Capítulo 4: Volver a Arendelle

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Debo encontrarla.

Hacer que vuelva a creer.

Pero lo más importante: que escuche por qué me fui tan repentinamente.

La duda retumba en mis pensamientos. ¿Me verá? Y si no lo hace, ¿cómo hago para que vuelva a creer en mí?

Me paseo por la habitación tratando de ordenar mis pensamientos.

-Debes ir.-me dice Conejo mientras se sienta en mi cama.

-Y si no logro hacer que me vea, ¿qué hago? No creo que sea capaz de ver como sufre sin que pueda hacer nada.

-Debes confiar en ti primero. Si no crees en tus habilidades ¿quién lo hará? Ella creyó en ti una vez, si le demuestras que no eres un sueño, que de verdad existes, te volverá a ver.

-Estará muy molesta cuando se dé cuenta de quién soy.

-¿Tu no lo estarías? Es lógico, Jack. Te fuiste en el momento que más te necesitaba. Lo importante es que sepas explicar tu ausencia.

Conejo tiene razón.

Espero que me perdone, o al menos que me escuche.

-Espero que tomes la decisión correcta, compañero.- dicho esto Conejo se va de la habitación.

Está decidido, iré a Arendelle, así sea que Elsa me golpee, debo explicarle lo que sucedió.

Tomo mi bastón y salgo por la ventana pidiéndole al viento que me lleve.

Después de doce años de sufrimiento la volveré a ver.

Una sonrisa se planta en mi cara; la felicidad y el nerviosismo invaden mi ser.

Una vez que estoy lejos del taller de Norte, permito que los recuerdos lleguen a mí...

"{...} Llevo un año como guardián, pero aun no logro que ningún niño crea en mí.

Fue una mala idea unirme a ellos; no aporto mucho, hasta lo yetis tienen más trabajo que yo.

Estoy congelando mi habitación cuando una hadita llega, seguida de la Hada de los Dientes.

- ¡Jack! Debes venir inmediatamente- me dice ansiosa Hada.

- ¿Qué ocurre?- digo no muy entusiasmado.

- Es el globo, algo ha cambiado.

En el momento que menciona al Globo, un aparato que muestra por medio de luces donde se encuentran los niños que creen en los guardianes alrededor del mundo, logra captar mi atención así que la sigo de inmediato.

No entiendo que pudo haber pasado.

Quizá se apagaron luces o se duplicaron. Sea lo que sea no debe ser tan importante.

Al llegar al lugar donde se encuentra el Globo, me doy cuenta que Norte y Meme tienen una sonrisa que les podría romper la cara, incluso logro ver un esbozo de sonrisa formándose en los labios de Conejo.

- ¿Por qué tan felices? Que yo recuerde aun no es mi cumpleaños- digo, sin embargo nadie responde solo me indican el  Globo, por lo cual decido mirarlo. Lo único distinto que logro ver es que en una especie de islita, al parecer perteneciente a Noruega, se encuentra una lucecita parpadeando y no con un color dorado como las demás, si no con un blanco parecido al de la nieve.- ¿Por qué esta luz es diferente?

-Jack- comienza a decir Norte- el blanco significa que un guardián tiene a su primer niño.

- ¿A qué te refieres?- digo confundido.

No eres un monstruo (Jelsa) -en edición-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora