PRIMERISO

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-Pero yo no me puedo casar contigo y...-Me interrumpió dando un golpe al escritorio lo que me hizo sobresaltar asustado-

-No te lo pregunte. Tú ahora eres de mi propiedad y no me importa si no quieres. Lo harás por que yo lo ordeno ¿Está claro? -Asentí-

-¿ESTÁ CLARO? -Alzó la voz mientras depositaba las colillas del cigarrillo que sostenía en la mano y del cual no había visto fumar desde que entre- 

-Si, claro-Estaba al borde de las lágrimas, no podía tan solo controlarlo. Estaba teniendo un ataque de ansiedad-

-NO LLORES ¡CÁLLATE!-Seguí llorando y temblando de miedo, se levantó de su asiento y se acercó a mí para después arrojarme al suelo-

-¿Tantas ganas tienes de llorar? Pues vamos a hacerte llorar- Me golpeo la cara, el estómago en repetidas veces.- Sal de aquí ¡AHORA! -Aún tenía los ojos cristalizados, lleno de rabia e impotencia. No podía ni siquiera levantarme. Mónica estaba afuera-

-¿Qué pasó? -Me miro preocupada- 

-¿No es algo obvio? -Respondí sarcástico y por alguna razón sonreí-

-Ven volvamos a tu habitación-dijo en susurro y me ayudo a subir-¿Cuéntame que paso?-cerró la puerta-

-Me dijo que me tenía que casar con él y después me golpeó. ¿Qué clase de psicópata hace eso? Además, ¿No soy demasiado pequeño para él? ¿Por qué no consigue a alguien por cuenta suya?

-¿Tienes que casarte con él? Eso, no lo esperaba.

-Tengo novio, no pienso casarme con este imbécil. Tienes que ayudarme -Implore sentado sobre la cama y las malditas blancas sábanas que me daban ganas de vomitar-

-¿Y cuál es su nombre? -Sonrió amistosa buscando calmarme-

-¡MÓNICA!

-Tengo que irme Jos en un rato subo para traerte hielo ¿Vale?

-Vale -Murmure tan bajito que tal ves ni siquiera me escucho-

(...)


Después de 30 min Mónica entró con el desayuno y un poco de hielo-

-El señor salió

-Ojala no volviese nunca- Solté sin más, estaba molesto. Era esa sensación que da cuando no tienes más opciones más que sentarte a esperar, y a pedir que el reloj avance deprisa. Mónica se limitó a hablar sobre el tema y se acercó a mí hasta la cama-

-Toma, tienes que desayunar

-No tengo hambre - Dije, al ver toda aquella comida frente a mí. En cualquier momento de mi vida pensaría que esto luce como un verdadero manjar, pero ahora no. Ahora solo me queria motir.- Me duele todo -Me queje y baje la mirada como un niño pequeño-

-Tienes que comer, yo sé que ahora esto te tiene abrumado y no es el mejor momento para comer pero, aunque él  no se encuentre ahora no lo hace mejor. Si se entera de todo me iría mal y a ti también

-Esta bien- Acepte la comida y aunque no logré teminarla Mónica me agradeció por intentarlo. Transcurrió la mañana y Mónica me contó sobre ella en cuanto terminó sus deberes, yo solo quería que él no llegará.

CONTINUARÁ....

ALI VILLALPANDO

SIN ESCAPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora