SIN ESCAPE

LA LLUVIA

Decido que es momento de poner la mesa.

Cuando Alonso llega esta empapado por la lluvia y por alguna razón yo no me he dado cuenta de que afuera hay una gran tormenta

-Alonso -Digo al mirarlo sobre el marco de la puerta-

-Hola-Sonríe cálidamente y sus ojos lucen brillantes. Pongo los platos sobre la mesa y me acerco rápidamente a él-

-Vas a enfermarte, no tenía idea de que estaba lloviendo- Menciono mientras le desajusto la corbata y él suelta una suave risa- Ve a ducharte -Le ordeno y tiro de él-

-¿Seguro? No quiero que la cena se enfríe -Su cabello cae sobre su cara y ahora me parece lo más adorable del mundo-

-No te preocupes por eso, en realidad no la he terminado aún- Confieso, mis manos acarician su pecho húmedo y me siento nervioso, tan emocionado-

-Bien-Deposita un suave beso en mis labios y se marcha por el pasillo sin decir más. Observo por la ventana, la lluvia golpea salvajemente contra el suelo y las gotas salpican por doquier.

La lluvia
Tan fresca y liberadora

Pequeños destellos de luz se reflejan en el cielo
Inspecciono las estrellas y me siento bien

(...)

Después de un rato Alonso aparece nuevamente en la cocina, termino de poner la mesa y le observo mientras se acerca.
-¿Por qué te vestiste? -Pregunto tras mirarle con su camisa blanca y pantalones de pana negros-

-Por que tenemos una cita- Responde con una sonrisa y me abraza por la espalda. Puedo sentir su aroma tan cerca de mí que quisiera quedarme así para siempre. Envuelto en este cálido abrazo sin pensar absolutamente nada, sintiendo mi corazón palpitar.
Me giro para encontrarnos frente a frente y le beso el cuello. Su aroma me vuelve loco así que le tomo por las mejillas y le beso los labios desesperadamente. Lo empujo hasta que su espalda esta contra la pared, mis dedos se pierden entre su cabello el cual sigue húmedo por la ducha.
Él decide parar

-Creo -Toma una pausa para respirar y continua- Creo que deberíamos tomar la cena -Sugiere y asiento mientras le beso las manos-

-¿Dondé está Mónica? -Pregunta desde el comedor y en cuanto salgo de la cocina respondo-

-Le he pedido que fuera a casa por unos días

-¿Por qué?

-Por que quiero estar contigo a solas -Suelto en un susurro mientras vierto la sopa de patatas sobre ambos platos. No me siento frente a él, me siento a su lado para sostenerle la mano mientras cenamos en silencio. Por primera ves en semanas siento que estamos conectando nuevamente incluso aunque no estemos hablando.
Cuando terminamos apago las luces y nos encerramos dentro de su oficina. Me encamino hasta su pequeño bar en el fondoo mientras él pone algo de música suave.
Tomo una botella de vino, le tiendo una copa a Alonso pero él la rechaza.

-No quiero beber esta noche -Declara y yo no insisto más. Me deslizo entre sus brazos e inhalo una ves más su perfume. Mis manos se pasean lentamente sobre su espalda y siento su respiración tranquila sobre mí cuello. Nos balanceamos durante un largo rato mientras la música suena en el fondo
Ahora solo somos él y yo.

-Siento haberte gritado esta mañana-Dice con la cara hundida sobre mi hombro y siento su aliento en mi piel-

-Yo tambien lo siento -Mantengo los ojos cerrados por que quiero concentrarme en las sensaciones de mi cuerpo.
Vuelve el silencio y nos seguimos balanceando lentamente, sigo bebiendo vino y nos sentamos sobre el sofá marrón. La luz me hace sentir como en la película del titanic, cuando Jack  dibuja el cuerpo desnudo de Rose.
Comienzo a ponerme ebrio y no paro de besar a Alonso y él tampoco a mí. Abro algunos botones de su camisa para lamerle el pecho lo cual hace su piel erizar.
Estoy dejandome llevar, mis manos se aferran a su abdomen y mi lengua se desliza sobre su boca.
La botella de vino esta casi vacía, así que Alonso la aparta lejos antes de que me ponga más borracho. Subo a su regazo y sus ojos tienen ese brillo que tanto extrañaba. Le acaricio el cabello con ambas manos mientras él me abraza.

-Alo, mírame-Le pido pero él no se mueve- Mírame por favor-Suplico y él busca mi mirada -No tienes idea de cuanto te amo -Él me observa atentamente, como si todo se hubiera puesto en pausa y lágrimas comienzan a resbalar por mis mejillas-

-Oye-Alonso suspira y toma mis mejillas con ambas manos mientras yo agacho la mirada-

-No soporto que estés lejos de mí, que no me hables, y que nisiquiera me mires. No me gusta pelear contigo -Escondo mi cara sobre su cuello y abrazo su cuerpo no paro de llorar y creo que él no sabe exactamente que decir, tan solo podría decir que me ama, pero no lo hace. Me reincorporo y me limpio las lágrimas con ambas manos para mirarle de frente

-¿Algo a cambiado? ¿Tú ya no me quieres? -Un nudo en mi garganta me interrumpe en medio de la oración y comienzo a lloroquear una vez más. Alonso me mira con tristeza pero no la tristeza en la que normalmente veo en sus ojos, sino una de completa pena.

-No, no Jos. Yo te adoro- Sus besos recorren mi rostro por completo- Te amo más que a nada -Mis ojos estan hundidos en lágrimas que apenas puedo ver los suyos bajo la tenue luz-Ven aquí- Me envuelve en un abrazo mientras me acaricia dulcemente la espalda. Dirijo mi vista hacia la ventana.
Todavía está lloviendo

(...)

Después de consolarnos el uno al otro
Alonso me toma entre sus brazos para llevarme a la habitación.
Enciende la luz lo cual me cega un poco así que le pido que la apague y encienda la lámpara de mi mesita de noche y lo hace mientras yo me quedo sentado sobre la orilla de la cama. Le sigo con la mirada mienrras se quita la camisa, los zapatos y el cinturón para después dejarlo todo sobre la silla del fondo. Se inca frente a mí y me desabrocha las cintillas de los zapatos que llevo, los pone a un lado y después me quita el sueter tejido que llevo puesto todo el día. Sigo cada uno de sus movimientos y cuando se inclina sobre mí le acaricio el cuello.

-Hazme el amor-Murmuro tan bajo que incluso la lluvia suena más fuerte-

-¿No estas muy ebrio para eso? -Murmura con una sonrisa la cual me hace sonreír y negar lentamente-

Entonces, se deshace de sus pantalones y me hace subir más arriba de la cama. Su cuerpo tan cerca me acelera la respiración y su mirada sobre mí me hace excitar demasiado. Le susurro al oído un par de cosas no muy decentes y él comienza reír por lo bajo.
Después de desnudarme besa mi cuerpo por completo, siento las suaves sábanas sobre el cuerpo y cierro los ojos cuando Alonso me besa por debajo del ombligo.
Para un segundo para buscar un preservativo en el cajon y mientras lo coloca me besa las mejillas. Se desliza dentro de mí suavemente y me besa mientras susurra palabras dulces. Le acaricio el cabello y mientras nos movemos toma mi mano junto a la suya.
No quiero que termine
Quiero vivir en este momento por siempre.

CONTINUARÁ...
ALIVILLALPANDO