Estaba sentada completamente abstraída del mundo exterior. Verán, esto es realmente común cuando de Allison se trata, ya que perderse en su propio mundo es una de sus actividades favoritas.
Las piernas cruzadas cual jefe indio, con el codo sobre un bolso gastado y lleno de tierra colorada. Es la misma tierra que parece teñir el par de zapatillas Converse, los cordones, las rodillas de sus jeans ajustados, la musculosa. Aquí en Mozambique no importa cuánto una se esfuerze por mantenerse pulcra y limpia, todo esta levemente teñido de rojo luego de 5 minutos. Hasta los auriculares que usa luchan por mantener su plástica blancura, por ahora, con resultados positivos.
En la esquina opuesta del bolso está recostado él, mirando el techo del aeropuerto, como si observando cada vez con mayor intensidad se pudiera hacer un hoyo en la construcción y vislumbrar el verdadero cielo. También está cubierto de rojo. especialmente la remera, las bermudas que en algún momento fueron verdes. Hace muchísimo calor esta tarde, y una mancha de sudor comienza a insinuarse en su pecho. Tal vez por eso está tan estirado, con los brazos cruzados tras la cabeza, observando las vigas y el pseudo-cielo blanco, tratando de huir de la temperatura infernal.
- Promete que me avisarás en cuanto llegues, Allie, ¿lo harás?
- Sí, Jan, en cuanto llegue al aeropuerto...
- En Doha..
- Eso es sólo la mitad del viaje, te avisaré en Johannesburgo, y luego en Londres, en cuanto llegue a casa... lo prometo.
Se volteó y la observó atentamente. La luz lo importunaba, así que cerró un ojo (donde un rayo amenazaba con cegarlo) y tuvo que arrugar la nariz por el esfuerzo. Continuó hablando con la voz más seria y calmada que pudo conseguir.
- No, bueno, ¿no podrías avisarme antes? Es un viaje muy largo y ambos sabemos que tiendes a olvidarte... ¿cuánto fue la última vez? ¿72 horas? Juraría que... No pudo terminar el regaño porque una mano pequeña le tapó la boca mientras otra le revolvía el cabello. Intentó quitarla, pero estaba bajo ataque y en cuanto pudo quitarse la mano de la cara, descubrió que la otra mano le estaba haciendo cosquillas. El rayo que lo había estado molestando desde que se había acostado aprovechó la oportunidad para cegarlo y se dió por vencido, la única salida honrada que quedaba era taparse la cara para reírse y tratar de no retorcerse demasiado bajo las cosquillas.
Mientras lo molestaba, Allison no podía dejar de pensar "cielos, es tan lindo!" "Ahhww es tan dulce" "debería estar prohibido que estos chicos recorran la calles" y finalmente "cariño, ¿quién va a cuidarte?". Descartó el último pensamiento asustada y volvió a sentarse de piernas cruzadas junto al bolso. Intentó poner cara de enojo y le sacó la lengua. Jano simplemente le guiño un ojo y volvió a estirarse, no sin antes acomodarse la remera (esos abdominales... esto no es justo... es tan delgado, debería vigilar que coma más).
Sabía que no debía dejar que la acompañara al aeropuerto. En cualquier momento llamarían a que abordara su vuelo a Doha y él estaría ahí, para decirle que se cuide, que no quiere volver a verla en África hasta dentro de cuatro meses y que si eso sucede la encerrará sola en una choza oscura durante un mes. Luego sobrevendría la despedida, donde los dos se pondrían incómodos al decirse hasta luego (nunca adiós, luego de tres años ya habían perdido las esperanzas de poder permanecer lejos el uno del otro por mucho tiempo) y terminarían en un abrazo que, si pudiera ser sólo un poco más intenso, alcanzaría para que fusionen juntos en un solo cuerpo. Ella le daría la espalda y caminaría con la cabeza alta hacia el embarque, para terminar en su asiento conteniendo las lágrimas hasta Londres, donde cruzando la puerta de su apartamento lanzaría el bolso y lloraría con la cabeza entre las rodillas. Siempre era así. La única variación posible era la cantidad de horas de contención lacrimosa y la reacción de su compañero de vuelo, que variaba entre preguntas sobre la situación personal cuéntame cariño, ¿quién es él?, la incomodidad absoluta si el compañero en cuestión es varón (los hombres entran en pánico cuando escuchan los primeros snif snif snif) y las historias de juventud de otros pasajeros, que solían derivar en reflexiones sobre la vida, el amor y la distancia. Interesantes la primeras 10 horas, una tortura las siguientes.
Finalmente, la llamada del embarque. Los dos se ponen de pie con dificultad y Jano toma el bolso. Caminan lentamente en la "zona de despedidas", donde todos tienen caras tristes. Allison intenta tomar el bolso, pero es el momento de la despedida por favor no me abraces, pero él no está dispuesto a dejarla irse. Sostiene el bolso entre las piernas y, con un movimiento sorpresivo, le envuelve la cintura y le acaricia la mejilla con la otra. Fue un movimiento tan rápido que Alli no tiene tiempo ni siquiera para reponerse y, en la confusión, termina abrazándolo torpemente con un brazo. El otro brazo (desde aquí podríamos llamarlo el brazo inteligente) está firmemente apoyado en el pecho de Jano, con la mano estirada sobre uno de sus pectorales. Manita inteligente, brazo inteligente.
- Tienes que llamarme desde Doha, te esperaré - Le acaricia la mejilla con suavidad. Sus ojos marrones clavados en los celestes de su ex novia.
- Lo haré - si me miras con esos ojos, te llamaré dentro de los próximos 3 minutos...
:- No me iré a la aldea hasta que no me avises que llegaste a tu casa...
- Jan, voy a tardar cerca de 45 horas, vete a...
- No me moveré de aquí hasta que no me llames. Y te estás llevando mi bolso-almohada. Piensa en eso.
Es un maldito terco. Allison sabe muy bien que se quedará en el maldito aeropuerto hasta que lo contacte. Luego volverá a la aldea remota donde pasaron los últimos tres meses, ella ayudando a buscar agua potable y él curando gente. Maldito terco matasanos, deja que me vaya, no me puedo ir si me sigues acariciando así.
- Qatar Airways anuncia...
- Te veré luego, promete que vas a comer más, ¿lo harías? - Manita inteligente está ubicada justo donde debe, sintiendo los latidos del corazón de ese hombre tan terco y dulce, que hace dos días atrás, en este mismo momento le estaba quitando...
jano asiente con la cabeza y sonríe. Sigue mirándola a los ojos, y aprovecha la oportunidad para acariciarle los labios con suavidad. Ella parece tan frágil, está aterrado de dejarla ir. Más aterrador es que siga aquí, con las revueltas y la época de inundaciones acercándose. Si la retuviera ahora... no, tardó un mes en convencerla de irse. Si no se mantiene firme, ella lo dominará, tiene un olfato especial para detectar sus momentos de duda. No puede evitarlo, cada vez la acerca más, ojalá pudiera fundirse con ella. No se separarían jamás.
Última llamada. Hay que partir.
Allison le sonríe y le acaricia el pelo. La barba de varios días, la nariz. Será la última vez en meses podría ser la última de todas. Le da un pequeño beso en la frente. Oh demonios, es tan difícil - Hasta luego cariño, te veré después. Intenta tomar el bolso bendito, pero él no la suelta - Me tengo que soltar, si no me sueltas, yo...
Él está cada vez más cerca. Está besándole el cuello, acercándose muy tímidamente a su oído. Ya no se distingue de quién es la cadera, los brazos, las piernas. Es aterrador. Las lágrimas están comenzando a armar una fila para salir, ordenadas y constantes. Es cuestión de minutos... o segundos...
- Tranquila cielo... estás temblando. Todo irá bien aquí... hasta luego. te veré pronto...
Con un último beso en el cuello, Jano la libera. Allie toma el bolso, lo observa detenidamente (un hombre hermoso cubierto de tierra roja no se ve cada día) y se gira con la cabeza en alto. El primer paso hacia Londres es el más difícil, pero por algún lado hay que empezar.
Luego de entregar su pasaje, se vuelve una última vez para verlo, recortado contra los rayos de sol. Sonríe, pero lo conoce y sabe que está triste, y preocupado. La saluda con la mano en alto, y luego se toca el hombro derecho con una mirada elocuente. Es la despedida. La azafata le entrega diligentemente sus cosas, y la observa con dulzura mientras ve cómo le caen las lágrimas por las mejillas. Otro paso hacia Londres.
Maldición, cuando sus amigas se enteren de lo que ha hecho, deseará volver a cruzar el globo terráqueo para encerrarse en aquella oscura choza.
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Historias del Libro - Allison vuelve a Casa [Tom Hiddleston Jim Sturgess Fanfic]
FanfictionAllison está cansada de huir de todo y de todos. Su último escape ha fallado miserablemente: encerrada por 2 meses en África con su ex novio. Ahora regresa a casa, sólo para terminar enredada en un impensado romance con un perfecto caballero. Cuando...