¿PODEMOS...?

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Alonso y yo hemos discutido esta mañana.
No tengo claro en que momento inicio la pelea, pero nos hemos gritado y él se ha ido furioso.

(...)

Camino por los pasillos del supermercado junto a Mónica tratando de encontrar todo lo que esta escrito en la lista.

-¿Crees que sería buena idea ir a verle? -Pregunto mientras sostengo un par de mermeladas y las coloco en el carrito-

-No lo sé, creo que él solo esta un poco abrumado por todo -Echa un vistazo a las galletas saladas y pone dos paquetes sobre las mermeladas-

-¿Por mí?

-No quiero decir. Es un hombre difícil de descifrar, nunca se sabe en que esta pensando

-Bueno, eso es verdad

-Te lo digo, tal ves solo le hace falta respirar

-Sabes, hace un montón que no lo hacemos

-Oh dios, yo no quería saber eso -Menciona nerviosa y seguimos andando sobre el pasillo-

-¿Crees que sea ese el problema? -Me giro para mirar a Mónica quién tiene las mejillas encendidas en un leve sonrojo-

-Pues, deberían hablarlo entre ustedes. No creo que yo sirva de mucho en esta conversación

-¿Qué hora es? -Tomo dos barras de chocolate y una bolsa de nueces mientras ella gira su muñeca para echarle un vistazo a su reloj-

-Son las 12:30 pm

-Iré a buscarle -Me giro hacía ella y le entrego las llaves del auto- Conduce con cuidado por favor -Mónica asiente con una sonrisa y me marcho-

Tomo un taxi y cuando me encuentro frente al edificio siento unos nervios enormes. Subo por el ascensor y me dirijo a su oficina, las luces sobre el pasillo me hacen parpadear un par de veces y al llegar saludo a su secretaría.

-Hola ¿Qué tal? -Saludo cortés mente y ella sonríe de oreja a oreja en cuanto levanta la mirada-

-Señor Canela, que gusto verlo por aquí. ¿Cómo le va?

-Bien, bien. ¿A usted como le va? -Sonrío también pues su sonrisa es contagiosa-

-Oh, siempre llamandome de usted. Dime Cristy -Sugiere y asiento levemente-

-Vale, Cristy

-Estoy muy bien cielo - Cristy tiene unos 48 años de edad, lleva maquillaje sobre los ojos y las mejillas llenas de suave rubor-

-Bien, me alegro mucho. -Hago una pausa- ¿Alonso está ocupado? -Pregunto ancioso y mi corazón comienza a latir con torpesa-

-No, no. Ahora está solo en su despacho ¿Quieres que le avise que estás aquí?

-No, esta bien -Menciono y entro sin más en su oficina-

-Hola-Digo al cerrar la puerta detrás de mí y Alonso parece tenso-

-Hola-Murmura inexpresivo y vuelve la vista al computador. Me acerco hasta él después de darle un rápido vistazo a su oficina y le abrazo por la espalda.

-¿Qué haces?

-Quiero estar contigo-Le beso por el cuello y él gira su silla para besarme-

-¿Podemos hacerlo aquí? -Murmuro contra sus labios y me siento sobre su regazo-

-Tengo una reunión en 15 minutos -Menciona-

-Entonces tendremos que ser rápidos- Sonrió y me toma por los muslos para cargarme. Pone mi cuerpo sobre el escritorio y yo lo tomo de ambas mejillas para que no pare de besarme.
Se deshace de mis jeans y se desata la corbata. Miro como se saca rápidamente el cinturón y mis manos desabrochan los botones de su camisa torpemente

-Alo... -Jadeo su nombre suavemente mientras le revuelvo el cabello, él me pide que no haga ruido y a decir verdad eso me excita aún más por lo que sigo murmurando su nombre sobre su oído.
Tiene una de sus manos sobre mi pierna y la otra la mantiene sobre mi cadera. Su cara está acorralada sobre mi cuello esparciendo besos y respiraciones agitadas. Cuando terminamos se aferra a mí cuerpo como hace mucho tiempo no lo hace y sin darme cuenta mis ojos no paraban de llorar.

-¿Por qué lloras? -Pregunta en un susurro y me mira con preocupación-

-Te extraño -Confieso pues, últimamente no salíamos juntos, había días en que ni siquiera hablabamos.
Él no dijo nada, tan solo me beso toda la cara mientras yo le acomodaba la ropa.
Antes de que se marchara me puse de pie desde el escritorio y murmure-

-¿Podemos...? -Alonso se giro para mirarme antes de salir de su oficina- ¿Podemos hablar más tarde?

-Claro

-Y... -Interrumpí antes de que se marchará- La cena, la cocinare yo esta noche -Tiene esa mirada tan vacía que me hace sentir un hueco en el estómago y solo asiente antes de cerrar-

CONTINUARÁ...
ALIVILLALPANDO

SIN ESCAPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora