Friday Night Meetings

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- Emilia, no corras, cariño...

- Sí, tío - Metió la mano en la bolsa llena de papeles y tiró algunos bollos. Sophie estaba desordenando los almohadones, y Adam apoyaba vasos de papel sobre la mesa.

- Bueno, listo, ahora yo soy la princesa Giselle y Sophie es la paloma...

Adam sonrió y se sentó en el sillón. Oh no, no de nuevo. - ¿Y qué seré yo?

Sophie lo tomó de la mano y lo hizo levantar del sillón. - La rata, tío... pero puedes ser paloma si quieres...

- No mi amor, así está bien. Vamos a escondernos.

Hacía al menos dos horas que habían terminado de ver Encantada, y ya se sabían de memoria la letra de al menos dos canciones. Estaban reproduciendo una escena de la película en la que la princesa Giselle limpiaba la casa de los Philip ayudada de la fauna de Nueva York... moscas, ratas y palomas. Esta vez Emilia era la princesa, y como se sabía algunas partes de la canción, las cantaba a viva voz... el resto lo cubrían Adam y Sophie. Recorrían el apartamento desordenando para luego cantar. Se morían de risa de las payasadas que hacían, y una vez que terminaba la canción y todo estaba impecable... volvían a desordenarlo todo.

Esa noche de viernes era el niñero designado. Su hermana había salido con su esposo Will, en uno de sus varios intentos por recomponer la relación. Solía volver llorando, y la tristeza le duraba días. No podía esconder su angustia y las niñas lo percibían, poniéndose ansiosas e irritables. Sophie se encerraba cada vez más, y Emilia tenía accesos de ira. Golpeaba y mordía a sus compañeros del jardín y a su hermana, cuando no a su madre. Ambas tenían ayuda profesional, pero no había progresos visibles. Solo necesitan a su papá. Lo enfurecía sobremanera que tuvieran que pagar por los problemas de sus padres, así que había decidido hacer algo al respecto. No había forma de que las cuidara desde el extranjero, por lo que decidió, junto con Tim, cambiar lugares: estaba instalado nuevamente en Londres hacía varias semanas. De esa manera podía vigilar a su familia... y esperar por Allie y el final de sus vacaciones... si es que te fuiste de vacaciones sola.

Los tres estaban concentrados en sus porciones de pollo cuando sonó el timbre del departamento. Las niñas sonrieron y pensaron al instante que era su madre, pero Adam sabía que era demasiado temprano para que Stephanie regresara. Se acercó a abrir la puerta, y casi muere de un infarto. Con un paquete de comida en las manos, el cabello a un lado y un vestido cortísimo rojo, estaba Rose.

- Hola Adam, pensé que estarías en casa trabajando... así que... - Le estiró el paquete y lo observó con la esperanza brillando en sus ojos claros.

- Rose... ahh... hola, yo... discúlpame, pasa, por favor. - Inhaló para tratar de calmarse y esperó a que su corazón volviera a su ubicación designada. No quiero volver a rechazarte, ¿por qué no entiendes que no siento nada por tí? pero... santo cielo, qué hermosa eres.

 Inmediatamente la ubicaron en la mesa y le sirvieron pollo. Tuvo que pasar por el Interrogatorio de Emilia, y salió airosa. No le fue tan fácil soportar la mirada penetrante de Sophie, que no dejaba de fruncir el ceño. Luego de haber recogido la mesa (cantando, por supuesto... era la oportunidad perfecta para que pasara vergüenza cantando Happy working song) la sentaron en el sofá para ver de nuevo Encantada, esta vez con comentarios. Voy a derretir ese DVD en el horno. Sophie se sentó en las piernas de su tío y no permitió que Rose lo rozara siquiera. A mitad de la película, Sophie rompió a llorar desconsolada. Adam la tomó en brazos y se la llevó a la biblioteca para hablar con ella. No podía calmarla, así que la dejó llorar. Recordó cómo Allie había dormido a Emilia aquella tarde en el parque, girando lentamente. Lo probó, y dio resultado. Estaba acariciándole el cabello, cuando la oyó hablar bajito.

Historias del Libro - Allison vuelve a Casa [Tom Hiddleston Jim Sturgess Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora