HAZLO CUANDO ESTÉS LISTO

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He dado una visita a Abril. Mi psicóloga de cuando era niño.
Verla una ves más después de tanto tiempo me hizo recordar muchos momentos atrás, cuando tomaba asiento frente a ella y jugaba con mis manos nervioso. Ella sabe todo de mí, no me juzga y me llena de paz. Más allá de que sea su trabajo, ella verdaderamente supo como tratarme y se preocupó por mí a cada paso de mi infancia.
Charlamos un rato mientras bebiamos un poco de café. Jos paso por mí, fuimos a comer y después de eso Jos condujo hasta el cementerio.
Estar aquí más que escalofríos me genera ansiedad. La primera ves que tuve frente a mí un ataúd, el cuerpo sobre él era el de mi madre y la sensación es claramente inexplicable.
Es terrible
Hacía frío pues era invierno. Jos llevaba un saco grisáceo y yo uno negro. Caminábamos entré lápidas buscando la de su madre, las nubes indicaban que una fuerte tormenta llegaría pronto.

-Es aquí- Mencionó Jos y se deshizo de las viejas y secas flores para poner los bancos tulipanes.-

-Puedo darte un momento- Me dispuse a marcharme un poco lejos pero Jos me detuvo del brazo-

-No quiero que te vayas- Sonrió y dijo- Voy a presentarte a mi madre

-Oh vaya, pues bien -Jos soltó una risa nerviosa y me tomó del brazo como quién entrega a su hija en el altar-

-Mama te presentó a Alonso. Él es mi esposo, nos hemos casado hace un par de días. Estoy seguro que te hubiese encantado conocerle.

-Hola ¿Qué tal? Emma Soy Alonso, estoy muy feliz de tener a Jos en mi vida. Disculpeme por no pedir su mano antes, no sé si usted estaría feliz de conocerme pero yo si lo estoy y me hubiese encantado conocerle en persona. Ojalá usted siguiera aquí, he escuchado maravillas de usted y Jos cocina delicioso así que aprendió muy bien de usted. Jos y yo hemos estado juntos durante un tiempo pero, le aseguró que estará bien. Lo prometo -Hablé demasiado rápido y Jos reía disimuladamente-

-Sé que le hubieses caído muy bien a mi madre -Le dedico una sonrisa. La campana para el cierre se hace presente. Nos encaminamos hacía la salida, el viento se hace más pesado y me despeina el cabello-

-Estoy agradecido con lo que paso aquella noche en navidad, bajo el árbol.
Me hablaste de algouy importante y por ello estoy muy agradecido. Puedes abrirte conmigo cuando quieras, no voy a juzgarte. Eso lo sabes

-Gracias a ti por escucharme, aún me es complicado hablar y expresarme pero, trataré

-Entiendo que no es sencillo, hazlo cuando estés listo

CONTINUARÁ...
ALIVILLAPANDO

SIN ESCAPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora