OSCURIDAD

441 27 4
                                    

Desperté en un cuarto oscuro, no había absolutamente nada tan sólo una colchoneta y me encontraba atado de pies y manos. Estaba solo, tenía frío y estaba bastante preocupado.
Después de un largo rato alguien entró

-Sáqueme de aquí por favor -Implore murmurando, no con la intención de que nadie escuchará sino, por que no lograba hablar más alto. Sentía el cuerpo tenso y comenzaba a temblar sin control alguno. Ella tan solo suspiro y se sentó a mi lado para estar a mi altura -

-Tome-Me acercó una cucharada de comida a la cual me negué a comer-

-No quiero comida quiero irme-dije mientras me desamarraba-

-Vamos, come un poco. Eso tal ves te relaje-su voz era tranquila y segura-

-No tengo hambre- Una voz interrumpió-

-Retírate-Ordenó el hombre que hace unas horas estaba en mi casa y la chica se dirigió a la salida-Dame la comida- Siguió la orden y salió-

-Mira niño si yo digo que hagas algo lo haces y te callas ¿Entendiste?

-Pero...

-¡Lo haces y te callas! ¿ENTENDIDO?-asentí-Bien, ahora come- Tome el tazón y comencé a comer de mala gana, a estas alturas solo podía sentir un nudo en el estomago, él solo me observaba y la verdad no tenía apetito alguno pero terminé. La comida no era mala, incluso era increíble. Este hombre daba miedo-

-MÓNICA-gritó-

-Si, señor - La chica de hace un momento se adentro a la habitación-

-Llévatelo de aquí- Dijo y se retiro acomodando su corbata, la chica no era muy alta-

-Tienes que ayudarme- Tenía miedo estaba molesto, estaba triste y alarmado. En realidad en cualquier momento entraría en un estado de shock-

-No puedo ayudarte lo siento- Nos dirigimos a una habitación muy elegante. Por un pasillo enorme, con un montón de decoraciones que valían, seguramente una fortuna.-

-Por favor no quiero estar aquí-Le implore a la chica casi tartamudeando de los nervios-

-Créeme que yo tampoco

-¿Es muy malo verdad?- Ella fingió no escucharme, pero sé que si lo hizo por la expresión en su rostro. Entramos a la habitación-

-Mira ahí se encuentra el baño ahí hay toallas y ropa en el armario. Ponte cómodo

-Espera no te vayas -Ella quería ayudarme, podía verlo en sus ojos. Pero no podía-

-Lo siento. No puedo- Cuando aquella puerta se cerro me acerque tan lentamente, como creyendo que me despertaría derrepente, pero no fue así. Gire la manija de la puerta una y otra y mil veces más, intentando salir al exterior. La ventana tampoco era una opción, pues estaba muy alto y más allá de eso también estaba bloqueada.
No tenía escape. Decidí sentarme, aún tenía mi mochila pero no tenía mi teléfono, lo había olvidado en el trabajo. Estaba muy triste ¿Como mi padre pudo hacer eso? estaba cansado había tenido un día muy pesado y no podía imaginar lo que pasaría mañana no tenía idea de lo que venía después.

CONTINUARÁ...

ALIVILLAPANDO

SIN ESCAPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora