RESPIRO

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NARRA JOS:

Después de tomar mis cosas Alonso y yo nos dirigimos a casa nuevamente. Deje una nota a Mónica para que no se preocupara al llegar y no verme ahí.

A pesar de todo lo ocurrido en el pasado Alonso y yo no habíamos discutido de esta forma, lo entiendo pero lo quiero tanto que no puedo dejarle marchar. Aveces pienso que lo que me ata a él es el hecho de que no puede estar solo, que debo ayudarle a superar y a no pensar mal siempre de los momentos, si no, mostrarle que fueron interesantes o que si han sido muy malos aprender a olvidar, a renacer, a comprender y a volver a amar.

No hablo de que no lo ame realmente, solo que eso es lo que pienso cada día al despertar... en su bienestar 

Cuando me giro al despertar y miro su rostro tranquilo algo en mi quiere mirarle siempre así, no furioso, no molesto, no triste, no en un trance ni con ansiedad.

Cosas ocurrieron en su infancia lo sé, cosas que él no quiere contarme y que respeto. 

Algún día tendrá que soltarlo, contarlo y tal vez no será a mi y no importa solo quiero que logre superarlo y controlarlo para que así no este triste todo el tiempo.

Alonso en estos días no ha estado muy bien, desde que volvimos a casa a estado perdido, lo veo en sus ojos, esta disperso y triste. Hablamos poco antes de dormir y me abraza fuerte, quisiera poder entrar en su cabeza y saber que le sucede, en que pienso o que es lo que le abruma.

Él dice que se encuentra bien y yo asiento ligeramente 


CONTINUARÁ...

ALIVILLALPANDO 


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