día ocurría algo como esto y yo tenía que elegir a quién salvar, por cualquier razón... lo eligiera a él... una y otra vez me decía "siempre él, ¿entiendes?"... me lo hizo prometer, inclusive... pero aún esos días en los que todo estaba bien yo sabía que si esta mierda pasaba, no iba a poder cumplirle esa promesa

Adam lo miró con seriedad. - ¿Está viva? 

 - Sí, claro... pero muy muy débil. Van a operarla en cuanto llegue Michael para implantarle un DCI.

Oh Dios gracias. Gracias, gracias, gracias, gracias.- ¿Un qué? 

- Un desfibrilador cardioversor para corregir la arritmia... ven conmigo

Adam lo siguió. No se atrevía a preguntar por el bebé. El gordito temperamental, como lo había llamado Allie. Aún podía sentirlo empujar su palma, renegando por cualquier cosa, como haría su padre. - ¿A dónde vamos?

- Justo aquí.

Jano se detuvo frente a una sala pequeña. Tenía un ventanal cubierto por una cortina clara, pero muy gruesa. Lo miró a los ojos. - Quiero agradecerte, Adam, por todo

- Jano, yo...

Los ojos del que era su peor enemigo se llenaron de lágrimas una vez más. Habló a media voz, en nada similar a su tono hosco habitual. - Por todo... si no hubieras reaccionado tan rápido, ellos... nunca los hubieran podido ayudar... le salvaste la vida a mi familia entera, y yo nunca, nunca, te lo podré pagar

- La besé... Allie no quería, pero yo la besé, y luego causé todo este desastre...

- No no, espera, no fuiste tú... pero hablaremos de eso luego... o no, no tiene la menor importancia... lo que te tiene que importar es que gracias a tí, lo tenemos a él

Jano apagó la luz de la sala y lentamente descorrió la cortina. Bajo una maraña de finos cables y tubos, descansando entre las mantas, había una bolita rosada. Suspiró de alivio y alegría.

- Lo salvaron... gracias al cielo, salvaron al gordito temperamental

Jano lo miró sonriente por un instante, y luego volvió a enfocar la vista en su hijito. Notó el profundo amor en su mirada y volvió a agradecerle al cielo que ambos estuvieran a salvo, al menos por ahora. - Gordito temperamental... le queda bien... pero decidimos llamarlo Luca.